Enfrentamiento.

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Capítulo 10.

Enfrentamiento.

Se frotó el ojo sano por enésima vez y miró por la ventanilla del auto. Agradecía el hecho de que no se hubiera hinchado, durante la madrugada no pudo evitar llorar por el sentimiento que le golpeó de repente, al principio de todo no había pensado que fuera completamente cierto, pero aparentemente Jared en verdad no lo quería a su lado. Si Julián supiera que se la pasó entre las sábanas, llorando tal cual adolescente rechazada por su primer amor, le habría pateado el trasero para que reaccionara; incluso Mauricio se lo había dicho en la última video-llamada: darse por vencido no era su mejor cualidad. Decirlo era fácil, hacerlo... no tanto.

—Te encantará Stoneville— exclamó Lya a su lado, se veía fresca y nada desvelada, considerando que fue de las últimas personas en retirarse de la fiesta de Gina; tal vez en verdad la "excursión" le entusiasmaba.

Duncan hizo una mueca similar a una sonrisa y asintió, disimulando el hecho de que él no compartía ese sentimiento de aventura y curiosidad, tal vez por lo ocurrido anoche, o probablemente porque en Rilltown andar en su forma lobuna en el bosque y nadar en el lago desnudo habían sido cosas "normales" durante su infancia. Así que el viaje de entrenamiento a uno de los condados que pertenecían al territorio de la manada, en realidad no era algo novedoso para él.

Miró al frente, centrando su atención en Jared. Debido a que iban en un vehículo para cuatro pasajeros, podía observarlo de perfil, en diagonal, ya que estaba en la fila de asientos que estaba justo delante de él. A pesar de ir sentado con la espalda bien derecha, el delta parecía descansar plácidamente, tenía los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho, el viento que se colaba al interior de la vagoneta, debido a la ventanilla semiabierta del lado de Lya, revolvía algunos de los cabellos largos y rojizos de Jared, sin duda era hermoso.

—En la plaza principal siempre hay puestos de comida y de baratijas, es un pueblo turístico, no puedo esperar para salir de paseo por la noche— Lya pareció rebotar animada en su asiento debido a la idea.

Nuevamente Duncan asintió, sonriendo lo más posible, pero esta vez, a falta de su característico diálogo, la chica le cuestionó.

—¿Te sucede algo? Estás muy callado.

—Tengo un poco de sueño— dijo parte de la verdad.

—Entonces ayer por la noche no te fuiste directo a tu apartamento, ¿eh?— elevó una ceja, el tono de su voz era una mezcla extraña de reclamo y broma.

Duncan dejó salir algo entre un resoplido y una risa muy ahogada, —por supuesto que no, sería un tipo aburrido si fuera a la cama antes de las dos.

Ella sonrió, —así que seguiste la fiesta.

—Ni te imaginas.

—Para la próxima no olvides invitarme— le señaló e incluso clavó su dedo en el hombro del beta, amenazando, —sino, no te lo perdonaré.

—Lo tendré presente.

En ese momento el conductor puso el direccional para ingresar al desvío que llevaba a la entrada del pueblo, y en pocos minutos ya estaban aparcando en un área descampada, parecía haber sido preparada previamente para que las tres vagonetas se instalaran allí, suficientemente cerca de la civilización como para ir a pie a alguna tienda en caso necesario, pero no tanto para poder colocar las casas de campaña.

Cuando el vaivén del vehículo cesó, Jared abrió los ojos y fue el primero en salir del auto, dirigiéndose a otro, donde los encargados de los adiestramientos, incluido Alex arribaban. Omar, al ser el primer beta tenía el deber de permanecer en la ciudad, a menos que los alfas y el círculo íntimo lo decidiera de otra manera.

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