Primera mentira descubierta

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Vicky.

Después de la noche intensa que tuve con Rogelio, llegaba a mi departamento. Mi chico Lara número dos, acababa de dejarme. Nos mantuvimos callados todo el camino, pero estábamos más cómodos que cuando cenamos. Rogelio me sonreía cada vez que nuestra mirada se cruzaba. Supongo que por fin logre algo con él. Suspire, al menos ahora estábamos bien.

¿Qué sucede contigo, Victoria? Tal vez ahora piensa que te gusta, que por eso estas al pendiente de lo que hace, por eso te importa a quien ama. Resoplo, mi conciencia siempre arruina mis logros.

Cierro la puerta, aún estoy pensando en Rogelio, la calidez de su cuerpo, cuando pase mi mano por su mejilla y su gran brazo. ¿Hará abdominales? ¿Hará brazo? ¿Cómo puede mantenerse tan jodidamente bien?

-Dime que se siente bien.- me quedo en mi lugar, escucho la voz de un hombre en mi sala.

- Se siente bien, necesito más.- ahora es la voz de una mujer.

¿Qué está pasando? Mi corazón está a mil, y la adrenalina se hace presente. ¡Se metieron a robar! ¡Una mujer y un hombre están robando!

-¡Quiero más!- ¡y lo están haciendo en mi sala!

¿Qué tipo de ladrones tienen sexo mientras roban? Deben de ser unos depravados. Tomo lo primero que encuentro que es un gato hecho de cerámica. "lo siento miau, lo siento abuela, pero es lo único que puede salvar mi vida" pienso, antes de entrar a la sala. Me detengo y también me quito uno de mis zapatos, sabia de mujeres que se habían defendido con un tacón, el tacón podría encargárselo en uno de los ojos o golpearlo en la cabeza. Tal vez, debería de llamar a la policía, pero la adrenalina está trabajando más rápido y me hace salir de mi escondite.

-¡Alto ahí, asquerosos!- escucho el grito de una mujer y la risa de un hombre. De repente se hace la luz, han encendido la lámpara de mi sala.

- ¿Qué podrías hacer con un gato y un zapato?- pregunta Aarón. Abro los ojos, los cerré en cuanto encendieron la luz. Al menos están vestidos, Jane aun lleva puesto su vestido, pero esta roja como un tomate lo cual combina con su cabello. Aarón ahora está lejos de ella y tiene una enorme sonrisa.

- ¿Qué rayos hacen aquí? ¿Cómo entraron? ¿Y porque lo hacían en mi sillón?- Aarón vuelve a reír, en cambio Jane baja la mirada. Dejo el gato que me regalo mi abuela en la mesa y dejo caer mi zapato.

- Venimos a invitarte a cenar y a dejarte la copia de la llave que tengo del departamento. Jane me dijo que no estaba bien que yo la tuviera.- respiro hondo, tomo asiento lejos de ellos.

- Eso está bien, pero aun no entiendo que hacen dentro de mi departamento y haciendo cositas.- Jane sonríe, por fin se le ha pasado el rubor y parece relajarse. ¿Es en serio? ¿Ella? Realmente no me esperaba esto.

- Perdona a la rojita, a veces se deja llevar por mí- dice Aarón, mira a Jane y le dedica una sonrisa tierna que en seguida la tranquiliza. La estira para lograr abrazarla y ella le sonríe, de nuevo parece que están a solas. Pero esa ternura, me golpea en la cabeza, ya quisiera yo tener alguien con quien hacer locuras como esas y que me haga sentir así de tranquila con una sola sonrisa.

- Lo siento, Vicky, Aarón creyó que no te importaría que te esperáramos dentro de tu departamento, le dije que no, pero ya estaba aquí. Después una cosa llevo a la otra, pero no pensábamos hacer nada más que un par de besos, lo siento.- dice Jane, a ella si le creo, tal vez exagere un poco. ¡No lo hice!

- Este bien, ahora me sentiré mejor sabiendo que tengo todas las copias del departamento.

- Si... claro- dice Aarón, se levanta y me da la llave. Lo miro, esperando que me diga quien más tiene llaves de mi departamento, pero no lo hace.

Quédate Conmigo #4. Dame una oportunidad. (Completa) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora