Larga Vida al Rey EUNHAE (EN EDICIÓN)

¿verdad?

No le tenía que haber dicho nada, en ningún momento tuve que haberle dado importancia a esa noche que pasamos juntos, eramos un par de borrachos con el cerebro revuelto, tampoco ese beso importaba, a pesar de que estábamos sobrios había sido ridículo pensar por tan solo un momento que algo podía nacer ahí.

Además, yo quería matarlo, mis deseos habían disminuido, pero después de humillarme mis deseos aumentaron, lo quería muerto y de un modo u otro lo lograría.

-No se que pensar- le dije a Heechul mientras apoyaba mi cabeza en su escritorio, alzé la mirada y lo vi viéndome con cara de preocupación mientras fumaba algo de opio, sacó el humo por su boca y frunció ligeramente el ceño 

-Si de algo estoy seguro es de que te gusto esa noche y te mató ese beso, quieras o no aceptarlo- dijo alzándose de hombros -y algo me dice que al principe no le pareció indiferente tampoco- dijo para luego taparse la boca tratando de que las palabras dejaran de salir de su boca, pero era muy tarde yo ya lo había escuchado y estaría pegado a el como lapa todo el día hasta que me dijera a que se refería

-Bueno, no se si sea lo más correcto decirte- dijo el después, yo lo vi incrédulo, ¿de cuando acá le interesaba si era o no correcto lo que decía? -lo sacaré de una vez por que se que si no lo hago no vas a parar de molestarme- sonreí victorioso

-Donghae ha estado teniendo orgías como poseído, la última vez que hizo eso fue por una princesa que lo dejó bastante dañado y debía superarla- Me hubiera gustado escuchar otra cosa, no se, como que se emborrachaba gritando mi nombre o que lo habían visto tocándose de manera lividinosa...pero orgías, una parte de mi se lo esperaba y la otra estaba ligeramente triste

Después de saber eso parecía que Donghae había escuchado a Heechul decirme lo de las orgías, cada que había una me ponía fuera de su puerta para cuidar que nadie entrara, era un martirio, escucharlo gemir sobre otro cuerpo, saber que alguien mas lo estaba probando me estaba partiendo y estaba haciendome mal, la puerta se abrió ligeramente un día que me estaba quedando dormido afuera de su alcoba y cuando alzé la vista lo vi totalmente sonrojado gimiendo con el cuerpo de una mujer subiendo y bajando sobre el, yo debería estar ahi, cerré los ojos y salí de la alcoba, cerré la puerta y con los ojos llenos de lágrimas me fui al jardín, era de noche y estaba realmente oscuro, dejé que las lágrimas corrieran libres por mi cara, alzé la vista y vi a la luna, al menos ella debía tener una respuesta de lo que me estaba pasando, ella debería saber por que estaba sintiendo cosas por ese idiota.

Si alguna vez han visto a quien les gusta besarse con alguien mas, ahora imagínense verlo teniendo sexo con esa persona, diario era lo mismo, y mi paciencia se estaba terminando, tenía que vestirlo después de que se estuviera revolcando con mil y un chicas que me veían con lastima al irse del cuarto, algunas me daban alguna sonrisa comprensiva, otras me miraban con desdén.

-Hoy cuidarás mi cuarto de nue- dijo el pero no lo dejé terminar, abrí mis ojos con furia y negué con la cabeza.

-No volveré a cuidar de su cuarto de nuevo, no cuando esté con esas mujeres- dije viéndolo a los ojos, sonrió sarcásticamente y se acercó seductor, tragué saliva cuando lo tuve a menos de veinte centímetros 

-No dejes que el demonio de los celos te corrompa- dijo viendome a los labios -nisiquiera deberías tener celos, tu eres un objeto igual que ellas, están en las mismas condiciones- cerré los ojos y respiré profundo aguantando las ganas de escupirle en la cara, me envestí de dignidad, de la poca que me quedaba para no rogarle que me prefiriera por encima de ellas. 

Otra noche más de aguantar la tortura fuera de su oficina, respiré hondo, de acuerdo a mis calculos faltaba poco para que la chica que había entrado a su cuarto saliera, en mi mente conté el tiempo pero no salía, Marforde me veía desde el inicio del pasillo con el abrigo de la mujer