capítulo xi

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Tensión.

Me quedé estática, esperando por mi muerte.

Pero para mi sorpresa, la princesa se limitó a hacer un gesto con la cabeza, con esa expresión de odio por el universo de siempre, ¿debería tomarlo como saludo? Tragué duro, sin moverme pero Jungkook agitó su mano, viendo en mi dirección, con una resplandeciente sonrisa incluida que hizo que botara mi tazón de arroz con la boca abierta y le devolviera el gesto, con torpeza. La ratanejo me miró extraño y apuntó su labio superior, levantando las cejas.

―¿Qué...?

―Intenta decirte que te limpies el bigote de arroz, niña estúpida ―espetó Yoongi, mirándome por unos segundos, gélido como siempre. Pensé que se detendría en mi mesa pero para mi suerte el abuelo pasó de largo a la mesa en la que se sentaban siempre, a distancia de la mía, Jungkook hizo lo mismo pero antes me dedicó una sonrisa tipo: ''aish, este hyung.''

Me sonroje y me limpié rápidamente, unos cuantos granos de arroz cayeron a la bandeja. Siempre igual, Hyo Seong. ¿Por qué siempre haces el ridículo frente a Jungkook?

Seguí comiendo mi arroz con tranquilidad mientras jugaba en mi teléfono un juego de zombies, malgastando balas. ¿Por qué costaba tanto asesinarlos? Todo eso se vio interrumpido cuando sentí una humedad a lo largo de mi espalda, me giré para ver a Sojung derramando su sopa en mi espalda, poco a poco, con una sonrisita de triunfo en su rostro.

¿Cuándo había llegado ahí, por qué estaba haciendo eso? La incomoda sensación me hizo chillar y levantarme de mi asiento, rápido, odiándola mucho.

―Uh, lo siento. Me tropecé con una hormiga y se cayó sobre ti ―No solo ese ''lo siento'' había sido cínico, sonreía tanto que me dieron ganas de golpearla. ¿Dónde había quedado la otra Sojung? Lo mejor era que llevaba sus ''secuaces'', quienes se rieron sin pena de sus palabras. ¿De dónde las había sacado tan rápido? Eran chicas de la clase que conocía poco.

―¡Lo hiciste a propósito!―exclame, perdiendo la paciencia al ver su expresión radiante.

―Sí, en realidad si, amor ―¿Estaba escuchando bien?―Me estorbas y necesito esta mesa. Sal de aquí ―jadeé, incrédula, ¿Cómo podía haber cambiado tanto en unos días? ¿Y por un chico?

―Yo no me voy de aquí, aun estoy comiendo ―señalé mi bandeja que estaba en la mesa―Está ocupada.

No iba a dejar que me amedrentara, la conocía, después iba a disculparse... ¿Verdad? Además, toda la cafetería se había quedado en silencio y nadie iba a apoyarme.

―¿Ah, sí?―su tono amenazante me causo gracia pero mi sonrisa se borró al ver que agarraba mi bandeja con una mano, sus uñas largas y pintadas de color rosa la balanceo ―Ahora ya no lo estará.

Cerré los ojos con fuerza, no quería ver mi almuerzo en el piso, ¡Seguía teniendo hambre! Pero el ruido de la bandeja rebotando en la cerámica nunca llegó. Abrí un ojo primero y después el otro, casi cayéndome de la impresión al ver la imagen de la princesa, tomando la muñeca de Sojung presionada tan fuerte que me asuste. Abrí los ojos como platos. ¿Él me estaba defendiendo?

―¿Qué crees que estás haciendo?―preguntó entre dientes mirando con tal frialdad que sus ojos daban mucho miedo. Al ver la mirada de Sojung, me di cuenta que ella también lo sentía pero el temor aumentó cuando presionó con aun más fuerza la muñeca de la pelinegra―¿Qué crees que...―le quitó la bandeja con la otra mano, sin dejar de apretar ―...estas...―la dejó sobre la mesa con cuidado, sin dejar de mirarla y dio un paso hacia adelante, viéndose amenazador ―...haciendo?

crush ; j. jungkook {en edición} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora