Capítulo 20: Curado. 2/1

230 23 6
                                    

Painter quedó estático, mudo. El Woods que tenía en frente era muy distinto al Woods que se marchó sin decir nada. Su tono de piel resaltaba hermosamente, denotando salud al igual que su rostro que ahora se apreciaba un tanto más rellenito. Incluso su ropa era diferente a la que solía usar, se veía moderna pero no perdía el estilo de Liu. Dentro del menor existía un debate entre halagarlo y babosear por él o golpearlo y recriminarle sobre su huida. Pero estaba demasiado confundido y sorprendido como para decir algo.

—¿Quieres que me vaya para que pienses cómo reaccionar?— Bromeó, amagando con darse la vuelva, pero eso sólo provocó que Helen lo tomara del brazo.

—Ni se te ocurra irte de nuevo.— Soltó finalmente, mostrando un gesto severo.

Ninguno habló. El castaño tonteaba internamente, regocijándose con la vista que tenía del menor, quien no soltaba su brazo. Por su parte, Otis todavía examinaba al mayor, enamorándose de su nueva figura y esa apariencia tan viva de él. Le alegraba verlo así y más aún tenerlo cerca otra vez. Aunque... no es como si su antigua imagen le hubiera desagradado.

—No vuelvas a irte.— Masculló con un tono bajo, alzando la mirada para contemplar su cara, divagando entre sus facciones para terminar en sus ojos llenos de brillo y vida. Mas recordó lo que pasó en esos meses y fue directo a atacarlo.—¿¡Dónde mierda estabas!? ¿¡Acaso querías hacerme pasar un mal momento, maldito hijo de puta!? ¡No, un mal momento no! ¡Un momento de mierda! ¿¡Te gustó saber que estaba como estúpido preocupado y buscándote!? ¡Encima vuelves como si nada! ¿¡Qué dirás en tu defensa!? ¡Con— Sus labios fueron cazados en el momento justo, callando cualquier sonido que pudiera emitir, pero no deseaba hacerlo. Deseaba quedarse en ese tacto por siempre.

Se alejó lentamente, posando sus manos en la cintura del más joven.—Estaba haciendo un tratamiento para la depresión. No pensé que tomara tanto tiempo, no debí minimizar mi enfermedad, pero me dijeron que era usual que los depresivos no se tomaran en serio.— Explicó arrastrando las palabras.— No quería hacerte pasar un momento de mierda, simplemente quería hacer esto por mis propios medios, pero tú no me dejarías.— Helen se ruborizó, sabiendo que era verdad, puesto que su preocupación a veces hacía que se pusiera demasiado "metiche", por así decirlo.—No tienes idea de lo que me dolió saber lo que hacías por buscarme, Slenderman me informaba cada dos semanas de lo que ocurría. Nunca pensé que Hunter y tú se harían amigos.— Rió un poco.— No vuelvo como si nada sino que vuelvo siendo nada. Quiero empezar de nuevo, de cero. Lo único que quiero mantener es lo que siento por ti.—

—¿Qué sientes por mí?—Atinó a preguntar, sintiendo sus manos sudar.

Liu sonrió con dulzura.—Te amo.—Confesó orgulloso de amar a alguien como Helen.

El menor se exalto, empezando a tartamudear en voz baja, sin saber cómo responder, a pesar de que quería corresponderle con la misma confianza, pero era nuevo para él escuchar esas palabras de un modo romántico. Dentro suyo lo consideraba trampa ¡Trataba de ablandarlo y lo estaba consiguiendo! Eso no valía.

—A menos que tú no sientas lo mismo.— Agregó acercando al de cabellos negros a través de aquel agarre de su cintura.

—Yo no dije eso.— Se apresuró a decir, buscando calmar su corazón que no dejaba de taladrar en su pecho. Una vez más se centró en la cara del mayor, llevando sus manos a las actuales cicatrices en el lugar de sus características suturas. Las resaltó con sus pulgares, se veía como una persona normal y cuerda.—¿Ahora eres una persona normal? ¿Dejarás de matar?—Preguntó inconscientemente, sin darse cuenta de que cambió de tema.

—Antes de venir para acá estrangulé a un hombre porque me empujó. Matar ya es un hábito.— Admitió, haciendo reír al de ojos azules ante tal ridícula razón. Este último siguió acariciando dichos bultos creados en las mejillas del castaño, adorándolos como si todo lo que viniese con Liu fuese perfecto, y literalmente creía eso.

Se apegó por su cuenta al castaño y cerró sus ojos, rastreando los labios ajenos que no tardó en encontrar. Se sintió seguro cuando las manos que antes se reposaban en su cintura prosiguieron para poder rodearlo, había olvidado lo bien que se sentía estar así con Woods. Todo ese tiempo insultándolo, buscándolo y sintiéndose mal le dejó de importar al igual que el enojo que iba a expresar en un principio, porque no podía, estaba demasiado feliz, no quería hacer nada que pudiera alejar a ese idiota de él.

Liu lo abrazó con entusiasmo, inundándose de una hermosa sensación. No tardó en hacer lo que quiso con los labios del menor, siendo complacido por movimientos lentos y suaves. No podía explicar lo mucho que había extrañado a Helen ni la satisfacción que sentía en ese momento. Creía que si en ese momento se alejaba no podría respirar, por muy exagerado que sonase. No comprendía cómo pudo sobrevivir con el deseo de volver y comérselo a besos. Era un momento perfecto en su vida.

Bloody deslizó sus manos, bajando para encontrarse con el cuello de la camisa que el mayor llevaba, acariciando lo que se asomaba gracias a que los primeros botones se hallaban desabrochados. Por supuesto que esto no pasó de ser percibido, es más, fue una señal para el castaño.

Se separó suavemente, viendo como Otis soltaba un pequeño berrinche.—No hagas eso,— Se inclinó para buscar la piel del menor, encontrándose con la piel fría de su cuello, un ligero olor a shampoo y jabón lo invadió.— das a entender otra cosa.— Plantó tiernos besos sobre el cuello ajeno.

—¿Y qué te hace creer que no es eso lo que quiero?— Desabotonó dos botones más, permitiendo que los labios del castaño le hicieran sentir cosquillas y mariposas.

Liu se alejó sorprendido. El menor sólo conectó sus miradas, seguro de su decisión. Sabía que Woods era una persona que disfrutaba del... "contacto íntimo", y él no tenía ningún problema con ello. Incluso antes de que se fuera, pensaba en cómo sería decidir sus roles o cómo le explicaría su escasa experiencia, mas en ese momento no le interesaba. Quería conocerlo todo del mayor, sin preguntarse qué hacer, dónde estar. Quería que fuera todo natural. Le chupaba un huevo en ese momento. Dónde sea que terminara, esperaba que fuera con el de ojos esmeraldas.

—¿Seguro?—

—Sí.—

["Pinceles rotos."] (Bloody PainterXHomicidal Liu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora