Jueves 27 de octubre
A la mañana siguiente, Steve y yo fuimos en busca de sustento. No nos alejamos mucho del vivaque; Alia seguía dormida.
El bosque estaba en su más alegre aire.
Había de todo tipos de frutos balanceándose de las manos de los inmensos guardianes del bosque.
En una de las manos de un guardián, había una suculenta manzana roja. Su piel era de espejo y el rocío la bañaba.
Debido a mi feliz espíritu, iba danzando hasta llegar al árbol, mientras Steve se mantenía atrás, sonriendo y gozando de todo lo que hacía.
Escalé una raíz que salía del suelo a espiar el exterior. Era suficiente aquella rama para alcanzar la fruta; no tuve que usar mis alas. Steve se mantenía atrás de mí, pendiente a mi caída.
Di un pequeño salto para poder obtener la fruta de una manera más fácil...cuando oigo un grito agonizante.
Me di la vuelta para ver lo que sucedía a mis espaldas.
Ahí se encontraba Steve, mostrándose adolorido, con la mano en el estómago y la otra sobre el tronco de un guardián. Su rostro enseñaba su preocupación al no saber lo que sucedía. Su respiración se agitaba.
Corrí a socorrerle.
-¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estas bien?!-le pregunté con tono desesperado, mientras le daba pequeñas palmaditas en la espalda.
De un segundo a otro, los sonidos agonizantes que escapaban de su cuerpo se detuvieron y sus parpados se abrieron lo suficiente para hacer una ilusión de profundización en sus ojos. Un silencio mortal invadió la zona. Luego, Steve empezó a murmurar:
-Un saludo 2.4. Su presencia es requerida en la nave nodriza. Se le ha perdonado el robo de la persa y se le agradece por contribuir con la salvación de nuestro planeta y el humano. También se requiere la presencia de la humana en la nave, debido a su participación en la misión. Llegué a las 17:00 horas, en el desierto. Sean discretos. Fin de la transmisión.
Después de esta fortuita misiva, Steve despertó del brete, mareado y con pálido rostro. Sus ojos volvieron a dar su mirada hermosa y su respiración retornó a ser la misma.
-¿Estas bien?
-Eh...sí...-me decía como si retomara el aliento.
-¿Me podrías decir que acaba de suceder?
- Fue una conversación telepática con nuestro rey. Es el único que puede lograr tal hazaña. Ya sabía que lo podía hacer, solo que nunca lo había sentido.
-¿Y qué significaba ese mensaje? ¿Te vas a ir?
Al preguntar aquello, Steve pausó la conversación y residió un momento en el silencio abrumador, mirando hacia el suelo. Luego respondió con tono de lamento:
-Sí...Su misión era venir a tu planeta para encontrar la persa y así derrotar a Dractos. Yo solo me infiltré a la nave y robé la persa. No iba a permitir que destruyesen mundos con ella. Y ahora que completé la misión por ellos, debo volver...
-¿Y no te puedes quedar?
-Desgraciadamente no...ahora es muy complicado y no tengo una respuesta conmigo.
-¿Eso significa que...nunca nos volveremos a ver?
-¡No!...Claro que nos volveremos a ver. Resolveré todo mis problemas, traeré una respuesta y conseguiré la manera de regresar en una nave...y me quedaré aquí, contigo, para siempre...-me dice reconfortándome, dándome un abrazo y un beso en mi faz.
Luego de aquel suceso, no nos volvimos a dirigir la palabra, solo intercambiábamos miradas, con las cuales se enviaban más de mil palabras.
Todo estaba gris con mi mundo.
Al despertar Alia, le conté lo sucedido. Ella cayó en un ánimo triste y en un llanto profundo. Alia se había encariñado con Steve. En los momentos de paz, Steve y ella jugaban y corrían por los alrededores, riendo y gritando de felicidad. Aquellos sucesos fueron tan escasos, que es ahora que llego a recordarlos. Son los únicos momentos de paz que Alia y yo hemos tenido en meses. Y ahora no son más que recuerdos...
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El Apocalipsis: El Diario de una Adolescente
Teen FictionEl Apocalipsis: El Diario de una adolescente se trata de una historia llena de emociones donde la protagonista se verá envuelta en una aventura, por culpa de extraños sucesos que sobrepasan los límites de lo "natural", por proteger a su hermana y en...