Bad Father

Bad Father C:9

Cuando estacioné frente a casa limpié mis lágrimas y luego desperté a Jason para bajar del auto, lo cargué en mis brazos y entré a casa.

─       ¿Quieres ir al sofá o a la cama? –quería hacer todo lo posible para que Jason se sintiera cómodo.

─       ¿Puedo ir a tu cama y ver la última temporada de las Tortugas Ninjas? –susurró.

─       ¿No quieres dormir? –dije caminando hacia mi habitación.

─       No, ya he dormido camino a casa –soltó una risita.

─       De acuerdo, sus deseos son órdenes príncipe Jason –dije dejándolo sobre mi cama.

─       Si yo soy un príncipe tu eres la princesa, mami –dijo moviéndose para darme un abrazo.

─       Oh Jason, no sabes lo mucho que te amo –dije estrechándolo en mis brazos.

─       Sí lo sé, mami. Gracias.

─       ¿Gracias?

─       Síp, gracias por ser la mejor mamá del mundo.

─       No tienes que agradecer por eso, Jason. Yo te agradezco a ti por ser el mejor hijo del mundo. ¿Todavía te duele el pie?

─       No, ya no siento nada de dolor –respondió mientras yo ponía el DVD que le había obsequiado hacía ya casi un año por su cumpleaños.

─       Me alegro mucho –dije acercándome nuevamente a él. – ¿Quieres algo para beber mientras tanto? Leche con galletas o cereales.

─       ¡Sí! Leche y  galletas con chispas de chocolate.

─       De acuerdo, quédate viendo dibujos animados, volveré en un minuto.

─       Mamá, ¿puedes llamar al tío Liam para que venga a casa aunque sea un rato?

─       Creo que está trabajando pero lo llamaré, no te preocupes.

Caminé hasta la cocina y saqué la leche del refrigerador para luego servirla en un vaso, luego saqué de la alacena el frasco de galletas y puse tres en un plato. Después de dejar todo en su lugar, descolgué el teléfono de pared y marqué el número de la casa de Liam. Él era abogado, por lo que pasaba la mayor parte de tiempo en su casa, pero generalmente los primeros días de la semana siempre se veía muy ocupado.

─       Abogado Payne habla, ¿en qué puedo ayudarlo? –dijo al responder, seguramente estaba tan ocupado que ni tuvo tiempo para mirar el identificador de llamadas.

─       Hola Liam, soy Emma. Quería saber si estabas ocupado, lo que sucede es que Jason quiere verte.

─       Disculpa, no he mirado el identificador de llamadas porque estaba entretenido mirando una película –rió – ¿Jason no debería estar en el jardín de niños en este momento?

─       Sí, pero se ha golpeado y ha regresado antes a casa.

─       ¿Está bien? –noté la preocupación en su voz.

─       Sólo se ha torcido el pie jugando al fútbol.

─       De acuerdo, dile a Jason que iré en un momento.

─       Gracias, Liam.

─       No te preocupes, Emma. Te veo en un instante –terminé la llamada.

Cogí la leche y las galletas y se la llevé a Jason. Me senté a su lado y dije:

─       Tío Liam vendrá en un instante, pequeño.