El Canal de Saint-Martin.

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Narra Valerie. 

Nos metemos en el furgón negro y éste empieza a moverse, pero va en dirección contraria, supongo que a lo mejor hay algún problema en alguna calle, o tal vez yo esté equivocada, miro con atención cada edificio y nada me suena. Calum me acaricia la pierna y con la otra mano juega con el final de su camisa, está nervioso. 

- No vamos al hotel ¿verdad?- Él levanta la mirada del suelo del coche.

- Claro que sí.

- Vamos en dirección contraria.

- Tienes menos sentido de la orientación que un pato mareado, vamos en la dirección correcta.

- Estás nervioso.

- No lo estoy.

- Lo que tú digas.- Él resopla y sigue jugando con su camisa, solo que esta vez con ambas manos, ya no me acaricia.- ¿Te has enfadado?

- ¿No puedes simplemente despreocuparte? Vamos bien ¿vale? 

- Vale, vale.- Suspiro y me apoyo en la ventanilla del coche mientras pasamos por calles y calles. 

Cuando el coche por fin se detiene debían haber pasado como veinte minutos desde que salimos de la torre Eiffel y estoy más que segura de que aquí no es donde está nuestro hotel. Calum baja primero del coche y me pide que me quede dentro hasta que él me lo diga, intento mirar lo que hace pero se encuentra en la parte de atrás del coche y los asientos no me dejan verlo bien. Cinco minutos después me abre la puerta y lleva una mochila cargando de su hombro.

- No preguntes.- Yo afirmo con la cabeza.- Os llamaré cuando acabemos.

- ¿Seguro que estaréis bien solos?

- No creo que haya fans ahora por aquí y si las hay no creo que sean muchas.- El de seguridad termina cediendo y ambos nos alejamos.- ¿Sabes dónde estamos?

- No...

- Estamos en el canal de Saint-Martin, no es un lugar realmente especial pero es bastante bonito ¿no crees? - Yo asiento mientras veo pasar el agua a nuestro lado. 

- ¿Puedo preguntar ya qué llevas en la mochila?- Calum sonríe de esa manera en la que se le forman pequeñas arruguitas en la parte superior de las mejillas.

- Eres demasiado curiosa.- Se para de golpe y tira la mochila en suelo, se agacha y saca una manta de color verde, la pone sobre el suelo, al borde del camino para estar lo más cerca del agua posible, si miro a mi alrededor hay varias parejas en la misma situación.- Ya te puedes sentar.- Hago lo que me dice y me siento sobre la manta, abrazándome a mi misma por el frío que empieza a hacer, segundos después noto algo sobre mis hombros, otra manta.

- Has pensado en todo.

- Siempre tienes frío.- Yo sonrío y el también lo hace. Se sienta a mi lado y saca un par de sándwiches de la mochila.- No tuve tiempo de que me preparan nada más, lo siento.

- No te preocupes, es perfecto.- Él sonríe y saca dos cervezas. 

- Me parecían más adecuadas que el champán.

- Sí, mucho mejor.

- No pensaba que estaría así contigo en este tour.- Da un bocado a su sándwich.- Pero la verdad es que no podría ser mejor.

 - No hables con la boca llena.- Él sonríe y termina de masticar.

- No te comportes como mi madre.

- Está bien.- Ambos continuamos comiendo entre risas, riéndonos de como se comportaban otras parejas cuando seguramente ellos nos verían igual a nosotros. Cuando terminamos de comer Calum se pega más a mí y separa un poco mi manta, para poder taparse él también la espalda y rodearme con un brazo por la cintura.

- ¿Eres feliz?- Yo lo miro y él está observando el agua, se muerde el labio inferior mientras espera mi respuesta.

- Sin duda.

- ¿Yo te hago feliz?

- Más que nadie.

- ¿Quieres que te siga haciendo feliz para siempre?

- Me encantaría.

- Bien.- Él sonríe pero no me mira.

- ¿Cómo que bien? Pregúntamelo ya.

- No, aún no.- Me mira por fin y su sonrisa se hace aún más grande, se acerca y me besa.- Tú también me  haces feliz, demasiado feliz.

Cara o cruz 2 (Luke Hemmings y Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora