"No digas ni una sola palabra, sólo dame una sonrisa. Todavía sigo sin poder creerlo, todo esto parece un sueño.[..] Eres tan hermoso que tengo miedo. [...] ¿Te quedarás a mi lado? ¿Me lo prometes? [...] Eres justo como una mariposa, desde lejos robo miradas. Si tocamos nuestras manos, ¿te perderé? [...] Estás ahí pero por alguna razón no puedo tocarte."-Butterfly, BTS
Jeon Jungkook había ido hoy a la escuela mucho antes, ya que a primera hora le tocaba clase con Taehyung y sabía que siempre llegaba antes de tiempo.
Recordaba la primera vez que le había visto: todo el mundo estaba hablando en clase, creando grupos y riéndose, pero él estaba sentado en primera fila, con una pequeña libreta. Primero se fijó en su pelo plateado, ya que estaba de espaldas. Como buen compañero que Jungkook quería ser, se sentó a su lado.
-Hola, ¿cómo te llamas?
Entonces la clase entera se quedó en silencio y todos les miraban ahora, parecía que hasta mantenían la respiración. Jeon era el chico nuevo y aún no sabía la regla, la norma de no hablarle a Kim Taehyung.
Pero no hizo caso de todos los susurros que se empezaron a formar de sus compañeros, en lo único que podía pensar era en mantener su mirada en aquel chico que ni siquiera se había girado a mirarle, por lo cual solo le veía de perfil. Una mandíbula que se definía suavemente en una línea, una bonita nariz en la cual notó un pequeño lunar. Unos labios relajados, donde volvió a encontrar otra diminuta manchita. A Jungkook le pareció adorable que tuviera esos lunares en lugares tan poco habituales.
Pero lo que más le llamó la atención fueron las manos de Taehyung. Eran largas, grandes y finas. Tenía las uñas perfectamente cuidadas y parecían suaves como la seda.
Todos los movimientos que su compañero hacía eran suaves y delicados, y Jungkook se veía anonadado con ellos. No sabía si ese chico existía de verdad o era todo un sueño. En ese momento entendió por qué la gente no se acercaba mucho, incluso él mismo sabía que tampoco podía hacerlo.
Kim Taehyung se veía delicado, frágil: era una obra de arte. Y Jeon tuvo tanto, pero tanto miedo de siquiera hablarle otra vez. ¿Qué pasaba si rompía aquella obra de arte? ¿Qué pasaría si tan solo le diera la mano? Desde ese momento supo que eso iba a ser su perdición: el peculiar chico que tenía delante era único, pensó Jungkook, nunca jamás había visto alguien con ese aura.
Su mente relacionó a Taehyung con una mariposa. Tan delicada, frágil y bella que no puedes dejar de mirarla, o de admirarla, mejor dicho. Pero sabes que si intentas tocarla, pueden pasar dos cosas: o la rompes, o vuela lejos de ti.
Ese primer día no obtuvo respuesta del chico, pero Jungkook no podía dejar de mirarle. Las semanas fueron pasando y se sentó siempre a su lado, le sonreía y se preguntaba en su interior cómo sería la voz de aquel chico. Cómo sería su sonrisa. Hubo un día en que una de esas dudas tuvo respuesta.
-Kim Taehyung.
Jeon escuchó ese grave susurro que provenía del pupitre de al lado y se quedó desorientado al principio. Se encontró con la mirada de él, y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Taehyung realmente era arte, vaya que sí lo era. Y por supuesto que sus compañeros ya le habían dicho cómo se llamaba, pero le impactó la voz. Era extrañamente grave y parecía que tenía un acento raro, pero era su toque distintivo. Era suyo, por tanto era único.
Lo único que pudo hacer Jungkook fue dejar escapar una risa de alegría que no fue correspondida, pero era suficiente por hoy. No debía presionar al chico mariposa, no debía espantarle.
A partir de ese momento intercambiaban un par de palabras cada mes, pero siempre estaban juntos. Jungkook se sentaba al lado de Taehyung en la hora de la comida y le acompañaba a casa. Bueno, se mantenía a metros de distancia de él cual acosador sin decirle nada. Pero sabía que la forma en que Kim Taehyung se comunicaba era distinta a las palabras, algo que nadie podía entender.
Pero de eso ya hace dos años, y hoy el pelinegro ha decidido dar un paso más. O más que un paso, inclinarse hacia delante. Pero las dudas rondan por su cabeza. "¿Me considera su amigo? ¿Se alejará de mí si me acerco más?". No es fácil tratar con el chico mariposa, y hoy iba a cruzar uno de sus límites.
Iba a preguntarle si quería hacer con él el trabajo de dibujo. Para muchos podría parecer una acción cotidiana pero Jungkook pensaba que eso sería invadir su espacio personal, agobiarle: él siempre hacía sus trabajos solo.
Es verdad que ya habían quedado unas cuantas veces fuera del instituto en estos últimos años, momentos en los que Jungkook casi juraría que Taehyung correspondía sus sentimientos, que coqueteaba con él. Casi. Porque después pensaba en como un solo asentimiento con la cabeza podría significar tal cosa, pero al fin y al cabo era Kim Taehyung. Puede que él intentara establecer lazos así. Eso esperaba Jeon. Pero lo de hoy puede que sea ir demasiado lejos.
Se dirigió a su pupitre y sonrió a Taehyung. Éste simplemente le devolvió la mirada, pero esta vez la mantenía, no la apartaba. Jungkook simplemente se sonrojó y bajó la mirada, porque parecía que le estaba mirando el alma, y no era tan bonita ni tan pura como la suya.
Volvió a levantar la vista y observó que hoy el pelo plateado de Tae tenía ondas en el flequillo, y pensó que ojalá él se despertara con ese pelo por las mañanas. Entonces una serie de catastróficos pensamientos pasaron por la mente de Jungkook.
-¿Te gustaría...venir hoy a mi casa?
Y fue en ese momento en el que Jeon se maldijo a sí mismo por la estupidez que acaba de soltar a causa de la mirada del otro y supo que ya no había vuelta atrás. Le perdería, el chico mariposa se iría volando lejos de él por su estúpida equivocación y sus nervios. Hundió su cabeza entre sus brazos apoyados en su mesa. Tenía ganas de llorar, lo había echado todo a perder.
-Vamos al parque.
Y Jeon Jungkook no levantó la vista lo suficiente rápido para ver cómo las comisuras de Taehyung se elevaron unos segundos.
Cuando terminó la clase, el chico que era arte ni siquiera le dijo a qué hora, dónde quedarían, ni ningún comentario al respecto.
Quizás se lo preguntaría a la hora de comer, o de vuelta a casa.
Por su parte, Taehyung esperaba no estar cometiendo un error, esperaba no estar volviendo a ilusionarse por alguien.
Pero lo único que quería es alguien que le entendiera, y Jeon Jungkook lo hacía.
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N/A: Sin duda Butterfly es una de mis baladas favoritas y simplemente tiene un mensaje puro y precioso:c No dudéis en comentar cualquier error o simplemente decir si os ha gustado, si os gusta este vkook:) Espero que sí, os prometo que no os decepcionaré en los siguientes capítulos. Fighting!
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...3- S A V E M E...
"No podía permitirse caer otra vez más, porque definitivamente sería la última."
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Butterfly; vkook
Fanfiction『Jungkook se enamora de Taehyung y se promete a sí mismo cuidarle. Lo que no sabe es que Tae ya está roto 』 ღ Primera historia de la saga BUTTERFLY ღ