capítulo x

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―¡No quiero ir, déjame en paz! ―le grite a mi hermana, quien no paraba de jalarme de una pierna para sacarme de la cama. El fin de semana había pasado tan pero tan rápido y yo aun no me sentía preparada para enfrentar a Sojung después de la conversación que tuvimos por mensajes.

―¡Ya, levántate, llegaré tarde por tu culpa! Mamá y Papá dicen que te apures ―exclamo, tirando de mi pierna con una fuerza inhumana pero logre afirmarme de los barrotes de mi cama, no pensaba moverme, mi cama estaba muy calientita y era demasiado cómoda.

―¡No! Vete ―hable entre dientes por la fuerza que estaba haciendo, retorciéndome como un gusano en la cama.

―Agh, ¿por qué eres tan idiota? ―me soltó finalmente, rindiéndose. Se llevó el mechón de pelo castaño desacomodado detrás de la oreja, estaba lista mientras que yo seguía en pijama, acostada, medio muerta.―¿Qué te pasa, ahora? ―se sentó en el borde de la cama, mirándome con preocupación.

―¿No ibas tarde, Hee Yeon? ―conteste con otra pregunta, evitándola.

―En realidad, son las siete. Solo lo dije para asustarte pero no resultó, por eso creo que algo grave pasó.

¿¡Mi hermana está loca acaso!? ¿Qué hacía ya lista a las siete? Bufé, acomodándome en la cama y sospechando que algo pasaba.

―¿¡Qué haces despierta a las siete, mujer loca!? Si entramos a las 8 treinta.

―De-debia terminar una tarea... ―vi como sus mejillas se teñían de rojo y miraba el piso, haciendo un mohín con la boca. Verla de esa manera no era para nada normal entonces me hizo pensar... ¡A mi hermana odiosa le gustaba alguien! Y eso era un notición.

―¿Escribías una carta de amor? ―cuestione, levantando las cejas. Ella me tiró una almohada en la cara y por mi aletargado estado, no me moví. ―Auch, no seas bruta. – dije, sin expresión. Ella por su parte soltó un gritito, apretando los parpados cerrados y enrojeciendo todavía más, ¿Qué rayos?

―...sí.

―¡Ay, que linda! Mi hermanita enamorada― salte sobre ella, abrazándola –o aplastándola mejor dicho-.

―Cállate, Mamá puede oírte ―me empujó lejos de ella. Caí de espalda en la cama, riéndome como desquiciada. Si Mamá nos oyera hablando de chicos de seguro ya estaríamos en la Iglesia, casándonos.

―Que bonito es el amor―y como si se me hubiera metido un demonio me incorpore rápidamente, agarrándole de los hombros y mirándola a los ojos ―¿Quién es? Cuéntamelo todo.

―Es un chico que se llama Ji Sung... va en un grado mayor, es... es perfecto―suspiró, pude ver un brillo especial en sus ojos y sonreí satisfecha. Su expresión cambió de repente, mirándome con seriedad―Pero eso no es lo que quiero hablar ahora―se levantó como si fuera un resorte―Alístate, ya han pasado más de diez minutos.

Salió por la puerta de mi habitación como un rayo. Me rasque la cabeza, tal vez tenia piojos. Pero eso no importaba ahora mismo... Bueno sí, iría a tomar una ducha rápida. Me levante con pereza para buscar una toalla y mi uniforme. Me dirigía al baño a paso de tortuga, escuchaba la risa de mi Mamá, Papá, Hee Yeon y Daehyun en el piso de abajo. ¿¡Qué le dio por despertarse todos temprano, en serio!? Los odié un poquito.

Me encerré y tiré toda mi pijama al piso, cuando salí del baño, me puse el uniforme en un abrir y cerrar los ojos. Me mire al espejo y me veía horrible. Me había salido la constelación de Orion pero de espinillas en la frente ¡Nada que un poco de polvo y delineador no pudiera arreglar! Aplique un polvo en todo mi rostro y quede como un muerto viviente por lo pálido que era el color.

crush ; j. jungkook {en edición} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora