Capítulo 21: La mascota del Club de Novelas Ligeras

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Tras despertarme por la mañana, observé la hora en mi reloj de pulsera.

«Aún es muy temprano»

"¡Agwh...!"

Bostecé profundamente, y mientras volvía a cerrar los ojos, me encontré con la silueta de Shimizu, sentada de una forma muy extraña a pocos metros de mí.

Sin darle más importancia de la necesaria, me dispuse a volver a dormir.

Hundí la cabeza entre mis propios brazos y respiré profundamente. Entonces, cuando por fin me relajé por completo, y mi conciencia volvía a apagarse...

"¡¡KYAHHHHH...!!"

Sin previo aviso, un grito desgarrador se escuchó cerca de donde estaba.

Naturalmente, salté por la sorpresa y abrí los ojos, de golpe.

"¡¿Q-qué está pasando?!"

Alterado, giré la cabeza de lado a lado, en busca del origen del grito.

A mi izquierda, Yami también lucía muy alarmada. Aunque, no parecía ser ella la que gritó de esa forma.

En vista de que no había sido Yami, eventualmente llegué a una conclusión.

Entonces, no tardé en encontrarme con Shimizu, que estaba en el mismo lugar que antes (pero mucho más tensa).

"¡Shimizu! ¡¿Qué sucedió?!"

Tan pronto como terminé de preguntarle, ella extendió su brazo, y con una expresión llena de horror, me apuntó con el dedo indice.

Siguiendo esa linea imaginaria con la vista, llegué hasta mi escritorio.

En ese momento todo fue evidente.

Sobre la superficie del escritorio, había un insecto; una cucaracha, para ser más precisos.

El pequeño animal nos observó cuidadosamente mientras movía sus antenas.

Decidido por hacer algo al respecto, auné algunas fuerzas para ponerme de pie.

Pero, antes de que pudiese acercarme lo suficiente, la cucaracha dio media vuelta y escapó a una velocidad vertiginosa sobre sus seis patas.

Al verla, Shimizu arrugó el rostro.

Por otro lado, Yami ni se inmutó. Ella más bien parecía algo confundida y somnolienta.

"¡E-es asqueroso!"

"¿De qué hablas, Fuyu chan...?"

"¡Había una cucaracha! ¿Una cucaracha!"

"¿Joh...? ¿En serio?"

"¡Sí! ¡Y era enorme, realmente muy aterradora!"

Por amabilidad, Yami continuó respondiendo a todo lo que Shimizu le decía; incluso cuando en realidad no estaba escuchando nada debido al sueño.

Mientras escuchaba aquella conversación tan particular y unilateral, me tomé un segundo para procesar todo lo que había sucedido:

En algún momento de la noche nos quedamos dormidos mientras hacíamos nuestra novela, y esta mañana fuimos despertados por el grito de Shimizu.

La razón: una cucaracha.

A pesar de que era muy temprano, luego del alboroto que había montado Shimizu, nos fue imposible volver a dormir.

Puedo comprender que las chicas no sean buenas con esas cosas, pero...

¿Es en serio? ¿Todo por una simple cucaracha?

Watashi no koto wo wasurenaide kudasaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora