Amor Inconsciente... (Kakasaku)

Capitulo 18: Sorpresas...

En una cortina de humo y hojas, ambos desaparecieron del lugar, y Sakura mantuvo sus ojos cerrados, por ordenes de Kakashi. Ya se habían transportado unas 3 veces, y al parecer aún no llegaban a su destino, no sabía donde estaban, menos lo que estaba pasando, pero ella no se preocupaba de eso, ya que confiaba ciegamente en el peliplateado.

De un momento a otro, todo se tranquilizó, al parecer habían llegado. Kakashi se separó de ella, posandose en su espalda, cubriendole los ojos con sus manos. Los nervios se la comían por dentro, pero intentaba lucir lo más tranquila posible frente a su amado. Todo lo que se podía oír era el viento soplando entre las hojas de los árboles, siendo algo que le ayudó a calmar su interior. Unos cuantos segundos pasaron cuando Kakashi se acercó lentamente a su oido.

- Ya puedes abrir los ojos, pequeña - Musitó Kakashi con una voz dulce y calmada, apartando sus manos y dejando al descubierto aquellos hermosos ojos color jade, los cuales acompañados de su deslumbrate sonrisa, parecía una más de las estrellas que brillaban latentes en el cielo. Su mirada de inocente era única y hermosa, en ese momento Kakashi no deseó nada más que verla sonreir por siempre, y él se encargaría personalmente de que eso pasara.

Ambos estaban sobre un muelle, el cual llegaba hasta el centro de un pequeño lago. Sakura solo se dedicó a observar a su alrededor. La luna, que estaba en su punto más alto, iluminaba todo de una manera increíble, hasta los peces y plantas que estaban en el fondo del agua brillaban con todo tipos de colores fluorescentes, haciendo que el lago cobrara vida propia y expresara su belleza. Era algo completamente mágico, como sacado de la escena de una pelicula de ciencia ficción, era lo más hermoso que Sakura había visto en su vida. Y ella era eso para Kakashi.

- ¿Te gusta? - Le preguntó sin dejar de contemplarla.

- ¡Me encanta, Kakashi, esto es maravilloso! - Dijo la ojijade animadamente, mirando a su alrededor, para luego terminar en los ojos del peliplata.

- Solía pasar mucho tiempo aquí cuando era joven. Cuando no andaba de misión, me quedaba aquí por días. Este lugar era todo lo que me quedaba... - Dijo bajando la mirada, para luego subirla nuevamente y perderse una vez más en los hermosos ojos de la chica que tenia en frente - pero bueno, todo eso es cosa del pasado... pero hoy, este es un hermoso escenario el cual quería compartir contigo, ya que este es un lugar muy especial para mi, y tu eres una persona aún más especial! - Añadió cambiando su tono a uno felíz mientras abrazaba por la espalda y besaba en las mejillas y  el cuello a su pelirosa, que solo reía y lo abrazaba de vuelta.

El hermoso paisaje no duró más de 5 minutos, ya que la luna finalmente avandonó su punto más alto, y su resplandor ya no era más que una simple vela en una habitación oscura, dejando todo a la merced de las penumbras.

"Fue maravilloso, pero...." Pensaba la pelirosa con un poco de melancolía "Él se quedaba aquí, solo entre tanta oscuridad..." Su cabeza se llenaba de pensamientosde este tipo, e inevitablemente  sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales estaban a punto de desvordarse cuando Kakashi hizo un sonido con sus dedos. Y todos los árboles que escondían el lago comenzaron a brillar con unas luces que probablemente él había puesto en ellos, trazando un camino entre aquel brumoso bosque. Kakashi bajó del muelle, quedando parado sobre el agua, estirando su mano hacia la chica, sin despegar ni por un segundo su ojo de los de ella, estando completamente perdido en aquella hermosa mirada. 

Sakura tomó su mano, la cual la atrajo delicadamente hacia él, la cargó por las rodillas y la apartó del muelle, ella lo miraba dede las alturas, mientras acariciaba su cabello. Se quedaron así unos segundos, hasta que ella decidió descubrir el rostro del enmascarado y regalarle un tierno beso. Luego de unos segundos, él comenzó a soltarla de a poco, dejando que sus manos recorrieran lentamente sus piernas y su trasero, para finalmente llegar a su cintura, que fue cuando ella tocó la superficie del agua.