"Quiero despertar, detesto este sueño. Estoy atrapado en mí mismo, estoy muriendo.[...] ¿Por qué está tan oscuro cuando no estás aquí? Es peligroso, me hace tanto mal. Sálvame, no puedo controlarme a mí mismo. [...] Escucha el latido de mi corazón, te llama por su propia cuenta. [...] Dame tu mano, sálvame.[...] Sé que tú eres mi salvación. [...] Sólo tus manos cubren mi dolor, lo mejor de mí, sólo te tengo a ti. Por favor, eleva tu voz para hacerme reír de nuevo. [...] Gracias por dejarme ser yo mismo, por despertarme de este sueño. [...] Gracias por convertirnos en un nosotros" -Save ME, BTS
Ese día, los dos chicos quedaron en el parque a media tarde. Jeon Jungkook puede que estuviera demasiado nervioso como para decir ni una palabra, o puede que con solo mirar a Taehyung ya le bastara, como siempre había hecho.
Pero había sido diferente, habían caminado uno al lado del otro, Taehyung le había dicho hola y habían tomado batido de plátano juntos. Jungkook se sentía como si tuviera a esa frágil mariposa en el dedo, como si hubiera depositado su confianza en él, pero podría estar equivocado. Un paso en falso y su amigo se iría volando.
Por su parte, el chico que era arte estaba confundido aquella tarde. Últimamente se sentía mal consigo mismo, no sabía qué le pasaba, siempre había estado mejor solo que mal acompañado. Pero ahora estaba bien acompañado, perfectamente acompañado. Todo este tiempo Taehyung había pensado que su horrible vida solo era un sueño, que pronto despertaría. El problema es que estaba atrapado en sí mismo, no podría salir de ese sueño a no ser que alguien le ayudase, le diera razones para hacerlo, le salvase.
Pero le daba miedo la forma en que su corazón latía con fuerza cada vez que el chico del pelo azabache le sonreía, aun sabiendo que Taehyung no le correspondería. Le daba miedo que su objetivo secreto al levantarse cada día hubiera salido a la luz: ser escuchado algún día por ser él mismo, a su manera.
Se estaba cumpliendo, Jeon Jungkook era esa razón por la cual los días ya no eran tan grises. Tan grises, definitivamente no se volvieron felices del todo. Por eso necesitaba que su Kookie intentara con más empeño hacerle sonreír de nuevo, que diera el siguiente paso y le cogiera de las manos, que lo diera todo de él.
Porque Kim Taehyung no podía hacer eso primero, no, no podía entregarlo todo de sí mismo otra vez sin recibir nada a cambio. No podía permitirse caer otra vez más, porque definitivamente sería la última. Tenía mucho miedo.
Le encantaba la manera en que Jungkook le miraba, como si fuera la persona más perfecta; la manera en que le hablaba, como si Taehyung se fuera a ir corriendo; y la manera en que se movía cuando estaba a su alrededor, como si el chico plateado fuera porcelana y se fuera a romper. Lo que Jeon no sabía es que Kim Taehyung estaba ya roto desde hace años. Lo que no sabía es que él era él único que podía salvarlo.
-¿Quieres...ir a algún sitio en especial?-le preguntó Jungkook con voz alegre y mostrando sus dientes de conejito. A lo que Tae simplemente sacó dos entradas en las que se leía "Exposición temporal de Vincent van Gogh. Museo Nacional". Le tendió una y las manos de los jóvenes se rozaron levemente.
-Pensabas que no me acordaría-dijo el del cabello plateado, y siguió andando camino al museo.
Recuerda el día en que nos conocimos, pensó Jungkook. Y es que la razón por la cual quería quedar hoy era porque cumplían dos años y medio desde que le habló por primera vez. Se acordaba de aquella vez en que le preguntó si le gustaba van Gogh.
En su visita a la exposición, Jeon pensó lo irónico que era lo mucho que Taehyung se impresionaba con aquellas obras, cuando él era igual o más bonito que ellas. Le gustaría poder decirle que eso es lo que sentía cada día viéndole, observaba una obra de arte y no se cansaba.
Se preguntó si Tae se veía a sí mismo de esa manera, ¿cómo podría estar tan ciego como para no apreciarlo? Ese día estaba donde pertenecía, en un museo donde la gente pueda apreciarlo, pero no tocarlo, porque valdría una fortuna repararlo, si es que se pudiera.
Jungkook notaba como el resto de personas también se quedaba mirando a su amigo, también notaban esas vibraciones que emitía el chico que era arte. Y solo pudo sentirse afortunado por tener la oportunidad de acompañarle, de intentar ser su amigo. A pesar de que, no es que no soñara ser más que su amigo.
Cuando terminaron de ver las obras de arte, hubo llegado el momento de despedirse. ¿Las cosas cambiarían avanzarían entre ellos a partir de aquel día? Jungkook esperaba que sí. Realmente deseaba que sí. Pero a la vez que no, no quería causar que se alejara.
-Podríamos haber ido a un vertedero y aún así me hubieras hecho sonreír. Gracias.
La mente del pelinegro colapsó, ¿acababa de oír más de cinco palabras de la boca de Taehyung y eran un cumplido para él? Cuando volvió de su estado de shock, su amigo ya no estaba. Jungkook saltó como un niño pequeño pegando gritos de felicidad. La gente le miraba raro pero, ¿qué más da? A partir de ese día se esforzaría todavía más en hacerle sonreír.
No era presionarle cuando Taehyung le había agradecido por ello, ¿no?
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N/A: este fanfic es el tipo en el cual no habrá mucho diálogo, sino que es más de entender los sentimientos de los personajes! Espero que os haya gustado y si tenéis alguna duda no dudéis en escribirme:)
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...4- D N A...
"Ese dolor no era debido a la ruptura de su corazón, sino a la sanación. Al miedo a la sanación."
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Butterfly; vkook
Fanfiction『Jungkook se enamora de Taehyung y se promete a sí mismo cuidarle. Lo que no sabe es que Tae ya está roto 』 ღ Primera historia de la saga BUTTERFLY ღ