Blood and Tears

CAPITULO II : ¿Condenadas?

Observé como de repente empezaron a arreglarse y poniendose un poco de labial en esos labios carnosos, vaya sí que saben como seducir a un hombre, al poco tiempo caminaron hasta el baño de damas. Las personas que hasta hace poco saturaban el lugar ya no estaban, todo estaba desierto, que empiece el juego.

Al salir las niñas estaban vestidas de otra manera, caminaron como extrañadas por unos cuantos minutos.

- Dorian, Dewey agárrenlas .

-¡ Mierda ! ¿qué crees que haces bastardo? ¡quítame las manos de encima! - reccionando antes que tu amiga? oh cariño eres ineteresante.

- ¡Sueltenla! ¿ acaso están locos? ¡ya déjennos tranquilas idiotas! - su amiga forcejeaba pero Dorian le doblaba el tamaño, tan pequeñas y aún así no conocen su lugar.

- Traiganlas y síganme - ordené a mis muchachos, me giré hacia la salvaje - después de la reunión de hoy, si todo sale bien, nos divertiremos mucho juntos cariño, mientras tanto comportate, y espero por tu bien no me hagas tener que repetirlo.

- ¿Acaso estás loco? - contestó con una mirada amenazante.

- Oh no me mires con esos ojos cariño, haces que quiera devorarte aquí mismo - agarro su suave rostro con mi mano y bajo hacia su delicado cuello- pero tengo negocio que atender.

- Por favor, déjanos ir, te lo ruega - vaya, sus ojos ahora se cristalizaron ¿falsa valentía?, sin embargo aún tiene ese aire arrogante a su alrededor.

- Dreys , cuida de ellas hasta que termine de atender mis asuntos. No me falles.

- Claro, se cómo tratar a insolentes como éstas - miró a cada una de ellas con una sonrisa en los labios - las voy a cuidar muy bien.

- Llévalas a mi casa, observenlas hasta que yo llegue. No hagas nada imprudente.

- Si si Como quieras, ya se te hace tarde ¿no?.

- Me voy.

Caminé hasta llegar al auto negro esperándome

- Definitivamente este día cada vez se vuelve más y más interesante - sonreí.

-¿Disculpe señor?.

- No es nada, sólo conduzca.

*Narra Raizel*
Me metieron en un auto negro totalmente polarizado, no sabía donde llevaron a Leah y no podía coger el móvil ya que estaba con el tipo llamado Dreys; la ansiedad, la desesperación y el miedo me inundaban como torbellinos, realmente no sabía que hacer ni qué es lo que sucedería ¡cálmate Raizel joder! me decía mientras sentía la mirada intensa de Dreys.

-Podría preguntar ¿por qué están haciendo esto?- sin respuesta , me lo esperaba - ¿van a matarnos? - de nuevo nada- ¡Hey, te estoy hablando!.

-Lo sé - rió ,me miró de arriba abajo y continuó- no, no vamos a matarlas, si el jefe las quisiera muertas ya lo estarían- mi cuerpo se tenso al oír lo que me estaba diciendo- tranquila estoy seguro que tu amiga es quien está en mira del jefe no tú así que no lo pienses más.

-¿¡ Leah está en peligro ¡?- trague saliva mientras esperaba su respuesta.

-¿Sabes? Creo que hablas demasiado- se acercó a mí y puso su brazo alrededor de mi cintura- tu amiga estará bien siempre y cuando no haga enojar a Dean. - ¿Dean? Ese debe ser el que ordenó que nos trajeran a la fuerza .

-¿A qué te refieres?.

-Pronto lo entenderás.