Capítulo 20: Curado 2/2.

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Bloody se dejó envolver una vez más por aquellos fuertes brazos, arqueando suavemente la espalda en el momento en que una tibia mano se deslizó por ella, pero lo que más lo volvía loco eran los besos que jugaban a robarle el aliento.

Le costaba regular su respiración, incapaz de creerse todo lo que su cuerpo había y está sintiendo. Sentía su cuerpo arder, derritiéndose y fundiéndose con el del castaño, el pecho le taladra en un intento de competir con el traqueteo del pecho ajeno. Era exagerado el modo en que todo en sí se había sosegado y la sensación de que su complexión era demasiado pequeña como para soportar todo el amor que le brotaba hasta por los poros.

Y de Liu no había menos que decir, estaba completo, se sentía simplemente en paz. Hacía tiempo que no experimentaba la hermosa sensación de hacer el amor como tal, porque el sexo es sexo, pero la idea de recorrer y besar a una persona con un sentimiento que te hace emocionar y decir: "quiero esta persona a mi lado", saber que puedes plasmar con total libertad el cariño y aprecio y ser correspondido con el mismo entusiasmo, ambos con un cosquilleo intento en el pecho; es completamente distinto.

Los ojos azules se embobaron otra vez, grabándose en la cabeza la imagen de su pareja. Entre la nueva musculatura e imagen tan sana de esta, los tatuajes que para él eran adornos atractivos se burlaban por poder estar tan cerca de Woods y de poder acompañarlo cada segundo, sin sentir ni por un milisegundo la grima de la separación. Sin embargo, debía aclarar las cosas, a pesar de que debió hacerlo cuando abrió la puerta.

-¿Esto qué significa?- Escapó su voz por primera vez en los minutos que llevaban recostados buscando la paz para sus cuerpos que bastante lío habían hecho juntos de por sí.

-¿Qué crees que significa?- Cuestionó suavemente, aplicándole delicados pero firmes masajes por la columna, de arriba hacia abajo y de regreso.

-Muchas cosas...- Le planto uno que otro beso en el cuello, acurrucándose más.- Pero confirmarlo no hace mal... ¿Quieres ser mi novio?-

Los ojos esmeraldas lo recorrieron desde arriba y una sonrisa se le escapó.-¿Novios?- Se alejó un poco, sentándose en la cama y riendo cuando escuchó un quejido en forma de protesta por el menor. Buscó con la mirada su abrigo que terminó en la silla cerca del escritorio de Bloody, levantándose con pereza para ponerse su bóxer e ir a dónde se hallaba el abrigo, sacando un objeto que fue imposible para el joven pintor ver en ese momento.-Me parece muy poco...- Se sentó en la cama, extendiéndole una cajita negra a Helen, a quien parecieron temblarle las manos cuando la tomó y mantenía mudo.- pero si quieres comenzar por ahí, está bien.-

Painter abrió la cajita, asombrándose con los ojos inundados del anillo que reposaba sutilmente sobre una almohadilla celeste. Con una mano se cubrió el rostro, avergonzado de que Woods vea su estúpida sonrisa y sus ridículas lágrimas.

-¿Me estás jodiendo?- Preguntó conmocionado, si de por sí no podía explicar la felicidad que le enterraba las palabras, ahora estaba totalmente perdido y paralizado.-¿De verdad? ¿Es-Es real?- De su boca no salían más que preguntas que buscaban una confirmación que sin duda fueron los asentimientos y risas del mayor ante la reacción del joven pintor.-Esto... es- Incapaz de formular palabras, sólo pudo reír tímidamente entre lágrimas y una sonrisa radiante.

-¿Apresurado? Lo sé.- Agarró la cajita y, una vez que sacó el anillo, la dejó sobre la cama.-Pero no pido que me contestes ahora, sé que te gusta ir lento, a tu tiempo.- Sostuvo la mano de Helen, acariciándola para calmarlo.- Y tengo toda la vida para recibir una respuesta, y si me lo permites...-Le colocó el anillo en el dedo correspondiente.- quiero esperar a tu lado.-

Y sin hablar, atrajo al castaño hacia él, rodeándolo e incitándolo a que hiciera lo mismo, plantándole miles de besos que sin importar dónde se quedaran, sabían que estaban en el lugar correcto. Dos sonrisas cómplices tratando inútilmente de que disimular aunque sea un poco el amor que ninguno podía controlar, dos cuerpos que volvieron a recostarse y dos bocas que una vez más se unieron debajo de las sábanas.

Supongo que algunos sucesos conllevan a cosas singulares; como el amor entre dos seres distintos que nunca se hubieran visto ni hablando con el otro...

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Despertó sin razón alguna, buscando con sus manos al de cabellos negros, sin embargo no lo halló. Abrió los ojos, siendo consciente de su alrededor, y llegó a oír el ruido del agua caer por el grifo y caer en el lavado del baño, cuya puerta de este estaba abierta. Se levantó y buscó sus pantalones para ponérselos y dirigirse al cuarto de baño, donde simplemente se apoyó en el marco de la puerta y observo a su actual novio.

-¡Hola!- Saludó alegre, cepillándose los dientes energéticamente. Liu no recuerda haberlo visto así antes.

-Hola.- Saludó adormilado y apreció como el menor lucía su remera que le quedaba levemente holgada y larga, no podía ver si traía algo debajo, pero no estaba intrigado en ello. Tenía el cabello notablemente húmedo y vio que la tina estaba llenándose. Enternecido, se acercó a Bloody y lo abrazo por la espalda, besando su mejilla.

-¿Apenas empezamos a salir y ya usas mi ropa?-Jugueteó, haciéndole pequeñas cosquillas en el estomago.

Painter sonrió.-Hace mucho quería hacerlo.- Confesó sin vergüenza, mirando directamente al castaño por el reflejo en el espejo, con el cepillo en su boca.

-Lindo.- Suelta sereno.-Tenemos que hablar.-

-¿Te irás de nuevo?- Fingió espanto, queriendo molestar.

-¿Vas a joderme con eso?- Hizo un gesto divertido, separándose del menor.

-Hasta que me canse o nos casemos.- Afirmó y prosiguió a escupir la espuma de la pasta dental para luego enjuagarse la con un poco de agua.

-Estás adelantándote.- Dijo un poco inseguro de lo último, viendo como Helen se limpiaba los labios luego de escupir el agua.

-Lo dice la persona que me dio un anillo de compromiso apenas empezar la relación.- Hizo un gesto cómico con los brazos, denotando una mueca de obviedad.-Ahora date un baño y bajemos, todos estarán felices de verte. Luego hablamos.- Aseguró con una sonrisa.-¿Trajiste ropa?-

Liu no pudo evitar corresponder aquella sonrisa.-Sí.-

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-¡Dios, no debí dejar que te fueras, me preocupe tanto y estos bastardos no dejaban de preguntar por ti!-Y aunque sólo Liu podía escuchar lo que Slenderman decía en su cabeza, los demás sólo contemplaban como el ente abrazaba fuertemente al castaño con tentáculos y todo, temiendo a que se fuera otra vez.

-Ya estoy acá, por favor cálmate.- Slender lo bajo, pero cuando quiso acomodarse la ropa, fue rodeado por todos a los que alguna vez dudo que fuesen sus amigos. Y no quería avergonzarlos, pero Liu veía una que otra lágrima caer por las mejillas de aquellos asesinos en serie.

Visualizo a Bloody sentando en el sillón, con los codos apoyados en el apoya brazos, recargando su cabeza sobre su mano izquierda y observaba su mano derecha, donde relucía el anillo que le había dado. Y, como por arte de magia, volteó a verlo con su típico semblante distante pero el brillo en sus ojos era tan notorio, que le era imposible ocultar su felicidad, y con Woods pasaba lo mismo.

-"Después se lo diremos..."- Pensaron a la vez, ambos sonriéndose levemente.

["Pinceles rotos."] (Bloody PainterXHomicidal Liu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora