Capítulo 11: Problemas en el baño

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Algunas horas más tarde, en casa.

"¡Ya llegué!"

"¡Bienvenido...!"

Tras quitarme los zapatos, me encaminé a la sala y dejé mi bolso sobre uno de los sillones.

Ayano estaba sentada, viendo la televisión a todo volumen, así que mientras me desataba el nudo de la corbata, con un aire estricto me volví hacia Ayano.

"¡Los vecinos se molestarán!"

"Sí, sí... ahora le bajo"

Suspiré.

"Por cierto, ¿Qué cenaremos hoy?"

"Ummm... estaba pensando en..."

"¡¿Carne?!"

Los ojos de Ayano estaban brillando, y era obvio que la boca se le hacía agua.

"De hecho, estaba pensando en hervir fideos y hacer un salteado de verduras..."

"¡Onii chan! ¡Quiero comer carne! ¡Carne!"

No, de hecho...

Eso deberías discutirlo con Asuka.

Yo con mucho gusto prepararía carne, pero por alguna razón...

¡¡ASUKA OLVIDÓ DARME EL DINERO DE ESTE MES!!

"¡Onii chan...! ¡Por favor...!"

Ayano se encogió de hombros y agachó la cabeza, entonces, comenzó a verme desde abajo, con esos ojos de cachorro.

"Vamos, eso no funcionará..."

"Onii... chan..."

Sus mejillas ruborizadas, sus ojos temblorosos...

¡Maldición!

"¡Ahhh! ¡Está bien, está bien! ¡Tú ganas!"

"¡Onii chan!"

Ayano me mostró una gran sonrisa.

... creo que sobró un poco de carne de la otra noche.

*Tap...tap...*

Abrí el congelador, y tras buscar un poco en medio de los paquetes cubiertos por escarcha, encontré un paquete de carne de res al fondo de todo.

"¡Estará listo en un momento!"

"¡Sí...! ¡Tómate tu tiempo...!"

*Zzzhttt*

Como ya se había vuelto rutina, luego de lavarme bien las manos, puse a calentar la sartén con un poco de aceite mientras picaba algunos tomates para la ensalada.

Al terminar con los tomates, abrí un paquete de arroz y vertí un poco en la arrocera.

Tras pensarlo un momento, decidí que solamente: 'carne, arroz y ensalada' sería muy poco culinario, así que puse a calentar otra sartén con aceite a fuego lento.

*Sap, sap, sap, sap*

Tomé dos cebollas y comencé a cortarlas en pequeños cubitos. Acto seguido, las tomé con las palmas de mis manos y las dejé caer sobre el aceite.

*Zzzhttt*

Una vez más, el reconfortante sonido del aceite.

Luego de esperar cinco minutos, retiré la sartén con las cebollas, y ayudándome con una espátula, las dejé caer sobre el bistec (al que recientemente había dado vuelta)

Watashi no koto wo wasurenaide kudasaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora