En busca de la estrella. (Louis Tomlinson)

Capítulo 5

Capítulo 5

Le mandé un mensaje a Harry nada más despertarme, diciéndole que prefería irme esa mañana sola, que se fuese él solo con Niall andando. Digamos que me había levantado sin muchas ganas de vivir, o a lo mejor fue el despertador indicándome que tenía que madrugar el que me quitó las pocas ganas que tenía de enfrentarme a ese infierno.

Me levanté, me aseé y vestí, y emprendí mi marcha hacia el instituto. Conecté los auriculares, desconecté del mundo.

Nada más cruzar la puerta del instituto sentí que me dieron un suave golpecito en el hombro, como para llamar mi atención ya que aún iba con los auriculares puestos. No creo que fuese ningún profesor para confiscármelos, ya que las clases aún no habían empezado y el pasillo era un caos de gente andando más o menos apresurada en todos los sentidos. Me quité un auricular y volteé mi cabeza para ver de quién se trataba.

-¡Buenos días! -dijo esa sonrisa que nunca se borraba.

-Hola Trish. -contesté desconectando la música y quitándome los auriculares, suponiendo que Trish no iba a callarse demasiado.

-¿Qué tal? ¿Ansiosa de reincorporarte de nuevo?

-No me estás preguntando eso en serio. -dije con una mirada incrédula. Claro que no me apetecía nada volver a clases.

-Claro que sí. ¿En serio no tenías ganas de volver aquí? -dijo girando sobre sí misma señalando todo el espacio a su alrededor. Con una sonrisa en la cara, por supuesto.

-Huy sí, mis ganas de volver a estos pasillos abarrotados de gente que ni siquiera conoces pero en algún momento de tu vida te van a humillar solo por el hecho de que alguien más lo haga, de gente que va a mirarte como todos los demás lo hacen, gente a la que le importas una mierda, gente que se deja llevar, es lo que más me apetecía. -dije empezándome a replantear el darme la vuelta.

-No todo es la gente que tienes alrededor eh...

-Tienes razón, me moría por ver la cara de amargados que me traen los profesores, esa cara que pide a gritos un buen polvo, esa cara que muestran la cantidad de exámenes y tareas que van a mandarnos para amargarnos a nosotros también la existencia. Sí, tenía ganas de ver también... -no pude acabar de decirlo porque sonó el timbre.

-¡Mierda que llego tarde a historia del arte! -dijo Trish alarmada percatándose de que ya empezaban las clases. Y normal, su aula estaba casi al otro lado del instituto. -¡Adiós Lilly! -gritó despidiéndose a casi un pasillo de distancia, ocasionando que varios rostros giraran en mi dirección.

Yo para no sentirme intimidada me metí en la primera clase que tenía al lado. Cuando cerré la puerta y levanté la mirada vi a toda una clase llena de gente mirándome y a una profesora escribiendo en la pizarra cosas sobre el ADN o vete a saber tú qué. Mierda.

-Lo siento mucho, me he equivocado de aula... -dije con una risilla nerviosa.

Mientras salía de clase notaba ya varios cuchicheos como: ¿Esa es Lilly? ¿Dónde se ha metido? Cuánto ha cambiado. A mí me han dicho que se había mudado por lo que pasó. ¿No estaba en coma? ¿En serio es ella? No lo parece. Entre otros.

En cuanto salí de clase tuve que ir corriendo al baño y descargar la poca pizza que me quedaba en el estómago de ayer sobre el primer baño que me encontré abierto.

Cuando noté que se me había pasado un poco levanté la cabeza, tiré de la cadena y salí de allí. Noté junto a los lavabos un... ¿tío? ¿Qué carajos hacía un tío de pie y de espaldas a mí en el baño de chicas? Y estaba... ¿meando? ¿Pero qué...? Oh mierda, desvié la mirada para ver una fila de inodoros para hombre en la pared. ¿Me había equivocado de baño? Lo que me quedaba ya. Bien Lilly joder, bien.