Capitulo 20: ¡Tengamos una pijamada de novela!

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Afuera llovía con fuerza y los arboles eran zarandeados debido a la intensidad del viento. Por otro lado, en lugar de serme incomodo, este tipo de clima me resultaba muy relajante. ¿Cómo decirlo? El sonido de la lluvia despejaba las preocupaciones de mi mente.

Ya era muy tarde y mañana debía asistir a la escuela, así que tras sentarme a los pies del sofá, desatornillé la tapa de un frasco con medicamentos y dejé caer algunos sobre la palma de mi mano.

Sin darle muchas vueltas, me los tomé en el primer intento.

«Es increíble. Ya hace un buen tiempo que los tomo y hasta ahora no me acostumbro»

Aunque pensé un poco acerca del tema, rápidamente hice a un lado a los medicamentos para concentrarme en otras cosas más interesantes. Por ejemplo, el día de hoy.

Había pasado bastante tiempo desde la última vez en que la casa estuvo tan animada.

Ayano tiene la costumbre de invitar a sus amigas de vez en cuando, pero aún así, en esta ocasión el ambiente fue diferente (claro, y el hecho de que podía hablar sin el peligro de ser golpeado, también ayudó mucho).

Y es talvez porque pasó mucho tiempo desde que vivía algo así, que cuando mis ojos se cerraron, terminé soñando sobre algo de hace mucho tiempo.

En ese entonces estábamos de vacaciones, por lo que no estábamos en la ciudad, sino que, como todos los años, habíamos ido de viaje a la casa de una tía que vivía en el campo.

Era una tarde de primavera.

El clima era cálido, y perfecto para divertirse al aire libre.

Siguiendo esta misma lógica, como todo niño de primaria, salí con mi red para cazar insectos.

El jardín era muy amplio y estaba rodeado por árboles y plantas de todo tipo.

Mientras buscaba, no tardé mucho en encontrar algo que me pareció interesante.

Se trataba de una cigarra que estaba adherida a un árbol.

El insecto tenía un caparazón grueso, y revoloteaba sus alas por momentos.

Con cuidado de no espantarla, me acerqué con sigilo, y cuando estuve lo suficientemente cerca...

*Bam*

Atrapé al insecto con mi red.

"¡Eso es!"

inesperadamente, un peso en mi hombro interrumpió mi celebración.

Al girarme, me encontré con un niño mayor, con el cabello rojo y rizado al igual que yo. Sus ojos por otro lado, eran azules y bastante profundos.

"¿Qué tienes ahí?"

Como respuesta a su pregunta, levanté la red que traía y le enseñé la cigarra que había atrapado.

El niño se acercó y la examinó de cerca. Entonces, una sonrisa se dibujo en su rostro.

"¡Joh! ¡Esa si que es grande, Yoshiro! ¡Muy bien hecho!"

Acompañando estas palabras con una sacudida de cabello, el niño celebró mi logro.

"¡Jejeje!"

Su elogio había sido suficiente como para sacarme una risa juguetona.

Por otro lado, además del niño y yo, había un tercer compañero de juegos, o más bien, una compañera.

Watashi no koto wo wasurenaide kudasaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora