Prólogo

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Cacería nocturna obligatoria con recaudación de alimento. No era la actividad más fascinante para Homicidal Liu, o al menos era la que peor le caía en ese momento y estado. Sentía que su corazón iba a quebrarse y moriría si daba un paso más. Observo la emoción de sus compañeros, oyendo como algunos planeaban robar dulces u objetos fuera del plan de recolección.

Bloody Painter hablaba con Masky, o así era hasta que su mirada debajo de la máscara se cruzó con la de Liu, quien desvió la mirada de inmediato. Ese sujeto era extraño a los ojos de Helen Otis. Volvió a mirar a Masky que bromeaba ante la pequeña escena que Homicidal y Bloody habían hecho.

Slenderman dio inicio a la cacería de recaudación o C.R. Pero esta vez, propuso formar equipos de dos. No porque se le dé la gana, sino por seguridad. La ciudad estaba en alerta a causa de los cotidianos asesinatos. Ir en parejas daba la certeza de que, si atacaban a uno, el otro le protegería la espalda.

Jeff quiso ir con su hermano, pero Slenderman lo necesitaba con otro Creepypasta, así que refunfuño. Los pares fueron armados, dejando a Liu con Bloody Painter. El segundo no estaba muy contento, puesto que Liu no era una persona fácil de sacarle conversación y siempre incomodaba el ambiente, pero no había de otra, además, no era tan malo después de todo. Existía gente peor.

Sin más, todos tomaron rumbo con sus respectivos emparejamientos. Bloody, yendo al lado de Liu, trató de buscar algún tema de conversación. Aún así, se dio cuenta de que no sabía nada del mayor, decidiendo seguir con el silencio incómodo.

-No quiero que te quedes conmigo... Por favor, ve por tu lado y yo iré por el mío.- Las primeras palabras que se dirigían y eran esas. Era algo decepcionante.

-Bien. Cómo quieras.- Rodó los ojos, alejándose del castaño para tomar su propio camino hacia la derecha. ¿Qué le pasaba? Liu Woods no sabe hacer amigos, para nada. Se detuvo, no oía nada, ni siquiera pasos alejarse. Pensó en las palabras de Slenderman: "No se alejen por nada. Todos deben volver con su pareja al amanecer."-Maldición. Yo y mi obediencia natural.- Dio la vuelta, regresando con su compañero de comienzo.

Lo buscó y encontró cavando a unos cuantos centímetros lejos de la Creepy-Hause. Miró a una distancia "segura", ingenuo ante la actividad peculiar. Un mal presentimiento lo recorrió, pero siguió inmóvil, analizando desde allí.

Liu alzó un cuchillo, posicionando la punta afilada de este en el lado derecho de su cuello. Respiró hondo, listo para despedirse de todo. Ojeó una vez más la tumba que él mismo se había hecho, y se acomodó bien en uno de los bordes cortos de ese rectángulo en la tierra.

-Uno, dos, tres... Ah~... Cua...- Justo cuando Woods comenzaba a sentir el frío metal penetrar su piel, Otis lo empujó. Evitando que pueda continuar con el acto atroz e irreversible que había planeado.

Ambos cayeron en el hoyo, Helen sobre Liu. El segundo miró molesto al menor, buscando el cuchillo que ahora estaba en las manos de Bloody. Ambos guardaron silencio, uno trataba de volver del shock mientras el otro se mantenía quieto para relajar el mareo que la caída le había provocado.

-¿¡Qué mierda pasa por tu cabeza, Woods!?- Fuera del impacto que la escena le causó, acertó a regañar al oji-verde como si fuera su hijo.- Tienes una vida por delante, un hermano que te adora, un hogar y personas que se preocupan por ti.- Cliché, pero fue lo primero qué pensó, es más, ni a él le convencían esas palabras.

-Helen ¿En serio? Tú me abandonaste apenas te lo pedí, mi hermano me ha causado traumas y la pérdida de 7 años de mi puta vida. La única persona que me amó y amé fuera del vínculo familiar murió por mi culpa y, para empeorar,... Soy un desastre.- Cerró sus ojos, sintiendo una presión en su pecho. Una sensación de vacío combinado con frustración. Pusó ambas manos sobre su pecho, respirando pesadamente.

Helen no dijo nada, sólo tiró el cuchillo a un lado y abrazó al castaño. Hasta él se sorprendió por ese acto, no era propio de sí. Liu no sabía cómo reaccionar, pero experimentó una sensación de alivio, de esas que sólo se consiguen cuando alguien te hace sentir especial, te hace sentir... Algo.

Bloody Painter se aferró al cuerpo del mayor, muy pegado, por eso fue capaz de sentir como el pecho del oji-esmeralda se contraía temblorosamente antes de empezar a oír sollozos. Y fue ahí cuando el pelinegro se alejó un poco y observó el rostro del más grande de los Woods.

-Gra-Gracias, jeje.- Rió levemente, formando una sonrisa sutil luego de soltar esa suave risilla.- En serio gracias, Helen...- Las lágrimas se deslizaron hasta caer en su cabello, pero al menos, sentía algo más que ese vacío. Sentía seguridad y calidez, todo gracias a un simple abrazo.

El oji-azul abrió sus ojos con sorpresa, nunca pensó ver esa imagen, ese momento de debilidad de Homicidal Liu, pero lo estaba viendo. Y le dolía no haberse dado cuenta antes del sufrimiento que el castaño tenía y afrontaba cada día de su vida. Su corazón latió fuerte, se aceleró. No dió excusas respecto a eso, sabía lo que significa, y sabía que no sería la última vez que su corazón enloquecería de esa manera con Liu.

Helen Otis recordará esa noche de cacería como la noche en la que encontró a su nueva Mona Lisa.

["Pinceles rotos."] (Bloody PainterXHomicidal Liu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora