Luego de mucho trabajo, por fin pudimos terminar de limpiar la sala del club.
Las ventanas, las paredes, el piso e incluso el techo estaban relucientes.
Shimizu y yo, contemplamos llenos de satisfacción nuestra nueva sala.
"Tengo algo que hacer, así que saldré por un momento"
"Comprendo"
Tras decirle a Shimizu sobre mi compromiso, salí de la sala con un profundo sentimiento de victoria.
Se supone que Izumi debería estar esperándome en la azotea. Allí almorzaríamos juntos.
Mientras caminaba tranquilamente por uno de los pasillos, observé la hora en mi reloj de pulsera para saber si llegaría a tiempo.
"¡Bien! Aun tengo algo de tiempo"
Me pregunto qué tipo de almuerzo me habrá traído hoy.
Oh, pero no se hagan ideas raras.
No es como si él fuese el que prepara mi almuerzo, no... no somos ese tipo de amigos.
Resulta que la hermana menor de Izumi es mi compañera en el taller de cocina tradicional, y ya que nos hicimos buenos amigos durante las clases en pareja, últimamente me ha estado preparando el almuerzo casi todos los días.
Así que por lo general, Izumi siempre me trae el almuerzo que ella preparó.
Inmerso en mis pensamientos, aumenté un poco la velocidad, y al cruzar la esquina:
*TASH*
Tropecé con alguien y ambos caímos al suelo, al igual que los cuadernos que él o ella traía consigo.
"D-disculpa, yo—..."
Al abrir los ojos, involuntariamente interrumpí lo que estaba intentando decir.
Una hermosa chica de cabello corto y castaño se hallaba a pocos metros de mí, sosteniéndose la cabeza con ambas manos. Su rostro estaba ruborizado y sus ojos cerrados, con fuerza.
"¿E-estás bien?"
Al escuchar mi pregunta, ella alejó las manos de su cabeza y abrió lentamente sus ojos.
"S-sí, estoy bien"
En ese momento, algo en ella llamó mi atención.
Luego de ayudarla a levantarse, pude apreciarlos mejor. Hablo de sus ojos...
Sus ojos no reflejaban la luz, era como si absorbieran todo el brillo que estuviese cerca.
"Disculpa, pero... ¿Podrías ayudarme con los cuadernos que dejé caer?"
"O-oh... sí, no hay problema"
En efecto, eso era lo correcto, ya que después de todo, yo fui quien la empujó en primer lugar. No obstante, me pareció raro que ella no se inclinara para ayudarme.
Aunque... no podría decir que es por falta de sentido común o modales.
Más bien diría que ella no se inmutó, porque aunque intentara ayudarme, no tendría sentido ya que no parecía tener la menor idea de en dónde habían caído... o en otras palabras, ella no sabía en donde estaban sus cuadernos.
Aunque la curiosidad era demasiada, no podía preguntarle. Pero aún así, luego de un momento estando ahí abajo, como si pudiera leer mi mente, con una voz dulce y serena me dijo:
"Disculpa que no te ayude, lo que pasa es que los cuadernos cayeron al mismo tiempo que nosotros, y por consecuente, no pude escuchar en donde cayeron"
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Watashi no koto wo wasurenaide kudasai
Novela JuvenilEsta es la historia Nakamura Yoshiro, un estudiante de preparatoria cuya meta es llegar convertirse algún día en un escritor profesional de novelas ligeras. A lo largo de la historia, podremos ver como el protagonista crece tanto como escritor como...