Vinagre de manzana.

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NOTAS PREVIAS: ¡Se cumplió! Respondieron correctamente. ¡Muchas gracias! Y esta vez le pondremos un poco más de dificultad, ya verán ;) 

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Capítulo 6.

Vinagre de manzana.

El lugar no estaba muy lejos del edificio donde vivía, así que no había justificación para usar la motocicleta. Jared rodeó y pasó a una pareja que caminaba con lentitud por la acera e ingresó al local.

—Ey, hace tiempo que no te veía por aquí— exclamó el bar tender al notar su presencia.

—He estado ocupado— dijo al momento que tomaba asiento en uno de los taburetes altos en la barra.

—La academia de policías, ¿eh?— negó con la cabeza, —jamás entenderé la razón de tu devoción por los polisones— para la gente que no pertenecía a la manada, Jared era aún estudiante en la academia de policías, que hacía trabajos temporales en lo que se graduaba, y había bastante razón en ello.

—No es devoción, y tampoco tienes porqué entenderlo— apoyó los brazos sobre la barra.

El hombre rio, —sí, no es mi asunto, pero creo que ser policía es un desperdicio— hablaban poco, pero al hombre le parecía que Jared era un buen chico, algo serio, pero bueno, al fin y al cabo.

—Tu perspectiva es respetable. Ahora, si has terminado de hablar, ¿podrías servirme lo de siempre?

—Por supuesto, muchacho— el sujeto se alejó para ir al estante y tomar lo necesario para preparar la bebida que a Jared le gustaba, no tenía que decirlo, pero al ser "lo de siempre" lo daba por hecho.

El delta apoyó el codo izquierdo en la barra y descansó la mejilla en la palma de su mano, mientras tamborileaba los dedos de la diestra en la madera. Suspiró al momento que recordaba los hechos, la mañana había sido buena, se ejercitó desde temprano y limpió sus armas. Luego, casi al medio día, Omar le llamó para que se presentase en el departamento de policías, en la oficina que pertenecían a la manada. Allí fue cuando las cosas ya no marcharon tan bien. Lya, entusiasmada, se había ofrecido a llevar a Duncan en su auto, mientras Jared hacía lo posible por no encontrarse con él, pero fracasó en la salida del edificio, le tomó un gran esfuerzo no mirarle. Después, el encuentro con Alex; el sobrino de Omar era duro y serio, pero directo y justo, por eso le respetaba e incluso le admiraba un poco. Sin embargo, no fue hasta presenció el pequeño encuentro en la cabina de tiro que pensó en la remota posibilidad de que a Alex no le agradara Duncan. Pero, si pensaba con la cabeza fría, la sola idea era ridícula, conocía a Alex desde hacía tiempo y estaba seguro de que siempre actuaba justificadamente, Alex nunca usaría su posición para intimidar a otros, aunque técnicamente Duncan y Alex eran iguales.

—Aquí tienes— el bar tender deslizó una copa de cristal sobre la barra hasta colocarla cerca.

—Gracias— respondió, y cuando deshizo su pose para acomodarse mejor, en vez de percibir el olor a piña y coco de la bebida, el aroma a madera, tierra y lluvia llegó a su nariz. Sin que pudiera evitarlo, se irguió en la silla y miró hacia la entrada. Duncan era alto, pero aún sino lo fuera tenía "algo" que lo hacía destacar entre la multitud que se estaba formando. En cuanto sus miradas se cruzaron Jared maldijo y se obligó a centrarse en la copa frente a él.

Pensó en irse de allí, pero sería lo mismo que huir. Así como hizo cuando le dijo de frente que él no quería una pareja, esa mañana había aprovechado el desconcierto del castaño para entrar a su apartamento y cerrarle la puerta casi en la cara; sí, definitivamente había huido. Ahora no estaba tan seguro que ignorarlo para siempre fuese una opción, ya que estaba el importante hecho de que, en algún momento, tendrían que hablar, sus tareas lo podían requerir.

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