Al día siguiente, sala del club.
"O-ouch..."
"¿Huh? ¿Qué es lo que te sucedió?"
"O-oh... nada, sólo... sólo tropecé en la ducha"
"Ya veo. Deberías hacer algo con ese ojo, es desagradable..."
¡Kghjj!
"¡G-gracias por tu preocupación...!"
Esa Ayano... esta vez se pasó. Me dejó un ojo violeta.
*Gararara*
"¡Buenas! ¿Cómo están?"
Furukawa sensei parecía bastante animada.
Tras cerrar la puerta, se dirigió con una gran sonrisa hacia nosotros. Sin embargo, esa expresión de felicidad fue rápidamente opacada por un tono de duda.
"¿Huh? Ahora que lo pienso, ¿No tenían un nuevo miembro?"
*Gararara*
Sin darnos tiempo de responder, la puerta corrediza volvió a abrirse. Y una vez adentro, Yami hizo una reverencia.
"Disculpen la demora, es sólo que..."
Apartando la mirada, parecía haber susurrado algo.
Furukawa sensei se acercó lentamente a Yami, y ella a su vez, no tardó mucho en escuchar sus pasos y girar la cabeza hacia donde la profesora estaba.
"¡Ohhh! ¡Tú debes ser Yami chan! ¡Es un placer!"
Una vez frente a frente, Furukawa sensei extendió el brazo para darle un apretón de manos a Yami. Sin embargo, Yami no parecía haberse dado cuenta y solo seguía viéndola perdidamente. Y así, luego de algunos segundos con su brazo extendido, la sonrisa que tenía Furukawa sensei se borró al estar esperando sin ser correspondida.
"Oye, es de mala educación dejar a las personas así, ¿Sabes?"
Al escuchar estas palabras, Yami dio un pequeño salto hacia atrás. Su rostro se ruborizó y rápidamente se llevó ambas manos al pecho.
"¡L-lo siento! ¡Y-yo...!"
Shimizu y yo nos vimos con preocupación, y comenzamos a discutir en voz baja.
"¿Acaso no se lo dijiste...?"
"¡Creí que tú se lo habías dicho!"
Al volvernos hacia las dos, pudimos observar como si Yami estuviera a punto de salir corriendo.
"¡F-furukawa sensei...!"
Tras llamarla por su nombre, Shimizu y yo le hicimos una señal de manos para
que se acercara.
Cuando se lo explicamos, su rostro se había tornado completamente rojo.
"¡¿E-es enserio?!"
En ese momento, Furukawa sensei se volvió hacia Yami, que estaba sentada en una esquina, con la vista clavada en el invisible suelo.
"¡¡R-realmente lo siento mucho!!"
Levantando la mirada, Yami, aún con las mejillas ruborizadas, respondió con una voz tenue:
"E-está bien..."
Ahora que lo pienso, Yami no traía consigo su característico bastón, por lo que hasta cierto punto, es entendible que Furukawa sensei no se haya dado cuenta por si sola.
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Watashi no koto wo wasurenaide kudasai
Novela JuvenilEsta es la historia Nakamura Yoshiro, un estudiante de preparatoria cuya meta es llegar convertirse algún día en un escritor profesional de novelas ligeras. A lo largo de la historia, podremos ver como el protagonista crece tanto como escritor como...