Los ojos del castaño se abren como platos, algo más serio, desde cuándo su madre salía con su profesor, no, no, no, inaceptable, su madre no, Josh estaba en sus planes, todo estaba jodido, o eso creía el castaño, a pasos rápidos termino de subir las escaleras hasta su habitación, se dejó caer en su cama, y se dedicó a dormir, mañana pensaría mejor.
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Sus largas pestañas descansaban en sus mejillas, una pequeña ventaba se encuentra en su habitación, las cortinas color celeste, como el cielo, las cuales se movían por el viento, su cuerpo tendido sobre las sábanas-Tyler-Aquello voz chillona rompió el cómodo ambiente, su cuerpo se removió entre las sábanas, el cuerpo no respondió a los llamados, es en vano, pensó la mujer y mejor decidió abandonar el lugar.
-Josh-El teñido la miro por el rabillo del ojo-Tengo que arreglar unas cosas-El teñido asintió sin mirarla-Tyler está dormido aún-Ella le depositó un beso en la mejilla y abandonó el lugar teniendo planeado regresar horas más tarde.
[...]
Los pequeños pies se removieron incómodos, su brazo bajo su cuerpo lo hizo despertar con aquel dolor latente característico al tener alguna parte del cuerpo adormecida, sus orbes color chocolate viajaron por toda la habitación, sintió la pequeña brisa golpear su rostro, caminó al baño y se dio una corta ducha, una falda negra junto con una camisa blanca, calcetines blancos que estaban a la vista y unos vans negros, su cabello largo que dejaba que algunos mechones se pegaran a su frente, bajo las escaleras, vio a Josh sentado en el sofá leyendo algun periódico.
—¿Josh?—Los ojos avellanas del hombre le miraron, Tyler no necesitaba explicaciones ni nada al porqué de su estancia ahí pero era más que obvio, Josh estaba saliendo con su madre.
Josh le mira mientras le sonríe, el menor es simplemente demasiado para él, es inocente, es joven, es hermoso, tiene eso que a Josh le gusta y la única razón por la que Josh aceptó la invitación de Kelly fue para estar cerca del castaño, para tener cerca esa aura tan pura y sublime, esos ojos chocolates que le hacen fantasear, su voz dulce y sus gestos engreídos, todo, todo.
—Josh—Otra vez de los labios rojos salió su nombre, el teñido trago saliva con dificultad y un calor repentino se apoderó de él, sus manos se sentían sudar mientras que sus mejillas las sentía calientes a pesar del viento que se colaba en la habitación—¿Dónde está mi madre?—La voz del menor era tranquila, la serenidad de sus palabras ponía nervioso a el hombre de cabello amarillo.
—Salió, dijo que volvería pronto—Como si de un trabalenguas se tratase las palabras salieron con dificultad de aus labios provocando que el de ojos chocolate esbozara una sonrisa.
—Tengo hambre—Josh dejo el periódico a un lado y se levantó, al pararse de se dio cuenta de la notoria diferencia que ambos tenían con respecto a su altura a lo mucho el castaño le llegaría al hombro, el castaño observo al mayor mientras se dirigían a la cocina por algo que pudieran comer, el tintado a encontró cereal se sirvió en un plato y le sirvió un poco a su acompañante—¿No hay nada más?—Se recargo en la silla y observo el plato qie se econtraba frente a él.
—Es lo único que encontré—Tyler sonrió y llevo la chucara a sus gruesos labios, haciendo movimientos más de los necesarios con su boca, si seguía así el tintado terminaría con serios problemas, fue a la sala por el periódico y regreso a la mesa desviando su atención por completo del menor.
Escuchó la cuchara ser golpeada contra el plato vacío, vio a Tyler por el rabillo del ojo, suspiro y volvió a su lectura.
—¿Qué estas leyendo?—Antes de que pudiera reaccionar, el castaño ya estaba sobre su regazo, sus rostros demasiado cerca, las labios carnosos reducían por la saliva con la que el castaño los mojaba constantemente, Josh sentía su respiración irregular, sus impulsos le pedían miles de cosas pero la poca razón que le quedaba le gritaba que Tyler es un niño de quince años y pronto sería el padrastro del chico de ojos chocolate.
Tyler le miraba con picardía como si fuera consciente de lo que pasaba por la cabeza del mayor, observó con detenimiento a Josh, sus labios delgados, sus ojos achinados, una lastima que fuera demasiado grande para él pero… ¿Qué importa?
—Ah… na-nada importante—En un intento fallido de que su voz saliera normal fue todo lo contrario, Tyler solto una carcajada y Josh sintió su alma vibrar ante el sonido de la dulce voz.
Tyler saco la goma de mascar de su boca y la coloco sobre el diario, dejandolo mojado, sonrió y depositó un corto beso en los labios del teñido para luego salir del lugar, corriendo directo hasta su habitación.