-Si...acepto...***
Todos sus amigos, excepto Ino, se sorprendieron al oír aquella propuesta, pues la rubia ya sabía, debido a que el peliplata le había pedido el favor de que a él le tocara Sakura, y todo salió según lo planeado. Kakashi quería hacerlo frente a los amigos de su mujer, ya que ellos eran muy importantes para ella, eran lo más cercano a una familia.
Esa noche, ellos fueron los primeros en retirarse, ya que todos los demás comenzaron a beber, y bueno, no romperían la promesa que hicieron semanas antes de no tomar de más. Mientras caminaban por las blancas calles de Konoha, el espíritu navideño se podía sentir en el aire, y era la primera vez en muchísimo tiempo que Kakashi lo sentía, y todo gracias a su flor de cerezo.
Él apretó su mano, como si tuviera miedo de soltarla, y la ojojade, al darse cuenta de esto, habló.
-¿Todo bien? - preguntó la pelirosa al notar lo tenso que se puso Kakashi.
Él la miró y solo guardo silencio durante unos.
La miraba como si fuera la última vez que lo fuera a hacer, hasta que apretó su mano nuevamente y procedió a hablar.
-Es solo que.... - pausó unos segundos, dirigiendo su mirada al cielo - Estoy demasiado felíz.
La pelirosa soltó una pequeña y timida risilla, ganandose la atención del hombre. Al observarlo pudo ver un pequeño rubor asomandose por el borde de su máscara, muy rara vez se sonrojaba y a ella le encantaba cuando lo hacía.
-Kakashi.... Yo también estoy muy pero muy felíz - Dijo tiernamente mirandolo a los ojos.
Él no aguantó más y se abalanzó sobre ella en un abrazo por debajo de los brazos de la chica, la levanto y la abrazó incluso más fuerte. La diferencia de altura entre ellos hacía que él con solo pararse correctamente ella dejara de tocar el suelo. Sakura solo sonrió y lo abrazó sobre los hombros, juntando su rostro con el de él.
Después de unos segundos así, se separaron, Kakashi sonrió, mirandola amorosamente y para concluir, ella besó sus enmascarados labios mientras él la bajaba.
Al llegar a casa, ninguno de los dos pudo contenerce, y esa noche se fundieron completamente el uno en el otro, en todo el amor mutuo que sentían. Se amaron hasta el amanecer, una y otra vez, como si fuera la última noche de la humanidad. Se besaron una y otra vez tan apasionadamente como si fuera el último respiro que darían. Sus cuerpos hablaban por si solos, como si las palabras no existiesen y los sentimientos fueran los únicos anfitriones que permanecían tan intensos que se colaban por sus poros y los hacían actuar sin necesidad de pensar.
Esa noche, sería otra de las noches que nunca podrían olvidar. Noche que llevaría el recuerdo de uno de los días más felices y apasionados para ambos.
-----
La boda sería en Abril, aún faltaban algunas cosas por hacer, y aunque quedaba tiempo, los nervios crecían día a día.
Febrero estaba terminando y el trabajo estaba aumentando en el hospital, el clima comenzaba a mejorar y cada vez habían más misiones que completar, y por ende más pacientes que atender. Ese día, miercoles específicamente, había demasiado trabajo, Sakura tenía una enorme lista, al igual que Ino y Shizune. La pelinegra se vio obligada a ayudar ya que había mucho por hacer y la pelirosa estaría ocupada con las cirugías más difíciles.
-
El día transcurrió más rápido de lo que esperaban y ya era de noche cuando Sakura y su equipo llevaban más de 4 horas en la última cirugía, ella ya estaba exhausta, pero no se rendiría, hasta terminar, debía hacerlo. Eran las 10 y media de la noche cuando Tsunade terminó su trabajo y fue a ver si su alumna necesitaba ayuda, pero lo estaba haciendo tan bien que decidió que lo mejor sería mirar desde el otro lado del ventanal. La quinta estaba muy orgullosa de Sakura, pues había superado todas sus expectativas, llegando a superar hasta a la misma Hokage.
YOU ARE READING
Amor Inconsciente... (Kakasaku)
FanficSakura llega a konoha después de 2 años en una misión, en la cual muchas cosas pasaron, superando de una vez por todas a Saskuke, para así seguir a delante con su vida en su querida aldea con la gente que amaba como a su familia. Todo se veía basta...