¿Alguna vez se han sentido vacios? Yo si, desde la muerte de mi madre, aún recuerdo su cuerpo colgado del techo de su cuarto, con la piel morada y la lengua salida, sus ojos viendo directamente hacia mi, como queriendo perturbarme por el resto de mi existencia, yo la quería con mi alma así como cualquier niño ama a su madre, pero...ella a mi me odiaba con todo su corazón, hasta la fecha no tengo ni la más mínima idea de por qué.
Solo se que cuando vi su cuerpo algo dentro de mi se murió, ya no sonreía a no ser que fuera con Heechul o que estuviese bajo los efectos del opio y del vino, miré al cielo estrellado desde una banca del jardín real, me sentía vacio, desde el baile de elección de mi esposa, algo había cambiado, ninguna mujer despertaba mi deseo sexual, me acostaba con ellas para...ya nisiquiera tenía razones para hacerlo.
Quería volver a ver al chico de cabellos blancos, soñaba con el día y noche, y por más que hiciera no me lo podía sacar de la cabeza, baje la mirada y suspiré me levanté y entré al palacio, chocando con alguien, alzé la mirada y vi a Hyukjae, de inmediato alzó la mirada al techo para no verme a los ojos, estaba sonrojado.
-Señor, lo pase a buscar a su habitación para ver si se le ofrecía algo pero no lo vi ¿todo bien?- preguntó con la vista la techo
-Si, todo bien, mañana será un día pesado así que descansa- dije y lo rodeé entonces un olor llegó a mi nariz, cerré los ojos y aspiré con ganas, volteé de golpe, era el mismo olor del caballero de cabellos blancos, negué con la cabeza, seguro era el sueño.
*en algún lugar de la mente de Donghae*
Estoy en una cabaña, unos brazos me cargan, me abrazan cálidos
-Encontrarás el amor de tu vida- me dice una voz -en la persona menos pensada- la voz se escucha lejana, volteo y ahora estoy en el palacio, las antorchas iluminan pálidas el pasillo, hay un hombre sentado al final del pasillo, sus ojos negros me observan y yo me sumerjo en ellos
-Donghae-
*FIN*
Abro los ojos de golpe, sudo frio y me siento confundido ¿que había sido eso? ¿que hacía en una cabaña? ¿de quien eran esos ojos? los conocía de algún lado pero no podía traer a mi mente de donde, exhalé y volteé, alzé una ceja al ver a Hyukjae sentado en una silla durmiendo, su respiración me decía que estaba en sueño profundo, me levanté de mi cama sin hacer ruido y me acerqué a el, analize su cara, tenía unos rasgos hermosos, demasiado para ser un criado, un cuello largo y blanco, y su cabello...era igual al del hombre de mi baile, me mordí el labio, alzó su cabeza y abrió ligeramente los ojos, frunció el ceño y los volvió a cerrar, sus labios estaban semiabiertos, eran gruesos y rojos por naturaleza, bajé la mirada y luego la subí, me acerqué aún mas y por instinto o por curiosidad junté mis labios con los suyos, solo fue un toque y me alejé, esto estaba mal, yo era el principe de Nubitreos y el no era más que mi criado, me levanté y me regresé a mi cama esperando que con la luz del día mis pensamientos estuviesen mas claros.
Dormí profundamente, abrí los ojos a la par de mi boca con un bostezo, me estiré como gato bajo el sol, y volteé, Hyukjae ya no estaba, y eso me hacía sentir aliviado pero triste al mismo tiempo, me paré de la cama y así en pijama como estaba baje a desayunar, había amanecido con demasiada hambre, y el olor a pierna de pavo me llamaba, pase por la oficina de mi padre, y de milagro se encontraba en ella, estaba en su escritorio hablando con una anciana de largo cabello blanco, entré a su oficina para saludarlo
-Milagro de verlo por aquí Rey- dije burlón y el me sonrió alzando una ceja
-Hoy luces particularmente bien hijo- dijo sonriente, la anciana me sonrió con una veta de familiaridad, la vi a los ojos y asi pasaron como 3 segundos antes de que mi padre la presentara
-Donghae, te presento a- dijo mi padre pero la anciana lo interrumpió, poniendo su mano frente a el
-Calla Rey, que este pequeñito me conoce perfectamente, que no se acuerde es otra cosa- dijo para después reírse, abrí los ojos pensando lo loca que estaba esa señora, sonreí y bajé a la cocina, ese encuentro lejos de quitarme el hambre me había dado un apetito feroz.
Saludé a Marforde, ella como siempre me recibió con una cálida sonrisa, me senté en la mesa y tomé el trozo de pavo más enorme que había sobre la charola de plata, hace mucho que no me sentía con tanta hambre y tan de buen humor, después de atascarme de comida me dirigí con Heechul, tenía que contarle esto, no es algo que se viera todos los días
-Heechul, Heechul, Heechul- gritaba por los pasillos mientras corría camino a su oficina, abrí la puerta y me encontre a Hyukjae sentado en el sillón con la cara entre las manos llorando, me asomé cauteloso de que ninguno de los dos me viera
-Yo lo odio Heechul, y no es normal esto que está pasando, no está nada bien,pero aún así ansio otro momento de esos- decía desesperado, mordí mi labio mientras alzaba la ceja en señal de duda, entré como aquel que no hubiera escuchado nada
Hyukjae alzó la mirada, sus hermosos ojos, digo, sus ojos estaban rojos de haber llorado demasiado, el bajó la mirada de inmediato, secó su lágrimas y salió de la oficina de Heechul, vi a mi confesor el cual me veía con esa sonrisa que jamás podré decifrar y negó con la cabeza
-Siéntate pez estúpido- dijo señalándome el sillón de búfalo el cual olía en exceso a Hyukjae
-Ay Príncipe- dijo negándo con la cabeza de nueva cuenta -dime, ¿que tienes?-
-Pues, hoy amanecí de un humor envidiable y bastante extraño, además con mucha hambre- dije tranquilo
-mmmh- dijo el asintiendo -eso es todo lo que debes decirme- dijo con una veta de pregunta en su voz, yo asentí, el se alzó de hombros y se rió, esperaba que le dijera algo más, quería que le dijera que había besado a Hyukjae, pero ni loco lo haría, se burlaría de mi por toda la eternidad
-Encontraras al amor de tu vida en la persona menos pensada Donghae- me dijo Heechul para luego levantarse y salir de su oficina.
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Larga Vida al Rey EUNHAE (EN EDICIÓN)
FanfictionDonghae, príncipe directo a la corona de Nubitreos, es, sin duda alguna el príncipe más engreido y necesita un criado que complazca todos sus caprichos ¿será este criado capaz de abrirle los ojos?