Capítulo 1 - La Trompeta del Llamado

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Hola. Mi nombre es...bueno eso no importa. Quiero contarles mi historia sobre el llamado "Apocalipsis", pero no el que se trata de una invasión zombi, sino, la que acabaría...con la raza humana.

Lunes 26 de septiembre :

Era una mañana tranquila. Yo estaba en el colegio, "Haiperson Communitary Collage."

Durante el recreo, me senté en una de las bancas que miraba en dirección al patio de juegos.

Mientras desayunaba, pude ver lo felices que estaban todos, como de costumbre.

Siempre, desde muy pequeña, tenía una extraña manía que muchos de los que me rodeaban apreciaban. Sentía el impulso de ver el estado de ánimo de los demás ¿Porqué? Siempre me ofrecía a ayudarlos cuando no estaban del todo bien. Como cuando ayudé a Lía con sus problemas con las "Kitties", el grupo de chicas populares de nuestra escuela. O como cuando ayudé a Abigail y a Valery con sus problemas con la profesora May, como muchos la llaman la "Bruja del cincuenta." Cabe mencionar que desde esos momentos nos volvimos muy unidas.

Al tocar el timbre, fui a mi clase de biología. Estaba en quinto año de secundaria. Todos mis amigos estaban de lo más divertidos. Unos hablaban, otros comían, otros usaban sus celulares y otros solo se dedicaban a romper las normas del salón de clases. Al llegar la profesora, todos llegaron como rayos a sus puestos. La profesora Eli nos hizo una observación y después comenzó con la clase.

Tomaba mis apuntes cuando una bella mariposa se acercó a mi ventana. Fijé mi mirada en ella. En sus alas, en sus antenas. En aquella mariposa se podía apreciar el perfecto trabajo de la naturaleza. Todo estaba de lo más perfecto cuando...a las espaldas de aquella mariposa.... el cielo azul se empezó a tornar de un verde malvado y oscuro, mientras truenos y relámpagos caían a la tierra.

Volví mi mirada a la mariposa. Estaba muy quieta. Como si hubiera visto a la muerte. Y de la nada, esta se desvanece y cae paralizada a la enlodada tierra.

Inmediatamente, mi mirada volteó hacia mis compañeros. Todos estaban con ojos de terror presenciando lo que estaba ocurriendo. Tomó unos segundos para darme cuenta que ninguno se movía.

-Lía... ¡Lía!-Le gritaba.

Ni Lía ni ninguno de mis amigos respondía a mis gritos. Hasta la profesora estaba en una especie de trance justamente en su silla.

Luego ocurrió. Uno por uno fue desplomándose contra el suelo.

Corrí hacia Jes, una de mis mejores amigas de la infancia, y la agité lo que más pude. No respondía.

Estaba muy desconcertada porque todos permanecían en el mismo tipo de "trance". Yo era la única de pie.

Pasé sobre cuerpo y cuerpo hasta darme cuenta que nadie respondía. Ni se movía. Ni respiraba.

Mi mundo empezó a dar vueltas...hasta que algo llamó mi atención. Una trompeta empezó a sonar, fuerte y claro. Estaba tocando una melodía profunda y retadora. Para nada placentera. Me acerqué a la ventana, pero nadie estaba haya afuera. Cuando miré al cielo fue cuando me di cuenta que aquella trompeta y aquella sinfonía emanaba del cielo que se había tornado en el suelo del infierno. Solo pasaron unos minutos para que esta dejase de estremecer la tierra con su siniestra melodía.

Después de que esta culminara, el cielo se despejó. El sol volvió a reflejar su brillante luz.

Me quedé esperando, con esperanzas de que alguien despertara. Las únicas que despertaron fueron Lía, Valeri, la maestra y Jes, con rostros de confusión y descontento. Después de contarles lo que vi y oí, revisamos por si alguien más había despertado. Pero por desgracia, los demás...todos permanecieron en sueño eterno.

Todos los que habían sobrevivido corrimos directo a nuestras casas. Confundidos, aterrorizados y sonrojados por las lágrimas de horror que mostrábamos.

Llegué desesperada a mi casa, con la gran esperanza de encontrarme a mi familia viva.

-¿Mama?... Mamá... ¡¿Mamá?!-grité, mientras entraba corriendo por la puerta y después por el corredor.

Rápidamente mi mamá salió de la cocina. Se abalanzó hacia mí e inspeccionándome me dijo:

- ¿¡Estas bien!?... ¿Qué pasó?... ¡¿Te duele algo?!

-No mamá... Estoy bien... ¿Y tú?... ¡¿Dónde está mi hermana?!... ¿Sabes algo sobre la familia?

-Sí...-me dice con la mirada en el suelo

-¿Qué pasa? ¿Por qué esa voz?

-Tu abuelo...

-¡¿Qué le pasó a mi abuelo?!-pregunté ya esperando lo peor.

-Tu abuelo fue víctima de lo que ocurrió...ahora esta con tu abuela en cuidados intensivos. Según los doctores que no fueron afectados, tiene suerte de estar vivo.

-No...no... ¡No! ¡No puede estar pasando!-le dije empujándola con lágrimas en los ojos y corriendo hacia mi habitación.

 ¡No! ¡No puede estar pasando!-le dije empujándola con lágrimas en los ojos y corriendo hacia mi habitación

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Al oír esas palabras, sentí que estas se desplomaban como un millón de rocas repletas de dolor. Mi abuelo había sido uno de mis seres queridos más importantes. Él me enseño todo lo que sé hasta hoy. Siempre fue muy atento conmigo y con mi hermana. Un hombre tan bueno, ¿pasando por algo así?

No pude contener mi dolor y mi preocupación, lloré el resto del día, pensando, al mismo tiempo, en lo que había pasado, hasta que el sueño vino en mi socorro.

***

Al despertar, ya en la noche, me levanté en busca de una lógica respuesta sobre lo sucedido, a través de la TV. No acostumbraba a hacerlo, pero creo que ese día era esencial.

Ya en el canal adecuado y con un nudo de miedo en la garganta, me sorprendí y todo mi ser se llenó de angustia y terror al oír las palabras del reportero hablando:

-Aún no se encuentra el origen de los hechos ocurridos. Sabemos que los más perjudicados fueron los niños y adolescentes. Más del noventa y cinco por ciento de estos fueron hallados muertos después de lo ocurrido. Sin embargo, ya hay registros de más de mil adultos y animales muertos. Se les brindará ayuda a las familias afectadas. No solo nuestro país fue afectado. Ya hay reportes de situaciones similares ocurridas en Estados Unidos, París, Italia y Europa...

Luego hizo una breve pausa y continuó:

- Los meteorólogos y científicos más importantes de América se unirán en una junta mañana por la mañana en el edificio Mackein de Los Ángeles, California, en Estados Unidos, para investigar los hechos. Ellos afirman que esto sobrepasa los límites de lo "natural". Anuncian que harán todo lo posible para hallar una solución a este problema.

Después, haciendo otra breve pausa, y con la expresión apagada y preocupada, dice:

-El único avance que hemos podido obtener es que...cierren las puertas y ventanas, no salgan en las noches, protejan a sus niños y ancianos, porque esto...solo fue el comienzo...

El Apocalipsis: El Diario de una AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora