C4: "Deyse"

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A penas meto la llave en la puerta, mi padre abre la puerta, mis ojos debieron iluminarse de alegría.

- ¡Hola campeón! -Me dio un golpecito en el hombro, y luego un apretado abrazo.

- ¡Iré a cambiarme y bajo para que comamos algo! -Me anima tanto su presencia, que hasta he olvidado por un segundo que traigo 38,5 de fiebre.

- ¡Dale! Y como mamá no está podemos pedir pizza y ver la televisión con los pies sobre la mesa de centro.

Subo hasta mi habitación sonriendo, vuelvo a tomarme la temperatura, me tomo un paracetamol y un ibuprofeno, me mojo la cara en el baño y bajo alegre a sentarme junto a mi padre.

~*~

Me quedo observando la casa de Max, un hombre muy grandote, que perfecto podría ser un "gorila" de una discoteca sale a abrir la puerta y le da un abrazo. Sonrío.

- Al menos estarás bien. -Muevo la cabeza. Reviso mi teléfono, tenía 8 llamas perdidas desde el número de mi casa. - ¡Oh mierda!

Hago parar al autobús en la vereda del frente, pago mi pasaje y me fijo en el recorrido que trae escrito. Paso mi dedo por las calles, buscando alguna que me resulte familiar. ¿Dónde estoy? Segundos de pánico después me fijo en una calle, no está cerca de mi casa ni mucho menos, pero es la calle dónde tomamos el autobús, antes de encontrarme con la señora con las compras me fijé en una referencia porque pensaba que por ahí vivía Max. ¡Ay que iluso, jamás imaginé que vivía aún más lejos!

- Me podría indicar cuando lleguemos a Av. San Antonio ¿Por favor? -Le digo al chofer.

- Eso está casi al final del recorrido ¿A dónde vas? Ese sitio es un poco peligroso de noche.

- Ummm ¿Conoce Sebastopol? -El chofer suelta un suspiro.

- ¿Tus padres no están preocupados por ti? ¡No deberías andar tu solo en sitios que no conoces! Te dejaré dónde puedas tomar un bus, avisa que llegarás tarde ¡Mi hijo siempre sale sin avisar! ¿Acaso ustedes creen que nosotros no nos preocupamos por ustedes?

- Lo siento, ummm, mis padres están avisados.

Por supuesto, él no tenía porqué saber sobre mi desgraciada familia, que nadie me esperaba, ni se preocupaba por mí. Mi ausencia o presencia no hacen diferencia en mi casa. Pensar en ello me hizo sentir tristeza, incluso Max tiene a quién lo reciba al llegar a casa, esa punzada de celos y envidia profundizó aún más en la herida.

- ¡Joder, estoy tan solo!

~*~

- ¿Has hablado con tu madre? -Me pregunta.

- Um, me ha llamado pero no he alcanzado a contestarle.

- ¡Qué mal! Aprovecharemos que anda en USA e iré a verle, viajaré mañana.

- ¿Mañana? -Pregunto intentando disimular la tristeza que eso me provoca, eso significa que no lo veré por la mañana, que seguramente desde allá partirá de vuelta al trabajo y no volveré a verle hasta ¡Pues ni sé!

Mi padre es piloto de una aerolínea, y mi madre es la directora ejecutiva (CEO) de una Compañía internacional, y viaja todo el tiempo, así que la mayoría del tiempo estoy solo, aunque realmente se preocupan de mí, y que nada me falte, no son estrictos, y tienen plena confianza en mí. ¡Já!

- Veo todo ordenado ¿La chica de las labores domésticas ha venido hace poco?

Asiento, mientras me engullo un trozo de pizza, que al parecer había pedido con antelación, no sé porqué me ilusiono de tenerlos en casa, si siempre se van, es irónico, que sus vacaciones en realidad son cuando pasan días en casa.

~*~

Cerca de las 22:30 llego a casa, la enfermera aún no se ha marchado. Me cubro la cara, creo que tengo magullado.

- ¿Dónde te habías metido? ¡Estaba muy preocupada!

- Puedes irte, yo me quedo con mi madre.

- No me importa cuidar un tiempo extra a tu madre, pensé que te había ocurrido algo. -Mi mejillas se sonrrojan a su tacto. -¿Qué te ocurrió? -Me toma el mentón y me gira la cabeza.

- Me he caído del autobús. -Abrió los ojos y la boca asombrada.

- ¿Estás bien? -Me levanta la chaqueta. -¿Te has dañado en otro sitio?

- ¡Hey, hey! ¡Estoy bien!

- ¿Seguro que no quieres que te chequee? -Asentí.

~*~

Al día siguiente en la escuela todos parecían haber olvidado el incidente, todos me preguntaron qué me había sucedido en el rostro, noté como cada vez Max me miraba quizás para oír mi respuesta, aunque a todos les di la misma: "Me caí jugando baloncesto".

~*~

La cara de Kim parece arañada por un gato, me quedo mirando cada vez que alguien le pregunta, por alguna razón no le creo su respuesta.

- Quiero cambiarme de puesto -Anuncia Kim, apuntando el otro extremo de la sala, el último puesto, de la última fila.

- ¿Por qué querrías sentarte ahí? -Le pregunto, y él me mira con una expresión de sorpresa.

- Pues...

- ¿Acaso no sabes que según el simulacro Deyse serías el último en abandonar la sala?

- ¿Por eso te sientas en primera fila? -Me pregunta.

~*~

- ¿Por qué querrías sentarte ahí? -Me pregunta Max, y creo no poder esconder mi sorpresa al hecho que me esté dirigiendo la palabra, después de lo ocurrido, pensé que no volvería a hablarme.

- Pues... -No soy capaz de encontrar ninguna razón, porque básicamente sólo quiero alejarme de todas las chicas.

- ¿Acaso no sabes que según el simulacro Deyse serías el último en abandonar la sala? -Pregunta con un tono presuntuoso.

- ¿Por eso te sientas en primera fila? -Finalizo con sarcasmo, suelta un soplido y se da la vuelta.

Melodías del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora