Aniversario de Bodas.

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Todo comenzó una bella mañana de verano, cuando Sharon, se despertó como siempre a las 8:45 am ni un minuto menos, ni un minuto más, Sharon caminó sigilosa al baño a darse una ducha. Su hermosa silueta se veía marcada por la ligera toalla que traía al salir del baño, y con una dulce caminata se dirigió a la cocina a tachar un día más en el calendario, su mirada parecía perderse en un día marcado con un corazón en rojo, era el día de su 5to aniversario de bodas, Sharon es de esas mujeres muy especiales que viven por y para sus parejas, ella llevaba semanas preparando una fiesta sorpresa para su amado esposo Elías, quien siempre está trabajando.

Sharon acostumbraba a despertar temprano para hacer le un gran y delicioso desayuno a su amado, puesto que es una gran cocinera y cree fielmente que no hay mejor manera de demostrar amor que con la comida, después de sentarse juntos a desayunar, Elías besaba en la frente a Sharon y se despedía para luego marcharse al trabajo. Siempre la misma rutina perfecta.

En un día normal Sharon dedicaría todo su tiempo a limpiar, arreglar, cocinar y mantener bella su casa para la llegada de su adorado esposo, pero este día como los últimos lo dejaría a la mitad pues planeaba ir a un centro comercial cercano, ella recorrió pasillo por pasillo buscando las mejores decoraciones, las copas más brillantes y los manteles más finos, pero lamentablemente para Sharon y su búsqueda de solo lo mejor, la llevarían a alejarse un poco más de casa a otra plaza comercial.

Al llegar y recorrer lo ligeramente, poso su mirada en lo que parecía un exuberante regalo sorpresa, una gran tienda de lencería y ropa interior, la mente de Sharon se embargaba de vergüenza al pensarse a ella misma usando algún tipo de encaje sensual, una vez en el interior del establecimiento adentrando se entre los pasillos de ropa y accesorios picaros, en la búsqueda de algo no muy revelador, corrió muy cerca de ella una jovencita con una diminuta tanga en la mano, Sharon no pudo evitar pensar que era demasiado, siguió con la mirada a la chica hasta que la vio acercarse a un hombre que se encontraba de espaldas, a quien le hacía pucheros y gestos sexuales. El hombre volteo hacía un costado y Sharon quedo anonadada cuando aquel hombre que sujetaba de la cintura a la chica, era su amado esposo Elías, quien se suponía estaba en el trabajo.

Mientras ambos sujetos compartían una sonrisa con picardía, Sharon aparto la mirada rápidamente y se escondió en un rincón de la tienda ahogando su llanto con las manos apretando fuertemente su cara. Después de unos segundos, Sharon, con lágrimas desbordando su rostro se asomó por los anaqueles y para su suerte la pareja se había ido, tomo su bolso, se montó al auto y manejo a toda prisa a casa.

Habiendo arrasado con su hogar cual torbellino, encontró enterrado entre los cojines del sofá y el reposa espalda, el celular de su esposo, luego de intentar cientos de contraseñas, logro acceder y el terror que sintió en su corazón fue indescriptible, galerías repletas de fotos con aquella chica, y conversaciones de meses jurando le amor eterno a otra. Algo dentro de Sharon se había roto.

Pasaron las horas y Sharon no podía mantener su mente tranquila, fue a la cocina para intentar aterrizar sus ideas lavando los trastes del desayuno, pero solo podía pensar en que amaba a su esposo, que llevaban 7 años juntos y no quería perder lo. De pronto recordó un artículo en una revista que hablaba del esoterismo y sus propiedades mágicas, dejo los trastes a un lado cuando corrió a la computadora a buscar recetas esotéricas para atraer al ser amado, entre las múltiples recetas que el Internet le ofrecía, había una en especial basada en un método voodoo, -"No me olvides"- susurro entre dientes Sharon, quien leía absorta la tan peculiar receta. En ese momento decidió que ella, haría el pastel para la fiesta.

Los días pasaron y Sharon seguía emocionada con la fiesta como el primer día, tratando a Elías con total amor y devoción como si nada hubiera pasado, por otro lado, ella seguía al pie de la letra la receta de "No me olvides", quería que fuera un excito delicioso.

Por fin el tan esperado día llego, luego de 2 semanas de larga y productiva espera, la casa de Sharon se vestía de manteles largos, una deliciosa cena acompañada de vino tinto, pétalos de rosas adornaban la mesa, una sensual canción con saxofón embriagaba el ambiente y unas velas blancas le daban el toque especial.

Elías llego a la hora acordada, la cena transcurrió bella y romántica justo como ella esperaba, Elías por supuesto elogio la cena y el ambiente, pero no dejaba de mirar de vez en cuando el celular, Sharon sabía que era hora de sacar el postre, -Hice tu favorito cariño...- dijo Sharon con voz dulce, -¡Oh gracias mi dulce Shary!- contestó mirando como traía en sus delicadas y blancas manos un delicioso pastel de chocolate de la cocina, Sharon lo dejó en la mesa, le cortó una gran rebanada a Elías y la sirvió acompañada de otra copa de vino, él comenzó a comer sin esperar a su esposa, -Uff cariño, esto esta delicioso- decía Elías mientras saboreaba el pastel y lo alternaba con sorbos del espumoso vino, Sharon lo miraba cada vez más extasiada, -¿de qué es?- pregunto un poco desconcertado, mientras se acababa la primer rebanada de pastel, -De chocolate cariño...- contestó su encantadora esposa acariciando su copa mientras veía a su esposo servirse otra gran rebanada, -Ummm ya ya... pero ¿Qué es este sabor tan... interesante? ¿Limón? ¿Zarzamora? ¿Frambuesa?- preguntó Elías picando el centro viscoso y rojizo del pastel con el dedo, para después relamer lo con una sonrisa, -Debiste moler muchos frutos rojos para tener esa consistencia tan espesa y marcada eh, ay Shary eres tan dedicada- decía Elías con la boca manchada de una sustancia grumosa y espesa. A la par que la música paraba, Sharon se levantó de la mesa y se acercó a su esposo, él la miro con una gran sonrisa, ella lo miro a los ojos acercando se a su silla, -¿De verdad quieres saber el ingrediente secreto?- le preguntó con una sonrisa pícara, Elías pensando que solo intentaba ser coqueta, dijo que si moviendo de arriba a abajo la cabeza mientras se metía otra gran cucharada a la boca.

Sharon bajo la mano hasta su blanco y suelto vestido, lo alzo y de sus interiores saco una copa menstrual con poco contenido, que vertió sobre la rebanada a casi acabar de su esposo, quien la miro incomodo con un gesto de desagrado, pero antes de que este pudiera decir o hacer nada, ella le dijo con una tierna mirada en el rostro -¿Qué pasa cariño? Un poco más no le hará daño, ¿ahora me vas a decir que te comes un pastel con mi menstruación de una semana, pero no te gustan unas gotitas sin chocolate?- concluyó partiendo el pastel por la mitad, dejando a la vista el aspecto sanguinolento del relleno, coágulos frescos resbalaban por las paredes de este y pequeños hilos de sangre colgaban entre ambas piezas separadas.

Elías abrió los ojos como platos, aterrado y asqueado hizo su silla para atrás escupiendo el poco pastel que aún no había tragado en un reflejo de respuesta a tan vomitiva escena, cuando estaba a punto de levantar se, Sharon fue más rápida y se sentó sobre él, con los ojos inyectados de sangre y su sexo humedeciendo sus rodillas, dijo acercando cada vez más su rostro contra el de su esposo -Es para que nunca olvides... cuanto... te amo... -.

Fin.

Cuento por Domi Moff.

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Cuentos Raros para Gente Rara ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora