Epílogo

4.3K 322 34
                                    


7 meses después. Vicky.

Rogelio me estira con fuerza, yo intento no caerme con las dos piernas izquierdas que tengo. Corremos por los pasillos del hospital, odio tanto estar en un hospital, su olor, simplemente no puedo con ello.

Estoy exhausta, porque ninguno de los dos quiso esperar el elevador, demasiado lento para nuestro objetivo. Así que decidimos subir ocho pisos por las escaleras, antes sonaba como buena idea, hasta que recordé que odio el ejercicio y que había subido varios kilos, porque claro, desde que ya no soy modelo, me ha importado un comido mi físico. Así que ahora respiro con desesperación, sé que si no llegamos pronto, estaré feliz de estar en un hospital, porque pienso tener un infarto.

-Vamos, Marbella, no puedo creer que llegamos tarde a esto. – rechino los dientes y aunque quiero gritarle, sé que no puedo hablar, necesito concentrarme en mi respiración.

Por fin veo la habitación 176 y me detengo.

-¡Esa es!- grito y sé que he gastado mi último aliento en esta tierra. Rogelio se detiene, creo que va a derrumbar la puerta, pero se detiene. Se para frente a mí, respira hondo.

- Te ves hermosa.- sonrío ampliamente, es un maldito, aun puede hacerme sentir maravillas con una sola palabra.- Te amo, eres la mujer más bella y quiero que sepas...- le doy un pisotón y el brinca de dolor- ¿Qué te pasa, Marbella?- me cubro la boca con mi mano para no reírme.

- Rogelio Lara, no te atrevas a pedirme matrimonio en un hospital, porque si lo haces, la respuesta es no, para nada es romántico esto.- se ríe, mira hacia el techo como pidiendo paciencia a todos sus santos.

- Amor de mi vida, eres la mujer más exasperante que conozco.- me rio de su cara, toma mi mano y le da un beso.- Pero no pensaba pedirte matrimonio, quiero que conozcas el sexo del bebe.- abre la puerta y me deja entrar. Me detengo cuando encuentro a Alejandro sentado frente a Cristina, quien está sentada en la cama y en sus brazos esta una pequeña niña.

El señor y la señora Alvarado, habían decidido que fuera sorpresa el sexo del bebe, pero el engreído de Rogelio, había estado buscando la forma de enterarse por su cuenta, claro que yo me enoje con él, pero de nada servía, siempre ha sido un entrometido, así que uso todas sus artimañas para conseguir la información que quería, y termino enterándose del sexo. Claro, yo no me iba a rebajar a pedirle que me lo dijera... bueno al menos, no los primeros dos días, luego rogué por enterarme, pero nunca me lo dijo, hasta ahora que puedo ver a una dulce niña en los brazos de Cristina y dos padres amorosos que están muy felices de ser padres.

-Cristina... es hermosa- me acerco a ella, es la niña más linda que he visto, su cabello en negro oscuro, aun puede cambiar, pero es blanca, tiene la nariz de su madre y de seguro ha de tener los ojos de su padre.- ¿Cómo se llama?- Cristina no deja de sonreír, voltea a verme y me rebela el nombre de la niña, es bellísimo.

Rogelio.

No puedo lograr que Vicky salga de la habitación de Cristina, se la ha pasado con ella en todo momento, no puede dejar de mirar a la niña.

Sigo riéndome de lo contenta que esta. Aun no puedo creer que Vicky aun siga conmigo, que me ama tanto como yo la amo a ella. Nuestra vida ha cambiado, las discusiones han aparecido pero por ahora hemos podido con ellas, hace dos meses decidimos vivir juntos, aunque mi madre estuvo totalmente desacuerdo, ella quiere que nos casemos, pero aun no decidimos eso, en cuanto estoy por mencionar matrimonio, Vicky cambia el tema o logra zafarse, sé que aún no está lista, pero yo sé que quiero pasar mi vida con ella.

Se ha salido con la suya en muchas discusiones y es que simplemente cuando comienza a discutir termino riéndome de sus comentarios y ella termina arrastrándome a la cama, como si no me gustara. Al final, he tenido que mudarme a su departamento como quiera se siente más como un hogar que el mío. Ella se ha esmerado por aprender a cocinar, aunque le digo que no es necesario, pero ella realmente detesta que gaste dinero en salir a comer. Ella detesta que gaste dinero como si creciera en un árbol, o al menos eso es lo que siempre dice.

Quédate Conmigo #4. Dame una oportunidad. (Completa) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora