Sus ojos celestes se encontraron con los míos mientras yo permanecía inmóvil. ¿Qué hacía él aquí? ¿Había venido por Jason? Al parecer él tampoco esperaba verme, se quedó parado en la puerta sin decir una palabra.
Era la primera vez que veía a Niall desde hacía mucho tiempo. Se veía completamente diferente.
Su cabello aún era rubio, pero estaba arreglado. Sus ojos no se veían cansados como solían estar la mayor parte del tiempo. Vestía de tejanos negros y camisa blanca, sobre ella llevaba una chaquetilla… cielos, ¿era doctor?
Dio un paso hacia delante haciendo que yo retrocediera, volteó en dirección a el consultorio, dijo algo que no pude oír y cerró la puerta.
─ Emma –habló finalmente.
Su voz. Había olvidado su voz, había olvidado todo lo que ella provocaba en mí.
─ ¿Estás bien? –preguntó ya que yo no hablaba.
─ Sí –logré articular, pero mi voz no sonaba muy convincente.
─ ¿Has venido por lo que hablé con Liam?
─ Vine por Jason, está en tu consultorio, al menos eso me dijo la recepcionista –la expresión de Niall cambió, pero no podía descifrar que le sucedía.
─ Cómo no me di cuenta –dijo con una sonrisa en el rostro y pasándose una mano por el cabello, estaba nervioso. – ¿Ese es Jason? ¿Mi hijo?
─ ¿No reconoces a tu propio hijo? Eso es algo que no hubiera esperado –hice notar el sarcasmo en mi voz.
─ Cambiaste su apellido.
─ No, solo usa mi apellido, pero aún es un Horan.
─ Está tan grande, por Dios Emma, ¿por qué rayos no querías que lo viera?
─ Vengo por Jason, déjame pasar –ordené.
─ Emma, he cambiado, por favor habla conmigo.
─ ¿Hablar contigo? –reí irónicamente. – ¿Querrás sobornarme para ver a Jason? Ya lo has visto, no necesitas darme el dinero.
─ ¿Soborno? ¿De qué hablas?
─ De la cuenta bancaria que abriste a mi nombre.
─ Ese dinero es para que lo gastes en cosas que tu y Jason necesiten, no esta vinculado de ninguna manera con algún tipo de soborno.
Lo miré a los ojos y noté sinceridad en ellos. Niall no estaba mintiendo. Me había equivocado y aceptaba mi error, no comprendí cuáles eran sus verdaderas intenciones, tal como Liam me lo había dicho.
─ Tiene tus ojos, le gusta el Derby tanto como a ti, su alegría es inagotable, las tortugas ninjas son sus dibujos animados favoritos. Él me recuerda tanto a ti, Niall –dije con lágrimas en los ojos.
─ Lo siento –dijo acercándose a mí para abrazarme pero me aparté.
─ Yo también lo siento, pero no estamos en el mismo lugar que hace cinco años. Pasaron cosas Niall. Ahora por favor quiero ver a Jason.
Niall soltó un largo suspiro y me dejó entrar al consultorio.
Vi a Jason sentado en la camilla junto a Brianna, me acerqué a él para darle un abrazo.
─ ¿Estás bien, cariño? –pregunté acariciando su cabello.
─ Sí mami, me dolía un poco el pie, pero ya casi no duele –me regaló una sonrisa.
─ Brianna, ya puedes irte –me dirigí a la maestra de mi pequeño. –Gracias por quedarte con él.
─ Ese es m trabajo, Emma. Avísame si hay alguna novedad con el pie de Jason –Brianna nos saludó y se retiró del consultorio.
─ Hemos hecho unas radiografías, no hay nada de que preocuparse –dijo Niall poniendo la placa sobre el panel de luz para que pudiera observarla. –Si Jason hace reposo hoy, para mañana el pie se le habrá desinflamado y seguirá como antes.
─ Yo quería jugar al futbol con Matty hoy –dijo mi pequeño haciendo pucheros.
─ Así que te gusta mucho el fútbol Jason –dijo Niall, yo los observaba sin decir una palabra, era algo hermoso.
─ Voy a ser el mejor jugador del Derby, doctor Niall –dijo sonriendo.
─ Ya lo creo, pequeño –dijo despeinando su cabello. –Por favor llámame sólo Niall.
─ De acuerdo, ¿algo más doctor? –hice énfasis en la última palabra.
─ No, solo controla que Jason no apoye su pie por hoy. Ya mañana estará bien –respondió algo desanimado.
Obviamente no me gustaba ver a Niall así, no me gustaba ver a nadie así, pero no podía hacer otra cosa. No había sabido nada de Niall durante cuatro años, y él parecía haber olvidado todo, como si nada hubiera pasado.
Una parte de mi tenía inmensas ganas de mandar a Niall al infierno por todo lo que sucedió, y otra me rogaba que lo perdonara, que olvidara todo, que él había cambiado. Decidí no hacer ninguna de las dos cosas y hacer como si para mi fuera otra persona más, como si para mi lo nuestro nunca hubiera pasado, pero ¿cómo podía hacerlo si había prueba de lo que sucedió? Una prueba viviente llamada Jason Horan Daly, mi pequeño de ojos azules y cabello dorado, mi vida.
─ Mamá, quiero ir a casa –la cansada voz de Jason despejó mis pensamientos.
─ De acuerdo, ven aquí –dije extendiendo mis brazos para cargarlo.
─ Por favor, Jason. No apoyes tu pie, sino no podrás jugar al fútbol por más que solo un día –dijo Niall.
─ De acuerdo –bufó el pequeño haciéndome reír.
─ Aguarda, Emma –dijo Niall retrasando mi partida del hospital. –Toma, por favor ya sabes lo que quiero que hagas. Te lo suplico.
Niall me entregó una tarjeta de presentación con su número telefónico. Quería que lo llamara… ¿lo haría? No creía ser capaz. Al menos no por el momento.
Jason se despidió de Niall con un beso en la mejilla, al parecer le había caído bien, le agradaba su padre. Era extraño, los hijos aman a sus padres, pero Jason no sabía que Niall lo era, y aún así sentí que lo quería, había una muy grande conexión entre ellos.
Niall abrió la puerta de su consultorio para que Jason y yo saliéramos. Caminé hasta mi auto y dejé a Jason en el asiento trasero, se había dormido en tan solo un minuto. Me sentí mal al ver sus ojeras, estaba muy cansado.
En el camino de vuelta a casa se me escaparon un par de lágrimas.
« ¿Sabes qué Emma? Vete a la mierda» el recuerdo de las últimas palabras que había oído salir de Niall hacía cuatro años me provocaron escalofríos.
« Te amo, solo quiero hacerte feliz» promesas, palabras sin valor alguno provocaron que el flujo de las lágrimas aumentaran.
¿Estaba llorando otra vez? Desde que Niall volvió a mi mente, a mi vida, comencé a llorar otra vez. Eso era insano. Lo que Niall provocaba en mí era insano.

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Bad Father
FanfictionMamá, ¿porqué yo no tengo papá como los demás niños? –su dulce voz rompió mi corazón.