Jueves 20 de octubre:
Ya era de tarde. El sufrimiento y la nostalgia no se aguantaban en el aire. Habíamos caminado por horas. Al caer el anochecer llegamos a un pueblecito aparentemente desolado. Mi hermana y yo decidimos que lo mejor era descansar ahí por una noche.
Nos acercamos a una de las casas abandonadas en mejor estado y forzamos la puerta para poder entrar.
Al entrar, el lugar estaba oscuro y polvoriento. Las escaleras parecían las puertas a un mundo paranormal. La casa era más o menos pequeña. Y sus paredes estaban cubiertas las secas manos de lianas inquilinas.
Habían dos velas en una mesa en el comedor. Las tomé y mientras me dirigía a la cocina en busca de algo con que encenderlas, le dije a Alia:
-Siéntate ahí, no te muevas, voy a buscar algo para encender estas velas.
En la cocina, rebusqué entre los cajones y puertillas, llenos de suciedad. En uno de ellos encontré una caja de fósforos; por desgracia, no había ningún cerillo dentro.
Ya después de un rato, había buscado en toda la cocina, así que empecé a mover la cajeta de cerillos en busca de un milagro. De la nada, cayeron tres cosas de la cajeta... ¡eran tres cerillos! Enseguida los cogí y tomé uno de ellos. Me di cuenta que ese ya estaba usado. Luego cogí otro y tome una de las velas:
-¡Ffsssskk! Encendió el primero.
No pude ni colocarlo en la vela cuando...sopló un viento y este me lo apagó. Solo me quedaba uno. Si ese nos fallaba nos tendríamos que quedar a oscuras. Preferí no usar la linterna, así para poder guardar algo de batería para cuando la necesitáramos en realidad.
-¡Ffsssskk! Encendió el segundo.
Con mucho cuidado y tapándolo para que ningún viento lo pudiese apagar, lo coloqué en la vela.
-¡Encendió!-exclamé felizmente.
Me sentí más tranquila y llevé las dos velas a donde Alia:
-Bueno...ya...hemos tenido un día muy largo. Ahora...a dormir-le dije.
-Pero yo no tengo sueño...
-No importa...descansa...que mañana no sabemos lo que nos espera...
Minutos después, Alia cayó en un profundo sueño. Yo me quedé despierta.
***
Pasaron las horas...yo estaba cansada. Mis ojos no hacían más que cerrarse y mi conciencia no hacía más que abrirlos. Estaba a punto de quedarme dormida cuando... me percaté de unos sonidos de avión. Y justo cuando eso sucedió, unas luces se encendieron afuera. Y para mi exalto, otra trompeta sonó. La quinta.
Sacudí a mi hermana para que se despertara. En cuanto lo hizo, salimos de la casa y nos colocamos en una de sus esquinas más oscuras y lejanas de la puerta para poder presenciar lo que ocurría. Lo que vimos nos dejó en un completo "shock".
-¡"Ovnis"!-gritó mi hermana con todo el miedo que pudo.
De una vez le tapé la boca, pero, desgraciadamente, aquellos seres de otro planeta se dieron cuenta de nuestra presencia.
Rápidamente agarré a mi hermana por el brazo y salimos corriendo directo hacia el bosque que crecía con oscuridad entre sus ramas. Tratamos de escondernos entre los árboles. No veíamos nada hasta que...una luz blanca y resplandeciente nos empezó a perseguir y después se sumaron más a la persecución.
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El Apocalipsis: El Diario de una Adolescente
Teen FictionEl Apocalipsis: El Diario de una adolescente se trata de una historia llena de emociones donde la protagonista se verá envuelta en una aventura, por culpa de extraños sucesos que sobrepasan los límites de lo "natural", por proteger a su hermana y en...