CAPÍTULO 7.

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7.

UN VISTAZO AL FUTURO.

Lily Evans, James Potter, Remus Lupin, Sirius Black y Severus Snape, se sumergieron en un remolino inacabable, daban interminables vueltas. Todos los chicos se sentían mareados y la mayoría de ellos quería vomitar con tanto movimiento, de un momento a otro los cinco magos sintieron que todo alrededor se detenía y de repente cayeron sus cuerpos cual costal de papas, uno sobre el otro en diferentes e incomodas posiciones, el frio y duro piso paro su abrupta caída y por el silencioso pasillo se escuchó un estrepitoso sonido que retumbo por cada una de las paredes haciendo echo en la lejanía y alerto a algunos elfos.

—Canuto quita tu gran trasero de mi espalda —dijo James Potter.

—Lo siento Cornamenta, tu Lunático quita tú pierna de cara —comentó Sirius Black intentando quitar una pierna que estaba sobre su rostro.

—No importa ahora ayúdame a levantarme.

—No puedo Cornamenta no ves que Lunático no quiere quitar su pierna de mi hermoso rostro.

—Primera esa no es mi pierna Canuto y segunda puedes dejar de ser tan vanidoso solo por un segundo que no das cuenta de la situación en la que nos encontramos —replico Remus Lupin

— ¿Entonces, de quién es Lunático?

—Imbécil es la mía —maldijo apretando los dientes Severus Snape

— ¿Snape?

—Si idiota, ahora suéltame para poder quitarme de encima.

—Bájale a tu tono que aún me da vueltas la cabeza —se quejó James Potter, mientras se levantaba con lentitud todavía mareado y con ganas de devolver el alimento que traía en su estómago.

—Si Quejicus, ya cállate que tu voz me taladra los oídos —continuo Sirius Black apretándose la sien y los oídos con ambas manos.

— ¡Ya dejen de pelear, les tengo que recordar que algo muy extraño está pasando! —exclamo un furioso Remus Lupin.

— ¿Y Lily? —pregunto James Potter asustado al no encontrar a su pelirroja novia.

—Les agradecería que dejaran de discutir y te levantaras Sirius, me estas asfixiando —contestó Lily Evans claramente enojada y tratando de empujar al chico que estaba sobre ella.

—Black quítate, que acaso no la has oído —reprendió Severus Snape al escuchar a la chica.

—Tu quién rayos te crees para darme ordenes Quejicus.

—Cálmate Canuto esta vez él tiene la razón, levántate —dijo Remus Lupin.

—A mí no me hablas así idiota.

—Ya cállense todos, dejen de pelear, se comportan como animales salvajes —grito Lily Evans.

—Él empezó la pelea Lily.

—No me importa quién haya empezado, es realmente absurdo, terminen de una vez por todas con sus tontos y absurdos pleitos.

—Lo sentimos —dijeron los tres merodeadores al mismo tiempo y Severus solo hizo una mueca de disgusto.

Los magos terminaron por incorporarse James ayudo a Lily a levantarse del suelo, mientras Remus ayudaba a Sirius, Severus como siempre estaba al margen de lo que hicieran esos merodeadores y Lliy, así que se alejó un poco intentando pasar desapercibido.

El pasillo se llenó de tensión por un momento pues todos los chicos dejaron de hablar y se concentraron en mirarse los unos a los otros, ninguno de ellos se imaginaba que estaba pasando, pero muchas ideas fugases y locas pasaban por su cabeza.

— ¿Qué ha pasado?

—Que no es obvio Cornamenta, viajamos en el tiempo.

—Eso ya lo sé Lunático, a lo que me refiero a que tan largo fue el viaje, ¿segundos? ¿minutos? ¿horas? ¿días?

—Me temo que tal vez más que eso Cornamenta.

— ¿Meses? O demonios como hemos podido viajar tanto.

Remus bajo la cabeza pues no sabía la respuesta ni tampoco cómo explicar lo que realmente había sucedido, pero se apresuró a mirar a Lily para que ella explicara lo que estaba pasando, pues la chica siempre sabía qué hacer en los momentos difíciles.

—Pues no lo sé realmente.

— ¿Dónde estamos? —pregunto Sirius.

—Creo que aún seguimos en el castillo, pero lo mejor será averiguar.

Los chicos se aventuraron a caminar por los pasillos y si en efecto estaban en el castillo de Hogwarts, para su suerte todo estaba desierto y no encontraron a ningún estudiante o profesor por el camino. El castillo parecía normal, los cuadros, la decoración nada había cambiado, por lo que no habían viajado tanto en el tiempo al menos eso pensó Lily Evans.

—Lo mejor será que busquemos a Dumbledore, él sabrá qué hacer.

— ¿Qué? Estás loco, nos castigara si se entera lo que hemos hecho.

—Calma James, Severus tiene razón el profesor Dumbledore es el único que nos puede ayudar ahora, además no sabemos cuánto hemos viajado en el tiempo y como revertirlo.

—Está bien vamos a la dirección.

Avanzaron con mayor lentitud al estar cerca de la dirección, pues sabían que les esperaba una reprimenda del director por sus actos y serian castigados hasta su graduación, Lily se adelantó del grupo y continúo asustada pero firme en su camino, no alcanzaron a dar un paso más, pues una voz autoritaria los detuvo.

— ¿Quiénes son ustedes?, no deben estar aquí, ¿me pueden explicar que hacen aquí?, las clases no comienzan hasta dentro un mes —pregunto Minerva McGonagall.

— ¿ProfesoraMcGonagall? —preguntaron los cinco chicos aterrados.


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