C13: "El secreto de las aves"

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Estaba desconcertado, no entendía que le sucedía a Max y francamente estaba demasiado molesto como para darle más importancia, cuando fui a casa la enfermera de mi madre me sonreía, pero no fui capaz de sonreírle de vuelta, sólo fui directo a mi cuarto esperando que se fuera sin hacer escándalo porque llegue de malas pulgas, pero ella no era de las que aguantaban eso.

-¿Pasó algo? –Me apreté la almohada a la cabeza.

-¡Mátame, dejaré una carta como que fue sui...-Me interrumpió para lanzarme su cartera por la cabeza.

-¡Serás estúpido! No vuelvas a mencionar esa mierda como broma nuevamente.

-Lo-lo... lo siento –Me acerqué a ella y la abracé, y ella me revolvió el cabello, siempre lo hacía como una muestra de afecto.

-Te lo contaré alguna vez, ahora debo irme, después de todo ya es bastante tarde. –Me sonrió de esa forma maravillosa que tienen las personas protectoras, ese brillo especial que te dice "todo va a estar bien" y aunque bien sabes que será difícil, te lo comienzas a creer.

~~~~~~

-No quiero ir contigo a nin-Tosió un poco, y lo jalé más fuerte y me lo llevé de la sala.

-Ni medio moribundo dejas de buscarme pleito, voy a ignorar por ahora todo lo mal educado que has sido hoy, te llevaré a la enfermería y luego ya veremos.

-¡Eres un idiota! –Bajó la cabeza y su copete cayó hacia sus ojos, tuve la necesidad de...le revolví el cabello.

-¡Estás muy peinado hoy! Quizás es como en los Simpson ese copete te controla –me eché a reír, si bien, seguramente intuía que lo había visto llorar, quería decirle que no tenía importancia para mí.

Rato más tarde la escuela lo estaba enviando a casa, y como no había nadie que pudiera recogerlo, me enviaron a mí, viajamos por segunda vez ese trayecto, sólo que esta vez no me escondía bajo un ramo de apio, esta vez estaba a su lado, siendo su hombro donde descansar. Cuando llegamos alguien abrió la puerta, eran sus padres, habían regresado, la cara de Max se iluminó y corrió a abrazar a su padre.

-Hey chico, has tenido un largo viaje, no esperábamos invitados, pero siempre hay suficiente, por favor come con nosotros.

-La verdad yo... vivo bastante lejos y...

-¿Puedes llamar a tu enfermera y decirle que llegarás tarde? –preguntó Max, la verdad estaba buscando una excusa por él, ya que quizás no quería mi nariz intrusa en su familia, asentí. –Entonces quédate, mi padre te ha invitado.

La cena estaba deliciosa, ellos viajaban tanto que siempre tenían historias nuevas que contar, al menos eso fue lo que dijo Max, pero no era sólo eso, también sabían mucho de cocina internacional, y quizás fue casualidad, pero hace muchos años no probaba kongnamuulbap tan bueno.

-Así que eres coreanos. ¿De qué parte? Y por cierto, aún no has dicho tu nombre.

-Seúl. Me llamo Kim Jong Suk.

-¿Kim Jong Suk? ¿De qué me suena? ¿No serás familiar de Ha-neul?-Sonrío. ¿Eres el chico que está pronto a ser anunciado como el heredero de las empresas Lee? –Asentí.

-Deberé volver el próximo año a Corea, mi abuela ha estado fuera del negocio por problemas de salud, y bueno, ya he aprendido todo lo necesario, ahora sólo deben darme un paso de poder, y esas cosas aburridas.

-Entiendo, conozco tu empresa, nos patrocina, el hombre a cargo es muy estricto ¿Quién es?

-Es el ex esposo de mi abuela, aceptó hacerse cargo unos años, sólo por ella, nunca le han gustado los negocios, ni tomar decisiones, mi abuela era muy estricta con él, pero se complementaban bien, ya que a ella le gustaba tener todo bajo su control.

Melodías del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora