No me importa si el lunes es azul...
Azul. Un color frío y triste a la vez. Así estaba Gerard escuchando las canciones más deprimentes de David Bowie.
Gerard era un mar de emociones durante toda la semana y Frank no sabía que hacer con eso. Porque vamos, el enano vive enamorado del pelirrojo sabiendo que este tiene los cambios de humor de una embarazada, pero no puede cambiarlo lo ama así.
Le gusta poder ser quien limpie las lagrimas de aquellos ojos esmeraldas. Le encanta hacerlo sonrojar y abrazarlo, decirle que aquella pancita lo hacía más tierno.
¿Quién necesita un Romeo cuando tienes un Frank?