Quédate Conmigo #4. Dame una oportunidad. (Completa) Wattys 2020

No puedes huir de mi

Vicky

-¡Sorpresa!- gritan todos cuando una mujer alta, rellenita, con una enorme sonrisa entra al departamento. Todo quieren abrazarla primero, no logro comprender como esta mujer logro juntar a esta manada.

- Bienvenida, Vicky.- me rio de su comentario.

- Se supone que yo debería de decirte eso.- en cuanto se aleja de mí, me lanza una sonrisa tan dulce que hasta me da azúcar.

- Este es mi hogar, yo siempre estoy aquí, te doy la bienvenida a nuestra familia.- mira hacia atrás, donde todos están sonriendo, es tan extraño estar rodeada de tanta gente feliz.- Supongo que ya te diste cuenta que todos son muy unidos y que esta familia ha ido creciendo poco a poco, el que estés aquí, significa que le caes bien a todos ellos, hasta a Aarón quien suele ser el más difícil, ellos confían en ti, por lo tanto eres bienvenida.- asiento y siento un calor en mi corazón que antes no había sentido, pertenezco a una manada al parecer.

La fiesta, se convierte en una reunión, el volumen de la música esta baja, porque no les interesa bailar, solo quieren platicar, Ashley cuenta que el haber regresado a México es definitivo que no se ira de nuevo, que su esposo tienen un trabajo fenomenal y que podrá conservar el departamento. Todos están radiantes de felicidad por ello, Ashley es muy importante para ellos, aun no conozco toda la historia, solo sé que ella es quien mantiene unida a la familia o quien empezó esa unión.

De repente todos guardaron silencio, cuando escuchamos gritos en el pasillo. Mi piel se pone chinita y mi cuerpo se tensa en cuanto reconoce la voz. Cerré los ojos un momento para asimilar que era el, que estaba afuera y que al parecer golpeaba la puerta de mi departamento.

-Esto me recuerda a viejos tiempos- dice a Ashley quien mira a Cristina- Alejandro así venía a buscarte y tú te venias a esconder a mi departamento- Cristina me mira, no parece preocupada ni enojada, está muy controlada, en cambio yo, solo estoy molesta.

- Deberías de salir a hablar con el- dice Cristina, pero yo me niego a hacerlo- Esta es tu oportunidad de hablar con él y reconciliarse.

- Cuando yo prometo algo lo cumplo, dije que si salía por la puerta de su oficina era para siempre y lo será.

- ¿Lo dices en serio?- me pregunta Tim

- Claro que sí, no volveré con él.

- Vicky, puede que ya se haya dado cuenta de su error- dice Alejandro- Deberías de darle una oportunidad.

- Yo dije algo y ahora lo cumplo.- camino hacia la puerta, tengo que terminar con esto, ahora mismo.

-¡Vicky, por favor, abre la puerta!- miro a Rogelio quien está intentando abrir mi puerta.

- Eso es un delito- digo, el da media vuelta para encontrarse con mi fría mirada.

- Que bueno que estas bien- dice Teresa, no me había dado cuenta de su presencia- Él está algo ebrio- miro de nuevo a Rogelio que camina hacia a mí.

- Tenemos que hablar Vicky- miro que no coordina sus pasos, menos hablare con él en este estado.

- No tenemos nada de qué hablar, Rogelio, te pido por favor que te vayas al carajo.- él logra llegar hasta mí y me toma del brazo.

- Sé que estas cabreada, pero escúchame...

- No quiero hacerlo- le doy un empujón.- Te dije que en cuanto saliera de tu oficina, todo habría terminado y así fue.

- ¿serás así de orgullosa?- le doy otro empujón con el cual pierde estabilidad y da un paso hacia atrás.

- Así lo quisiste tú, debería de darte vergüenza venir a buscarme y aun estar ebrio.

- Vicky, solo quiero hablar...

- Yo ya dije todo lo que tenía que decirte, no me interesa en lo más mínimo.

- ¡Esa es mi chica!- dice Aarón. Doy media vuelta y me encuentro que todos están en la puerta mirando.

- Quiero que te vayas, arruinas la fiesta- estoy por regresar a la fiesta, cuando el me estira para abrazarme.

- Por favor, Vicky, solo escúchame...- le doy un golpe en el abdomen con el codo lo que lo hace soltarme.

- No tengo nada que escucharte.- le doy un empujón y camino hasta mi departamento, ya no quiero saber nada de ninguna fiesta.

- ¡Vamos, Marbella, no puedes huir de mí!- abro la puerta- Estas cabreada, lo entiendo, pero en algún momento tienes que escucharme, por favor, Vicky... ¡Marbella, solo escúchame!- cierro la puerta de un golpe.