Cabezadura vs. Cabezadura.

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Capítulo 9.

Cabezadura vs. Cabezadura.

—Oh, aquí estás— dijo Lya ingresando también al balcón, —pensé que te habías marchado.

—No podría, no sé cómo llegar a casa, ¿recuerdas?—, por eso habían llegado juntos, en el auto de ella.

Lya rió, —pensé que dirías otra cosa, y no que el transporte sería la razón.

—Soy sincero— sonrió él también.

—Una cualidad muy evidente en ti— le lanzó un guiño.

—Eso me han dicho.

—¿Ah, sí? ¿Quién, otras chicas?

—En realidad mi amigo Julián y Mauricio suelen hacerlo todo el tiempo; incluso dicen que algún día eso será mi ruina.

—No creo que la sinceridad sea mala.

—Combinada con "no saber cerrar la boca" lo es—, Duncan pensó en el reciente enfrentamiento con Alex, no estaba bien enemistarse con él, con nadie en realidad.

—Sólo tienes que contar hasta diez antes de decir algo, eso te dará tiempo para reflexionarlo— sugirió Lya.

—¿Hasta diez? Pensarán que sufro de alguna incapacidad mental si demoro demasiado en formular una respuesta.

—Lya, te estuve buscan...— Jared se detuvo con medio cuerpo fuera, en el balcón. Por la posición sólo había visto a su compañera de equipo y pensó en ir hasta ella, se percató de la presencia de Duncan demasiado tarde, y por la dirección del viento de esa noche el aroma tampoco le llegó a tiempo.

—Aquí estamos— dijo ella.

—Lo lamento, no quise interrumpir— pensó en la posibilidad de retirarse, saber que a Lya le interesaba Duncan no era agradable, pero como bien había decido, no era asunto suyo.

—No interrumpes— le dijo Duncan, —es más, acompáñanos; es una noche muy bonita.

Pero antes de que pudiera contestar a aquello, Lya interrumpió, —¿dónde está Sarahí?

—Dijo que estaría con Zoé— mintió y tampoco explicaría más de lo necesario.

Duncan se sintió aliviado, al menos nadie estaría siguiendo a Jared por un tiempo.

—¿Sabes dónde podría estar Lya?— Jared viró el rostro y miró hacia atrás al escuchar la voz de Alex, quien venía a paso decidido y que a pesar de haber hecho la cuestión no se detuvo, así que cuando llegó al acceso del balcón vio que la chica estaba allí, con Duncan.

—Genial, entre más seamos, mejor— dijo Duncan.

Alex frunció el ceño, —es una descortesía que te encuentres aquí, deberías estar en presencia de los alfas— exclamó mirando al castaño, evidentemente reprendiéndole sólo a él.

—Sólo estamos tomando un poco de aire fresco, ¿qué hay de malo en eso?

—¿Siempre eres tan libertino?

Ante los diálogos Jared frunció el ceño, sospechando que el reclamo de Alex ya se estaba volviendo algo personal.

¿Y tú, siempre eres tan estirado?— contraatacó Duncan.

El beta residente negó con la cabeza y una sonrisa ladina, —no tientes al destino, pronto tendrás lo que mereces por ser tan rebelde.

El delta abrió la boca, ¿acaso Alex estaba amenazando a Duncan? Jared respetaba al sobrino del primer beta de la manada, pero su sentido de justicia y rectitud eran más fuertes; fuera su pareja o no, Duncan no se merecía ese trato. Pero las palabras jamás abandonaron su boca, porque fue Lya quien intervino, Lya había actuado más rápido.

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