Mentiras

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Darius que allí estaba, vió como los soldados que custodiaban la salida atraparon a aquella joven.
-Vaya, vaya... Pero mira quién intenta escapar... No estas lo suficientemente agradecida de que mi hermano te sacase de tu celda que ¿ahora quieres marcharte no?- Dijo Darius.
Sona intentaba soltarse de los brazos de los guardias, pero la era imposible, eran demasiado fuertes.
-Ya que estás aquí te haré unas cuantas preguntas. Llevadla a la sala de interrogatorios.-Ordenó el general-Y si mi hermano pregunta por ella, no la habéis visto.
Los soldados asintieron y llevaron a Sona a aquela salita donde estubo hace unas cuantas horas.
Ataron sus delicadas muñecas a la mesa de metal que ahora parecía estar mas sucia y los guardas se fueron.

Sona se quedó sola en la sala, estaba triste. Ahora mismo su futuro la daba igual, sólo la importaba el desprecio que había hecho a Draven. Sumergida en ese pensamiento tumbó su cabeza sobre la fría mesa por la cual estaba cubierta por las lágrimas de ella.

Darius entró en la sala, se sentó en frente de ella. Estában iluminados simplemente por una bombilla que estaba colgada del techo.

-Y bien. Cuéntame de tu magia Demaciana.- Dijo entregándole papel y lápiz.

-"Simplemente tengo el poder de la ayuda en mi música, nada más..."
Al entregarle la.nota, se fijó en Darius.  No llevaba su armadura, en vez de eso una camisa justa sin mangas de color negro. Era mayor que ella, pero tenía un atractivo físico impresionante. Una cicatriz que le recorría media cara quizá aumentaba su atractivo.
-¿Qué miras niña?-Dijo Darius.
Sona miró hacia otro lado, aún la escena con Draven seguía en su memoria.

-Sé que le gustas a mi hermano, pero no voy a permitir que esté con una Demaciana y menos contigo.
Esas palabras aceleraron el pulso de la chiquilla. ¿Era una amenaza?...
-"Quizá sea cierto, pero yo no lo amo a él..."
Darius la miró frunciendo el ceño. Pues a él ella le parecía atractiva.

-Sona, ¿no?
Ella asintió.
-No soy tonto, sé que la mujer que mecionaste que era tu madre es la culpable de lo que le pasó a Draven.
Sona se quedó quieta, ¿qué iba a hacer ahora aquel hombre con su madre? Se notaba de lejos que no tenía una pizca de misericordia.

-Vosotros los demacianos lleváis mucho tiempo jodiendo nuestra tierra, y ahora al tocar a mi hermano, no tendré piedad contra cuestra nación...
Sona estaba atemorizada, sólo quería salir de alli...

Darius se levantó de su asiento y caminó hasta detrás de Sona.
-¿Sabes? Mi hermano tiene buen gusto...-Dijo cojiendo uno de los mechones de su pelo.
Sona estaba muerta de miedo, ¿otra vez iba a ser tocada por alguien que no quería?

Darius se agachó y acercó su boca a el oído derecho de Sona dejando transcurrir estas palabras:
-Lástima que no haya podido sacarte la información de Demacia que le pedimos... Él siempre es tan aplicado a sus misiones... No te hagas ilusiones niña, mi hermano se acuesta con mujeres diferentes cada semana, tú solo eras una más, aunque quizá con un poco mas de valor por ser de Demamacia...- Al acabar mordió la oreja de Sona con suavidad.

Tras esas palabras, los ojos de Sona empezaron a mirar a la nada, sentía como si un cuchillo se hubiese clavado en su corazón hasta llegar al alma.

Darius empezó a desatar el vestido de Sona la cual ya no daba importancia a lo que pasase alrededor.

La Música del Cambio ( DRAVEN X SONA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora