Veintitres

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Cuando Jensen llegó a la oficina a las diez de la mañana, se encontró a Somers sentado tras su escritorio. Estaba haciendo lo mismo de siempre: estudiando las fotografías Polaroid sobre cadáveres.

—Esta ciudad está llena de mentirosos y delincuentes —se quejó Jensen. Se quitó la chaqueta y la arrojó al otro lado de la oficina. Golpeó el respaldo de su silla y se deslizó al suelo—. No hay ni una persona decente. Llevo toda la noche interrogando a los colegas de Elvis, y nadie ha dicho una sola verdad. ¿Sabías que Elvis murió hace tres años? Pero emigró a Australia hace cuatro meses. Y este fin de semana, ha ido a visitar a Priscilla.

—Jensen, el Rey ha muerto —sentenció Somers.

—No me jodas...

—Hablo en serio. Hace tres horas encontraron el cadáver de Elvis en una habitación de mierda.

—¡No te cachondees!

—Perdió los ojos y la lengua, igual que todos menos Marcus la Comadreja, quien probablemente fuera asesinado por Elvis.

—¿Son esas fotos? —preguntó Jensen.

—Sí.

—¿Puedo verlas? —Jensen se inclinó sobre el escritorio, tendiendo una mano. Somers le entregó las fotos en blanco y negro.

—Son todas exactamente iguales, Jensen. Estás perdiendo el tiempo.

—¡Maldita sea, Somers! Este tío era nuestra mejor pista.

—No necesariamente... Hay otra.

—¿Quién eres ahora, Yoda?

Somers obvió la impertinencia y empujó su libreta en dirección a su compañero. La página tenía escritas varias palabras a lápiz. Jensen la levantó y las leyó en voz alta.

—«Dante Vittori y Kacy Kellangi. Pareja joven y atractiva.» ¿Qué es esto? ¿Vas a hacer un intercambio de parejas?

—Dante Vittori era el recepcionista del turno de noche en el Hotel Internacional de Santa Mondega —dijo Somers con calma—. Kacy Fellangi es su novia. Trabajaba en el hotel como asistenta.

—Bien... ¿Y qué?

—Ambos desaparecieron poco después de que mataran a Marcus la Comadreja. A Elvis lo encontraron muerto en el apartamento de la pareja.

—¡Ah! —exclamó Jensen, dejando la libreta y las fotos en el escritorio—. ¿Eso qué significa?

Somers guardó el cuaderno en el bolsillo de su camisa blanca.

—Significa que Elvis fue a buscarlos después de matar a Marcus la Comadreja.

—Así que ellos debieron de presenciar el asesinato, ¿no? —Jensen pensó en voz alta—. ¿Y tuvo que cargárselos para que no lo identificaran?

—Tal vez sí, tal vez no.

—Entonces no lo entiendo. ¿Por qué los buscaba? ¿Acaso trabajaban con él?

—No lo creo. Elvis era un artista solista. Creo que tenían algo que él quería y, fuera lo que fuera, a Kid Bourbon también le interesaba. Por eso Elvis está muerto. Puede que él y Kid Bourbon se encontraran en el apartamento de la pareja. El único problema es que nuestros amigos, Dante y Kacy, huyeron antes de que llegaran. De hecho, todavía deben el alquiler.

Jensen recogió su chaqueta del suelo. Le limpió el polvo, la colgó en el respaldo de su silla y se sentó. Miró a Somers, que estaba esperando a que se calmara, y empezó a estructurar las pistas. Era obvio que su compañero iba un paso por delante; había tenido tres horas para procesar los detalles de la muerte de Elvis.

—Por tanto... —Jensen suspiró—. Elvis buscaba algo en el apartamento cuando nuestro asesino...

—Kid Bourbon.

—... Cuando Kid Bourbon apareció buscando el Ojo de la Luna y encontró a Elvis. Y por supuesto, al ser un psicópata...

—Y tal vez un vampiro...

—... Mató a Elvis. Pero entonces dijo «¡Mierda!».

—¿Estás seguro de que dijo «¡Mierda!»?

—Sí, se detuvo y dijo «¡Mierda!» porque se dio cuenta de que el Rey no tenía lo que estaba buscando. —Jensen hizo una pausa porque, en ese punto, incluso él ignoraba adonde conducía su teoría. Continuó con menos certeza—: Pero ¿por qué pensaría que Dante y Kacy lo tenían?

Somers levantó la mano para sugerir que Jensen podía querer callarse y prestar atención.

—¿Quieres oír mi teoría?

—Claro.

—Mi teoría es la siguiente: sabemos que Marcus la Comadreja era un ladrón experto, ¿correcto?

—Correcto.

—Por tanto, supongamos que Marcus tenía el Ojo de la Luna. Entonces prueba su propia medicina y lo roban Dante y Kacy. Toman el Ojo y se marchan. Ahora bien (y ésta es la parte de la que no estoy seguro), tal vez estos chicos pueden identificar a Elvis como el asesino de Marcus, y Elvis decide eliminarlos, por las dudas. Va a su apartamento, como el propio Kid Bourbon, quien busca el Ojo de la Luna. Entonces se cruzan sus caminos. ¡ZAS! El Rey es eliminado.

—Lo has pensado mucho, ¿no? —Jensen notó cierta emoción en la voz de Somers.

—Afrontémoslo: el asesino de Elvis es el mismo que mató a nuestras víctimas, excepto a Marcus. Lo sabemos por los ojos y la lengua.

Jensen reflexionó un momento. Luego dijo:

—Hay algo que no has mencionado.

—¿Qué es? —Su compañero arqueó las cejas.

—Sé que crees que Kid Bourbon está detrás de esto, y probablemente tengas razón, pero, ¿y si es Dante quien mató a Elvis y a los demás?

Somers se recostó en su silla y lanzó un profundo suspiro.

—¿Te empeñas en no creer que el asesino es Kid Bourbon? ¿Cuántas veces tendremos que vivir lo mismo? ¿Cuándo confiarás en mí?

—No me has entendido —comentó Jensen, haciéndole un gesto para que no lo interrumpiera—. Creo que Kid Bourbon está detrás de prácticamente todos estos asesinatos... al menos de todos los que tienes fotografiados.

—Entonces, ¿cuál es tu maldita teoría?

—Mi teoría es que este chico, Dante, podría ser Kid Bourbon.

El Libro Sin Nombre (actualizando) ®©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora