Disculpas y más disculpas.

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Capítulo 22.

Disculpas y más disculpas.

Jared se retorció los dedos de la mano, nervioso, mientras esperaba en el pasillo; recién Omar y los otros betas habían llamado a Duncan para una reunión y "aclarar las cosas".

—Cuando Alex me dijo, no pude creerlo.

El pelirrojo dejó de centrarse en sus dedos, miró a Lya al escuchar su voz y cuestionó. —¿En verdad es tan sorprendente?

—Nada daba indicios de que estuvieran juntos— dijo ella.

—No lo estábamos, no hasta ahora.

—Pero había algo entre ustedes, nadie se muda de apartamento tan repentinamente.

—¿Fuiste a buscarle?

Lya se encogió de hombros, —cuando llegamos, Amín nos comentó a Zoe y a mí sobre el enfrentamiento, y que Duncan había intercedido por uno de nosotros; fue cuando le busqué para saber cómo estaba, entonces Johan me lo ha contado con detalles.

—Ya veo— asintió.

Lya miró al suelo, pasó su peso de un pie a otro y de regreso, se relamió los labios antes de decir lo que quería y volver su atención al joven, —supongo que les hice pasar momentos desagradables e incómodos; ahora me siento como una tonta al recordar cuando te dije lo guapo que me parecía.

—Más que desagradable, era extraño— dijo sinceramente, porque en ese momento no sabía que eran celos los que le hacían mantener los labios apretados.

—Te ofrecería mis más sinceras disculpas, pero debes admitir que fue tu culpa por no decirme— ella le golpeó el hombro con suavidad, —si hubiera sabido que era tuyo, si tan solo hubieras dado un indicio de que te gustaba, yo lo hubiera dejado estar.

¿Así de fácil habría sido?

—Las cosas fueron complicadas— declaró él, queriendo dar pocos detalles, aun manteniendo la barrera que había construido durante ese tiempo.

—Supongo que sí, porque a alguien tan bueno como Duncan no se le deja ir.

La mirada molesta de Jared le dijo que tal vez había pasado el límite, así que Lya dejó de sonreír y se disculpó, —lo siento; me refería a bueno de buen corazón, no a bueno buenísimo; aunque si somos sinceros y mirándolo detalladamente no puedes negar que tiene un...

—Lya, cierra la boca— gruñó, pocas veces usaba el tono imperativo con su compañera de equipo, esta vez estaba más que justificado.

—Perdón, ya me callo.

.

Duncan reprimió las ganas de suspirar y rodar los ojos. Por la mañana Johan se había arrodillado ante él, ahora, después de la disculpa y explicación de Omar y los otros betas sobre lo que iba a proceder, Alex parecía que iba a hacer lo mismo; pero él no quería eso, mucho menos si parecía que su tío le estaba obligando.

—Espera— le detuvo antes de que se le ocurriera doblar también las rodillas, —no hay rencor, ¿de acuerdo? Sólo quiero que olvidemos esto y estemos en paz— pidió y miró a Omar, que ocupaba el centro de la mesa, —¿es eso posible?

—¿Olvidarlo? Me temo que no es tan sencillo, se ha cometido una injusticia en tu contra; los involucrados deben ofrecer sus disculpas, presentarlas por escrito si es posible, y en el caso de Johan, recibir el castigo que le corresponde.

—Pero yo no quiero eso, no si no son sinceras— miró a Alex de soslayo, —si no están arrepentidos y no se disculpan, por mi no hay problema, sin resentimientos; sólo no vuelvan a meterse conmigo ni con Jared, no voy a permitir que lo usen como medio para intimidarme—, volvió a centrar su total atención en Omar, —y sobre Johan, el afectado soy yo, no he hecho ninguna denuncia, así que no tiene porqué haber castigo.

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