Una melodía nocturna

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Draven , el Glorios Ejecutor Noxiano, vivía de la fama que él mismo conseguía tras matar a los presos de Noxus condenados a muerte. Con sus 2 grandes hachas giratorias, conseguía matar al invididuo de un golpe. Cada vez que el preso moría, la muchedumbre aclamaba más a Draven.
Su vida constaba de fiestas lujosas, mujeres y sus espectáculos. No tenia mucho de lo que preocuparse, ya que su hermano Darius era un alto mando de el ejército de Noxus.

Cierto día, tras una gloriosa ejecución, Draven decidió que no quería ir de copas, estaba demasiado cansado, esa semana había ejecutado a varios mas presos de lo normal y aunque no lo parezca, tanto festejo cansaba el alma fiestera de Draven.

De camino a casa, pensó en lo que su vida se había convertido desde que sus padres fallecieron: Su hermano cuidando de él, su entrada en el bajo ejercito, el pronto reconocimiento de sus habilidades... Pero algo fallaba, tenía todo lo que deseaba, un hermano, una buena reputación y dinero, pero había un vacío que nadie podia llenar, y era el de un amor externo al suyo.
Sí, el gran Draven se admiraba a si mismo como nadie, pero tambien deseaba en el fondo, que alguien lo hiciese de la misma manera.

Era de noche y de tanto pensamiento, llegó andando hasta la frontera de Noxus y Demacia, estaba un poco perdido, pero solo debía seguir el rumbo que las estrellas le marcaban.
De repente, un ruido hizo a Draven ponerse alerta. Eran pisadas...
(Mierda... Seguro que son Demacianos) pensó.
Draven sacó las hachas de sus fundas dispuesto a matar a quien fuese necesario, una silueta apareció a lo lejos. Solo estaba iluminada por la luz de la luna llena.
Draven entrecerró los ojos para poder enfocar mejor esa mancha que poco a poco se parecía a una mujer.
Aún así, el ejecutor, no guardo sus impotentes hachas y se acercaba lentamente a aquella silueta femenina que ahora parecía tener el pelo largo y con dos coletas. Al parecer la chica no se habia percatado de la presencia de Draven.

La joven parecía ser bella, este siguió hacia adelante, pero el pisar de una rama seca, hizo que la Demaciana se asustase y hechase a correr.

Draven no se molestó en seguirla, sólo se quedo mirando como su cabello onduleaba al tiempo que ella corría lejos de él... Tras este encamtamiento repentino, decició volver hacia su casa no dejando de pensar en aquella bella joven.

Al llegar a casa, Darius estaba reunido con un Jefe militar de Noxus.
-Draven, ¿Dónde estabas? Dijo Darius con un tono de preocupación
-En ningún lado, decidí caminar y acabé perdido.
-Bien, te cuento, el general y yo decidimos invadir Demacia mañana por la noche.

La Música del Cambio ( DRAVEN X SONA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora