La primera prueba

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Rogelio.

Angus está parado en el pasillo, sentado en su maleta. Había olvido por completo que llegaba a esta hora. Había salido a correr para despegar a los fantasmas del pasado. El día se sentía fresco y tenía poco tiempo para alistarme y llegar a la empresa. Había estado pensando en poner a Vicky a prueba, por alguna razón, sentía la necesidad de castigarla. Mi psicólogo me diría que tenía que controlar mi lado impulsivo y vengativo, pero mi psicólogo era bien pagado para perdonar mis errores y aconsejarme como salir de ellos.

-Olvide que llegabas a esta hora- Abrí la puerta. Angus estiro su maleta, aun no escucho ni un saludo. Se dejó caer en mi sillón blanco. Me dirigí a mi refrigerador y saque un jugo de naranja. Mire a Angus esperando a que dijera algo, pero realmente parecía cansado.

- No puedo creer que el hombre que siempre se basa en un horario se le olvido que llegaba a esta hora, estuve media hora sentado en mi maleta, tengo sueño y hambre.- cerró los ojos, parece como si fuera a dormirse.- Fue un largo viaje de España hacia acá.

- Si, me lo imagino. Sigo sin entender que haces en México, te dije que todos tus asuntos los podríamos arreglar, no era necesaria tu presencia.- resoplo.

- ¿Acaso se te olvida que se casa Cristina? Yamileth quiere estar con ella para todo el proceso, pero ella aun no vendrá, no puede viajar si sigue sintiendo tantos mareos.- vi la sonrisa que se le escapaba. Me senté a su lado y le di un empujón, el comenzó a reír.

- ¿Hablas en serio?- abrió los ojos y asintió. Me reí con él, lo estire para que se levantara y le di un fuerte abrazo.- Serás un estupendo padre.

- Estoy algo asustado por eso.

- ¿Por qué no viajaste con Yamileth?

- Porque aún no está lista para eso y porque me dijo que trae un vestido para Cristina y no quiere que ni un solo hombre lo vea, esta vuelta loca con eso de la boda y embarazada es más terca, quien me mando a casarme con una Montero.- sonrió, en cambio yo perdí la sonrisa. Me levante y regrese a la cocina.- ¿Aun te molesta el tema de la boda?- no quería hablar de eso.

- Quiero imaginar que no se llevara a cabo.

- Rogelio...

- ¡Lo sé!, no le hago ningún daño a nadie pensando así.- ignore su mirada de preocupación- La habitación de invitados esta lista, cuando Yamileth llegue, puede quedarse aquí. Me daré un baño, supongo que hoy no quieres trabajar, descansa algo. Te veré más tarde.

Camine por los pasillos de la empresa, me tomaba mi tiempo en revisar todo, me gustaba imaginar que mi empresa era como un reloj, los engranes trabajando juntos para hacer que se moviera. No podía pasar desapercibido como deseaba, algún día me gustaría pasar por los pasillos y ver a todos corriendo como locos en sus trabajos, gritando, riendo y hasta hablando a mis espaldas. Pero cada vez que yo pasaba por los pasillos, todo era silencio, todos simulaban que trabajan en total silencio y detestaba eso. Me temían tanto que no eran capaz de comportarse como realmente son, era un lujo que Vicky aun podía darse, pero pronto ya no sería así. El problema de ser la asistente, es que iba a ser una de las mujeres más odiabas en toda la empresa, hasta llegue a imaginar, que pronto sería más odiada que yo.

No me sorprendí cuando la encontré en su lugar, parecía escribir con rapidez en su agenda, no la interrumpí. Mire los dos cafés que estaban en su escritorio, no se rendía, no entendía si era una forma de querer quedar bien conmigo o solo era educada.

-Si quiere uno, tómelo.- dijo aun mirando su agenda.

- No- se mordió el labio y me fue inevitable sonreír. Cuando me miro, ya había cambiado mi expresión, ahora estaba muy serio.

- ¿El Señor Angus, ya llego?

- Si, hablando de eso, necesito que le llame y que se ponga de acuerdo con él para pasar por su esposa cuando ella llegue, también tendrá que ponerse a su disposición será una mujer que necesite de ayuda extra, ya le dirá ella porque.- asintió, no parecía molesta por haberle encargado a otra persona, eso me sorprendió.- ¿Qué tengo para hoy?

- Una junta con el Señor Alejandro y los de finanzas. El señor Alejandro llamo para decir que llegara más tarde, que si quiere puede comenzar con la junta.- resople, Alejandro no era así, siempre cumplía, pero desde Cristina, había cambiado mucho, supongo que es el mismo cambio que yo tuve en ese tiempo.

- Muy bien, encárgate de llamar a Alejandro y exigirle una hora en la que pueda venir, en cuanto te asegure, llama a los de finanzas para que suban a la junta, no tendré esa junta sin él, no soy de los que repiten toda la junta por uno que llego tarde, aprende eso de mí, cada vez que Alejandro te diga que va a llegar tarde, dile que te diga exactamente a qué hora y cambia la junta, solo se le permite eso a jefes, para todos los demás que digan que vienen tarde, yo decidiré a qué hora o hazlo tú, al menos tiene que ser dos horas después de la hora acordada, aquí no se le espera a nadie, solo a los jefes, claramente con algo de castigo, dile a los de finanzas que van a salir tarde, por la culpa del Señor Alejandro.- estaba por dar media vuelta, cuando note la mirada de reproche de Vicky.- ¿le molesta? – bajo la mirada.

- No, es solo que no se me hace justo que sean los de finanzas los que paguen el retardo del Señor Alejandro.

- Correcto, entonces dile a Alejandro que hoy salga tarde de su trabajo a ver si lo logras.- respiro hondo.- Debes de aprender a dirigir, no puedes tocarte el corazón.

- Ellos no lo merecen.- baja la mirada.

- Si quieren el trabajo se quedaran a la junta, si no lo quieren, pueden irse, diles que pasen por su cheque. Aquí se trabaja hasta tener resultados, se trabaja por amor a la empresa, no porque se quiera la hora de salida. Te autorizo para decirle a Alejandro sobre la situación y que él decida, veamos si él se toca el corazón.- escribió de nuevo en su agenda.- Llama a Felipe y Aarón de finanzas, diles que los quiero ver en mi oficina en cinco minutos y también quiero que entres tú.

Vicky debía de odiarme, lo presentía, pero no me molestaba, me alegraba de alguna manera que se sintiera mal porque los de finanzas se irían tarde por la culpa de Alejandro. Ella no estaba corrompida, lo cual me fascinaba, logre ver en sus ojos que estaba en total desacuerdo, esperaba que me gritara, pero logro controlarse. Esperaba que hiciera lo mismo en la siguiente prueba. Ella tenía que comenzar a aprender cómo se manejaban los asuntos, tenía que conocer lo peor.

En menos de cinco minutos, Aarón y Felipe entraban por la puerta de mi oficina. Vicky venía detrás de ellos, parecía un poco ansiosa, ignoro mi mirada. Le indique a los tres que se sentaran, Vicky pensaba sentarse lo más lejos de nosotros y con una mirada le pedí que sentara a mi lado, es el lugar que le pertenece como mi asistente.

Respire hondo y los mire a los dos. Abrí un legajo amarrillo en donde tenía los papeles de Felipe y de Aarón. Ambos parecían fastidiados con la situación, no entendían que hacían en mi oficina. Me di media vuelta en mi silla para quedar al lado de Vicky. Ella me miro de reojo, hasta que tuvo la valentía de mirarme directamente.

-Señorita Vicky, estos dos hombres han tenido faltas con la empresa, como es parte de su trabajo, usted puede decidir que les va a pasar, puede despedirlos a los dos o buscar otra solución. En este legajo esta detallado la falta de cada uno, puede leerlo, puede preguntarles, es más hasta puede escribir un informe, pero tiene que solucionar esto.- ella parpadea y mira a los dos hombres.- Al final, será el mismo resultado o despide a los dos, o solo despide a uno, pero si es así, tendrá que hacerse responsable del que no despidió.- le entrego el legajo.- Está en su manos la decisión – me levanto y camino hacia la puerta sin mirar a los dos hombres que se miran sin entender lo que sucede, después miran a Vicky con cara de arrepentimiento, ella no sabe ni a quien mirar y puedo notar un temblor en su mano.

- ¿A dónde va?

- Imagine que yo estoy fuera del país, usted se tiene que encargar de esto.- salgo de la oficina.

Me siento en el lugar de Vicky y hojeo su agenda, tiene una linda caligrafía. Sonrío para mis adentros, estoy ansioso de ver quién es el primero en salir de la oficina o si Vicky se va a rendir y me pedirá ayuda. Ella se va a corromper, estoy seguro de ello, y tendré que darme todo el crédito. 

Quédate Conmigo #4. Dame una oportunidad. (Completa) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora