Ya tengo la respuesta.

4.7K 502 66
                                    

NOTAS PREVIAS: Les recuerdo que los "adelantos" y comentarios están en "El baúl del tesoro". Se supone que el link / liga / url está en mi perfil de esta cuenta, pero parece que algunos de ustedes no lo pueden ver, así que pueden encontrarlo en FB como "Indigo: El baúl del tesoro.", o como "IndigoER.TheReal". No hay pierde, estoy usando los mismos avatares (la cola de sirena color aguamarina). [Índigo]

---------- 

Capítulo 1.

Ya tengo la respuesta.

Duncan caminó con prisa hacia la enfermería. Después de la llegada de los padres de Gina, sólo se quedó lo necesario para ser cortés y luego se retiró ante la mirada confundida de Julián.

El joven beta no podía quedarse ni un minuto más allí, el chico, cuyo nombre no conocía, era magnífico; supuso que era del círculo íntimo de la familia De la Rosa, le vio intercambiar palabras con los betas de esa misma familia, incluso acercarse a Bernardo y saludarle como su rango exigía; pero lo que le molestó fue que ese hermoso hombre parecía no reparar en su presencia, ni siquiera le había observado desde que bajó del auto, cuando sus miradas se cruzaron por sólo unos segundos.

Exhaló con fuerza y abrió con más brusquedad de la necesaria la puerta, ingresó y se dejó caer en la silla más cercana; por un poco más no lo habría logrado, sus rodillas parecían débiles.

Llevó ambas manos a su rostro y lo frotó, llevándose el flequillo hacia atrás y dejando caer la cabeza hacia el frente, encorvándose.

¿Qué diablos le estaba ocurriendo? Definitivamente eso no era normal. Pero ¿qué era normal a esas alturas? Había sido secuestrado y mutilado. Su padre había resultado más que un héroe. Su madre se había vengado tanto por su padre como por él. La prometida de su amigo había resultado ser la pareja de Bernardo. Y Julián se había emparejado con un humano. Haber encontrado a "su alma gemela" en un lobo de otra manada entonces no sería tan descabellado.

Enderezó la espalda cuando sintió un olor conocido, luego la puerta se abrió.

—¿Estás bien?— Mauricio se asomó con cautela.

—¿Por qué no lo estaría?— trató de sonar entre arrogante y bromista.

—Tal vez porque saliste huyendo del vestíbulo.

—No hui.

—¿Ah no? ¿Entonces lo imaginamos?— Mauricio ingresó y cerró tras su espalda, se acercó para tomar asiento en la otra silla, —Bernardo, Julián y yo estamos locos— ironizó.

—Bernardo definitivamente lo está— sonrió con amplitud el beta.

El rubio ondeó la mano, —bien, como sea; lo importante aquí es que al menos para nosotros tres no pasó desapercibido tu comportamiento.

Duncan mantuvo la sonrisa, pero ahora con un tinte de nerviosismo y se encogió de hombros.

Mauricio exhaló, —Julián está preocupado, ya sabes que por cuestiones de etiqueta no puede dejar la reunión, por eso estoy aquí, para asegurarle que estás bien— era una tonta manera de ocultar también su preocupación.

El castaño sólo asintió.

La pareja del joven alfa esperó unos segundos, entonces se puso de pie; —le diré que físicamente estas bien.

—Espera— Duncan le detuvo justo antes de que diera el segundo paso hacia la salida; —¿podrías echarme un vistazo? Creo que no me siento bien— se sujetó el pecho.

SunlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora