¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya que @Pandoritha-101 no me pidió una situación en concreto, me decidí a hacer lo siguiente aprovechando la inminente llegada de halloween (ya, ya sé que quedan 18 días, pero shhhh) y que... No sé, salió esto.
Ha sido un poco complicado por las personalidades que pidió (de alfa y omega) pero se intentó (?). Además, es algo cortito, pero bueno, así alterno entre relatos cortos y largos .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquella casa destartalada sería testigo de muchas cosas esa noche. Todo había sido preparado especialmente para la apertura de puertas.
Las tejas podrían caer en cualquier momento, desencadenando una nube del polvo almacenado con el paso del tiempo. La puerta chirriante haría que muchos se plantearan si entrar o retroceder, y las misteriosas sombras del interior de la casa ayudarían en esto.
Ambos jóvenes se encontraban con sus amigos a pocos metros del lugar, decidiendo qué hacer en una noche de halloween como aquella.
Todos querían demostrar su valía, o al menos Kirishima, que consiguió hacer que todos accedieran a pasar por la atracción de aquella casa.
—¡Hey! ¡Vamos, o los demás pasarán primero y nos quedaremos sin sitio! —Le gritaba a Bakugou desde lejos, pues ya le llevaban cierta distancia de ventaja.
El rubio ceniza no podía dejar de pensar en que aquella noche la había escogido para estar los dos solos, y tanto la "ojos de mapache", como "el raro de las cintas" y "el pikachu retrasado" se habían apuntado sin consultar.
—Pues si nos quedamos sin sitio entrad tú y tus amiguitos mientras yo espero a la siguiente ronda... —Murmuró, tratando de no alzar demasiado la voz. Realmente no sabía el motivo de tal intensidad de celos, normalmente era capaz de sobrellevarlo mejor pero...
Tenía muchos planes para entonces.
—¡Venga, Blasty! ¿No tendrás miedo de entrar? —Le dijo burlón el pelirrojo para provocarlo y hacer que apurase el paso, además de para ver aquella cara de enfado que tanta gracia le hacía.
