[F R A N C I S]
1/2... el lunes, puedes sujetarte la cabeza...
Bien. Tener una manada de gays como amigos era lo mejor y lo peor.
Aunque Francis extrañará sus tardes donde Frank y ella practicaban con sus respectivos instrumentos.Frank era la guitarra y ella la batería, a veces la voz. Querían formar una banda... aunque fueran dos, y estaban en busca de algún bajista.
Bueno ya no lo buscaba tanto, había dejado a Lyn-Z en su casa para luego dirigirse a la tienda de música siempre haciéndose la tonta mirando los discos o viendo la batería misma que estaba en el local.
Entro al local, siendo interceptada por aquella mirada azul grisácea, con aquella cabellera negra con algunos rizos cayendo rebeldes sobre aquellas orbes.
Bajo la mirada apenada, se dirigió hacia los discos de punk buscando uno de The Casualties. Los había estado escuchando, hace bastante que necesitaba una banda nueva que escuchar.
Teniendo We Are All We Have en sus manos se dirigió a la caja, donde el muchacho se encontraba practicando con aquel hermoso bajo rojo bordo.
«¿The Casualties?» pregunto al ver que la morena había puesto el disco ahí mientras sacaba dinero de su sudadera «Está bien, chica punk, ya sabes el costo» dijo mientras tomaba el objeto y lo metía en una bolsa plástica con el logo del local.
Sonrojada le entrego el dinero, para luego salir de ahí a paso rápido.
Ya afuera suspiró, maldita sea, lo único que sabía de él era que se llamaba Félix y era gracias a chapita con su nombre.
«¿Francis?» aquella voz la alertó. Su cabeza decía que corriera, a cualquier lugar menos cerca de aquel tipo.
No había cambiado en nada. Seguía con esas misma pintas de niño rico y ella seguía con aquellos horribles recuerdos.
«Mírate, no haz cambiado nada, sigues igual de estúpida y gorda» la había tomado de la muñeca haciendo que soltara la bolsa.
No sintió cuando comenzó a llorar, ni cuando alguien más la había jalada tras de si. Sólo vio como Max caía al suelo de un sólo golpe.
«Hey, ¿Chica punk? ¿Estás ahí? Ya no te volverá a hacer daño aquel idiota... deja de llorar por favor.
Aquellas orbes la veían con preocupación, intentando descifrar que sentía en ese momento. Mando todo a la mierda y se abalanzó sobre él para terminar en el piso abrazados.