Especial de Navidad.

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—Navidad es para niños.— Recriminó Eyeless Jack.

—Entonces tengo 5 años.— Sonrió desbordante de alegría, haciendo que el ex-militar negara con la cabeza.

Ben se adentró a la sala gritando.—¡Hoy es Navidad, es Navidad!— Canturreó sacudiendo al menor de los Woods, mirando con un brillo en sus ojos al "come riñones", como le decía él.

—Hoy es Noche Buena.— Toby le corrigió con un tono grosero, pero el pre-adolescente sólo lo miro sonriendo.

—¡Hoy es Noche Buena!—Celebró de la misma formas, aturdiendo un poco a sus amigos.

—¿Ves?— Jeff señaló al duende.—Eso es espíritu Navideño.—

—Cómo sea, tengo que terminar de envolver mi regalo.— Jack se dispuso a retirarse, saludando a Liu de paso, quien entraba sereno a la sala.

—Hola.— Saludo en general, con un gesto de su mano.—Amh... ¿Puedo hablar contigo Toby?— El nombrado se señaló a sí mismo. Liu asintió.

—Sí, claro.—Accedió extrañado, era raro que Woods mayor se dirigiera a él de la nada sino era por un trabajo, misión o para mantenerlo al tanto de sus medicinas.

Helen observó desde las escaleras como ambos se marchaban hacia otro lado para estar a solas. El ceño se le frunció automáticamente, pero luego de un breve regaño mental, puso su gesto lleno de desinterés e indiferencia usual.

—¡Helen!— Hunter lo tomó por los hombros, detrás de él. Espantando un poco al menor.—¿Quién te tocó para darle un regalo?— Lo sacudió un poco, haciéndolo avanzar consigo pera guiarlo a uno de los cuartos especiales. Este, al ser consciente de su presencia, reconstruyó su estructura.

Las paredes se tiñeron de un celeste suave y un ventanal se hizo presente, ocultándose detrás de unas cortinas negras que oscurecían un poco el lugar. Una de las paredes se decoró completamente de mármol, pequeños ladrillos de todos cafés claros que cargaban consigo un armero consideradamente alto y ancho que se abrió para revelar unas cuantas armas peligrosas por su potencia. Un sillón gris daba el lujo de acomodarse al lado del armero, y una mesa en compañía que dejaba a la vista una pila de libros de terror y misterio, y al lado un café recién hecho que hasta pequeño vapor salía.

Opuesta a esa pared, otra se decoró con cuadros que iban desde lo abstracto hasta lo vanguardismo. Un trípode de madera blanca adornado con piedras azules que resplandecían ante la luz del sol que se colaba por los lados de la cortina, y ante este un banquillo acolchado para más comodidad. Varios libros se mostraron sobre una repisa pequeña, muchos de ellos eran de autores que se dedicaban concretamente a la táctica e impulso al arte joven. Una mesilla alta se acomodaba al lado del trípode, esta era de madera café y sobre ella había un té con leche que humeaba al igual que la bebida de Hunter.

—Habitación modificada. Disfruten de su estadía, Hunter y Bloody Painter.— Anunció la habitación, y una vez que los dos estaba en medio del cuarto, este hizo desaparecer la entrada, siendo así un lugar cerrado.

—Lindo.— Halagó el adulto, yendo a agarrar la taza con su bebida favorita.—Bien ¿Quién te tocó?—

—Liu.— Reveló, imitando la acción del cazador.

—Qué conveniente.— Sonrió con cierto tono divertido.

—Me arrepiento de haberte dicho que él me gusta.— Rodó los ojos, sentándose en el banquillo.

—Oh lo dices como si no se notara.— Se burló.— Además, ustedes son lindos juntos. Si no se gustaran, iba a hacer lo imposible para que empezaran a hacerlo.— Confesó con un gesto divertido.

["Pinceles rotos."] (Bloody PainterXHomicidal Liu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora