IMPREVISTOS.

CAPÍTULO 10

10.

UN GEMELO DE COLOR.

La figura de una joven se movía rápidamente entre los largos y apenas iluminados pasillos de la madriguera, Hermione diviso entre la penumbra dos siluetas altas y delgadas ambas con cabelleras pelirrojas, se acercó con rapidez a Fred y George Weasley, ambos mejor conocidos entre sus amigos como los gemelos Weasley, -los cuales se hallaban fuera de su habitación recargados uno en el marco de la puerta y el otro enfrente de este al otro lado del pasillo, no se podía distinguir quien era quien pues su parecido era increíble no solo en el físico, sino que también en la actitud- los dos estaban riendo a carcajadas, mientras platicaban de quien sabe que <seguramente debe ser por alguna travesura que realizaron recientemente, no han cambiado con el tiempo> pensó Hermione hundida en sus pensamientos <ese par nunca va a cambiar>volvió a pensar, Hermione se apresuró a tomarlos por las túnicas y arrastrándoles los empujo dentro de su habitación.

—¡¡AY!! Suelta. Suelta. —Gritó Fred. — ¿Qué te pasa?

—Auch —gimió George, se sobo el brazo en donde la castaña le había ensartado la mano —acaso enloqueciste.

—Que cariñosa te has vuelto —dijo Fred con fastidio.

— ¿No has pensado en mejorar tus modales?, por cierto, que fuerte te has vuelto —dijo George tocando los brazos de Hermione.

—Si quién lo diría, tan pequeña y flacucha y con una fuerza tremenda.

—Ahora ya no sé a qué temerle más, si a tus hechizos a tus golpes.

—No se pregúntele a Draco Malfoy —sonrió recordando aquel momento en tercer curso cuando le pego un golpe en la cara al rubio.

Fred y George miraban con una sonrisa socarrona a Hermione, los chicos sabían muy bien porque Hermione les mencionaba al hurón albino de Draco Malfoy, su amiga Hermione Granger sí que era peligrosa cuando se lo proponía, la castaña en su tercer año en Hogwarts le había propinado un puñetazo en el rostro al hurón, generando por aquellos tiempos cierto temor en el chico cada vez que se encontraba con la chica, Draco siempre se la había pasado molestando a Hermione por ser descendiente de personas sin magia, siempre recordándole que era nacida de Muggles la llamaba sangre sucia, pero los tiempos habían cambiado demasiado, ahora Malfoy había dejado de ser una amenaza latente y Hermione le había perdonado cada una de sus groserías y fechorías. Mientras Fred y su hermano George se acomodaban las túnicas Hermione prosiguió con su diligencia.

—Necesito de ustedes con urgencia.

—Fliu —chifló George arqueando la ceja.

—Así que la ex prefecta perfecta se quiere meter en problemas ¡eh!

— ¿Problemas?, claro que no —puso ambas manos en su cadera e hizo una mueca de lado —se trata de algo menos... ya saben del estilo gemelos Weasley, pero igual necesito de su ayuda.

—Fred y yo creímos que necesitabas de los dos magos más problemáticos de todo Hogwarts para realizar alguna travesura.

— ¿Verdad George?

—Verdad Fred.

—Quizá en otro momento necesitare de ese otro tipo de ayuda, después de todo ya no los tendré en este año en Hogwarts para pedir sus artículos especiales —dijo pensativa, tocándose repetidamente la barbilla, tendría que dar una visita casual a Sortilegios Weasley —pero por ahora quiero que me ayuden a prepararle una fiesta sorpresa a Harry.

— ¿Una fiesta sorpresa, que es eso? —preguntaron a unísono los gemelos.

—Enserio tengo que darle una clase de costumbres Muggles a la familia Weasley —murmuró para sí, y luego prosiguió en voz más audible —es algo común en el mundo Muggle, es como una fiesta normal de cumpleaños, pero sin que Harry se entere.

—Los Muggles tienen ideas muy alocadas.

—Jaja, miren quien lo dice —respiro profundo recordando algunas de las alocadas proezas de ese par y luego los miro con complicidad.

— ¿Lo dices por nosotros? —pregunto Fred.

— ¿Lo dices por nosotros? —volvió a preguntar la castaña en tono sarcástico —desde luego que hablo de ustedes, me alegra que ya no asistan este año.

—Rompes mi corazón Hermione —dijo Fred simulando dolor en el corazón y tocándose el pecho con ambas manos.

—Ohh —la miró George fingiendo tristeza.

—Te recuerdo señorita —intervino Fred —que hay "alguien" aquí en esta habitación que hizo más locuras en un solo año que nosotros dos en todo el curso de Hogwarts.

—Y mira que si hicimos locuras —recordó George —nos costó nuestra graduación, pero aun así valió la pena.

—Chicos ustedes saben muy bien que lo hice por una buena causa.

—Una excelente causa, mira que atreverte a ir con Harry en busca de los Horrocrux no es cualquier cosa.

—Y mucho menos luchar contra Voldemort -suspiraron los tres.

Lord Voldemort comenzaba a adquirir gran poder en el mundo mágico, las noticias sobre las muertes ocasionadas por Voldemort no eran muy alentadoras y con el tiempo sus ideales no cesaban y una gran intranquilidad e incertidumbre se desataron sobre el mundo mágico y sus fieles seguidores los mortifagos no paraban de generar terror por medio de la tortura y la muerte, su amenaza era latente, el saber los horrores que causaba Voldemort ocasionaba que cada vez más quisieran pelear, por lo que la esperanza los mantenía optimistas ante el futuro y así lograron acabar con él.

—Bueno sí, pero regresando al tema Bill, Percy y su padre estarán trabajando todo el día en el ministerio, Molly se va a casa de Fleur a cuidar a Victorie y regresara hasta tarde, según Ron; Ginny y Harry tienen una cita y no van a estar durante todo el día ¿me ayudarán cierto?

—Eso depende.

—Depende, ¿de qué?

— ¿Qué necesitas?

—Alguien que me ayude a preparar la comida, poner ambiente con buena música, que vaya a comprar el pastel y otras cosas para decorar la casa.

—En pocas palabras ser tus esclavos —reprochó Fred.

—No lo tomen así, es muy sencillo solo tienen que hacer unos cuantos mandados y Ron también ayudará.

—Lo sentimos, pero no está en nuestra ética ser sirvientes de una chica y menos si es una pequeña —continuó George.

—Oh, por favor chicos, Ron acepto más rápido, ustedes deben ayudarme —respiro con cansancio —miren les ofrezco comida y además invitare a quienes ustedes quieran.

— ¿Enserio crees que nos compraras con alimentos y compañía? —pregunto Fred incrédulo.

—No somos como nuestro hermanito querida.

Hermione se quedó pensativa unos instantes, pues sabía perfectamente que los gemelos eran un hueso difícil de roer en ese tipo de asuntos, así que se le ocurrió una grandiosa idea, saco de su túnica dos frasquitos con un líquido transparente, abrió uno sin que los gemelos se dieran cuenta y con cuidado roció el contenido en sus rostros.

—Chicos, quieren decirme ¿cuál es el color más odian y por qué?

Los gemelos se miraron desconcertados por el cambio de conversación, pero contestaron sin más.

—Rosa, es muy de niña —respondió George.

—Verde, es muy Slytherin —respondió Fred.

Al instante todo el cuerpo de George incluido su cabello se volvió color rosa y el cuerpo de Fred verde.