Capitulo 23

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Pensando en todo había muchas cosas que no conocía de Kaela ¿Le gustarían las flores, las cartas? De amar las flores que color preferiría, cosas sencillas que descubriría poco a poco, me sentía querer saber cada detalle.

Conduje hasta el bar ''Shine Like A Blue Start'' donde me reuniría con compañeros de trabajo, querían invitarme unos tragos para que yo soltara algo de estrés.

—Colega que bueno estas aquí. —saludo Bruno.

Bruno Báez, Estefan Vega, Harley Murphy y yo habíamos llegado juntos el mismo año al hospital, por lo que éramos unidos, aun al ser de distintas especialidades.

—Si aquí me tienen, aunque me hubiera gustado reunirme con ustedes en mi casa mejor. —comente.

—Mira esas chicas, nos están viendo, en especial después que llegaste tú Byron, con tu perfecta piel morena y tu buen estilo de vestir, así que aprovecha que la noche es corta. —sugirió Bruno.

—Ya estoy retirado de esa vida Bruno, todo de mi tiene dueña. —afirme.

—No lo puedo creer que estés hablando así, el mujeriego más grande de todos los tiempos, estas seguro que no estas de vacaciones. —menciono Harley.

Sonreí a mis amigos mientras le hacía señas al camarero para que me sirviera.

—A todos nos llega alguien que nos hace cambiar mis amigos, lo bueno es hacerlo a tiempo, cuando esa persona que si es para ti, que sobre todo vale la pena y los riesgos cambiamos. —alardeé.

—Por cierto el presidente del hospital hará una reunión mañana con los directores de cada especialidad, supuestamente por el problema que surgió ayer. —Esta vez hablo Estefan.

— ¿Qué problema? —pregunte.

Todos se miraron entre sí, al parecer había sucedido algo que yo no sabía y que querían ocultarme.

—Eres mi amigo y seré sincero contigo, estas suspendido por lo del paciente aquel, entonces aun así atendiste al hijo de Liam. —dijo Bruno apenado.

Solté una carcajada, no creo que vayan a despedirme porque tratara al hijo de mi cuñado en un caso donde el único cirujano y medico capacitado para cuidar del niño era yo.

—Ustedes se han puesto de acuerdo para jugarme una broma el presidente no puede tomar cartas en el asunto por ese caso, antes que nada soy médico y debo velar por cada paciente. —justifique la realidad. —además los internos solo se estaban mirando la cara, Liam enloqueció como es normal, por lo tanto este o no suspendido no dejare nunca un paciente desamparado. —añadí.

—Tienes razón, en todo caso estaremos contigo. —aclaro Bruno.

Tome mi celular para llamar a Liam y encontré algunas cinco llamadas perdida de Kaela, mi corazón dio un vuelco, salí del bar y devolví la llamada, pero solo salía el buzón de voz, el mensaje que había recibido empezó a repetirse en mi mente una y otra vez.

Me subí en mi moto y conduje lo más rápido que pude, sin meditar en que podría pasarme o que sería de mi situación en el futuro, el camino se me hacía eterno, cuarenta minutos que convertí en treinta fueron infinitas, las luces de su casa estaban apagadas, mire mi reloj y eran tan solo las 8: 44 pm por lo que ella aun no dormía, seguí llamando pero no obtuve respuestas, tome la llave que tenia de su casa y entre en su propiedad, la casa esta vacía, Kaela no estaba allí.

Mis manos temblaban el celular y las llaves cayeron de mis manos y por un momento comencé a ver borroso, estaba sufriendo un ataque de pánico, tome una respiración profunda y recogí mis pertenencias, salí de casa y conduje hasta donde Liam, sentí un inmenso alivio cuando vi aparcado en el frente el pequeño auto de mi chica.

Justamente ella iba saliendo, me detuve para observarla, abrió la puerta del chofer y lanzo su bolsa hacia adentro, luego se dobló hacia adelante para que todo su pelo también se fuera al frente y con unas maniobras extrañas se hizo un hermoso moño.

—No entiendo como con algo tan sencillo te ves tan hermosa. —Le dije.

Ella se sobresaltó al escucharme, el tiro de su blusa se fue a un lado, me acerque y lo coloque en su lugar, y le abrace, muy fuerte, me había llevado tremendo susto.

—Byron ¿se puede saber porque no respondías a mis llamadas? —Me pregunto fingiendo enojo.

—Estaba en el bar con unos colegas, me invitaron un trago y tenía mi teléfono en silencio, lo siento mucho mi cielo. —Fui sincero, me había prometido serlo.

—Oh estabas en un bar ¿De cuantas chicas tomaste el número? —inquirió.

—Bueno que te digo, no soy de los que toman número, más bien lo doy porque me lo piden. —expliqué.

Kaela se acercó más a mí y me sujeto del pelo haciéndome que me doblara, sentí un dolor inmenso, de sus ojos salían chispas.

—Pero no paso ni una cosa ni la otra, lo juro, eres mi completo mi cielo, desde que vi tus llamadas vine en tu búsqueda, fui a tu casa y al no verte allí enloquecí, así que vine a buscarte a ti, y mi alma volvió a mi cuerpo al ver tu auto aquí. —confesé.

— ¿Pero y porque tu miedo? A caso crees qué algo puede pasarme, todo está bien y lo seguirá estando, así que tranquilo, vamos a tu casa porque no quiero dormir sola esta noche. —pidió

—Como usted ordene jefa, y te aseguro que nosolo iremos a dormir. —susurre en su oído. 

   Conduje en mi moto y Kaela en su carro, creo que mi abdomen estallaría dolía porque no aguantaba la risa, cuando aumentaba la velocidad ella tocaba su bocina advirtiéndome que iba muy rápido.

Cuando cerré la puerta Kaela se lanzó sobre mi besándome, y caray leyó mi mente, la levante para que rodeara mi cuerpo con sus piernas.

— ¿Y si nos duchamos juntos? —pregunté.

—Hablas demasiado, ya debimos estar en el baño. —respondió.

Camine con ella aun en mis brazos, nos desnudamos mirándonos a los ojos, hablándonos con miradas, tome mi jabón de vainilla y lo deje gotear sobre ella, vi cómo se deslizaba por su cuello bajando por sus senos, abdomen y su zona más íntima. El agua caía sobre nuestros cuerpos mientras nos envolvíamos en un abrazo, la puse contra la pared y de espalda a mí y la hice mía, emití gemidos que se perdían con los de ella. Quedamos bajo el agua largo rato, el chorro del agua disminuyó un poco al yo tocar sin querer la llave, por lo que al ella perder el contacto con el agua comenzó a temblar, tome un albornoz y la cubrí.

—Tiemblas más que un cachorro huérfano. —bromeé apretando su nariz.

—Tú porque nunca tienes frio lo dices. —Se quejó.

Pedí una pizza, era lo que le apetecía a Kaela, destape una botella de vino antes de que llegara para brindar con ella, pero cuando fui a hacerlo la encontré dormida sobre la mesa.

—Si tenías sueño para que pediste pizza saltamontes. —susurre.

La levante y lleve a la cama, la cubrí con la colcha y volví a la sala de estar, me senté en el mueble con las piernas sobre la mesa mientras degustaba en soledad una copa del buen vino.




Yo se que les gusta que actualice rápido, para que vean les tengo presente y les amo, espero les este gustando el giro que lleva la historia y asi, si tienen dudas no duden en dejarla en comentarios o enviarme un mensaje, pero todo se ira aclarando conforme siga la historia, un beso me despido por ahora.

Lujuria Engañosa. [L. Adictiva 2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora