capítulo ix

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―Yo creo que... ―inhalé y contuve el aire en mis pulmones ―Te vi por primera vez en la bienvenida a principio de año, cuando Jungbook te besó ―volví a respirar, dolorosamente ―Si, fue ahí.

Sentí que el mundo se me caía encima al escuchar tal afirmación porque no me recordaba, era una mezcla de sensaciones, alivio y tristeza.

―Ah... ―murmuré, hundiéndome en el asiento, supuse que quería preguntarme por qué lo preguntaba pero me salvó el percatarnos de que la película estaba comenzando ―¡Ya está empezando! ―exclame, demasiado alto, soy demasiada impulsiva pero a él le hizo gracias pues sonrió, acomodándose en el asiento.

No conversamos para nada en el desarrollo de la película, yo salté un par de veces por culpa del audio que era demasiado fuerte mientras que Jungkook parecía una estatua y miraba la pantalla con los ojos de huevo frito sin pestañar con la boca llena de palomitas, cada vez que lo miraba. Los gritos de algunas chicas escandalosas no podían faltar y también gente besuqueándose. Quería abuchearlos, ¡Si van al cine al menos fíjense en la película! Bueno, no es como yo pudiera ser un ejemplo cuando pase todo el tiempo mirando a Jungkook. Es que... era mucho más guapo de cerca. Sus dientes de ratanejo eran hermosos, al igual que su sonrisa ladina cuando se burlaba de mis saltitos por los sustos que me pegaba la maldita muñeca esa.

En un pestañear, la película llegó a su fin. Revise la hora y eran las siete y uno. ¡La siete y uno de la tarde! para una persona tan inocente como yo estar en la calle a esta hora era como un crimen grave así que fruncí el rostro, me daba miedo andar sola.

―Estuvo mejor que la primera ―comentó Jungkook, que hasta ese punto había olvidado que aun estaba junto a mí, acomodé mi bolso negro sobre mi hombro. Recogimos los envases vacíos de los asientos.

―Creo que sí, da más miedo porque parece más real ―contesté mirando distraídamente el celular haciéndome la interesante porque solo miraba el fondo de pantalla de osito que tenía.

―Deberíamos irnos ya ―asentí, moviéndome con dificultad por los espacios estrechos entre los asientos.

―Sí.

―Por este camino ―parpadeé al verlo demasiado cerca, nuestros hombros se podían rozar y su aroma me mareaba.

―Sí... ―me empujó levemente.

―¿Estás bien? ―preguntó, frunciendo el ceño.

―Sí ― respondí mecánicamente.

―¿Te gusto...?

―Sí... –lo interrumpí rápidamente antes de que pudiera decir la oración completa pero al instante me arrepentí, mis mejillas quemaron todo mi ser, técnicamente había afirmado que él me gustaba en su cara, frente a él pero la ratanejo no se inmutaba ―Espera, ¿qué dijiste?

―Quería preguntarte si te gustó la película. –oh, con que era eso, man. Volvió a darme vergüenza pero por mi estupidez monumental, siempre malinterpretando todo.

―Bueno, de cierta forma ayudó a entender la primera película así que, pues sí ―caminamos hacia fuera de la sala de proyección ―pero no me dio miedo, el sonido del cine era demasiado alto, la bocina de sonido estaba demasiado cerca ―además pues pase toda la maldita película mirando tu cara Jungkook, obviamente me distraje. De hecho me daba más miedo que nunca cambió de expresión.

Para mi suerte no respondió, siguió caminando a mi lado, a una distancia prudente y sonriendo.

―¿Te irás a casa? ―me preguntó cuando ya estábamos en la salida del cine, él aprovechó de botar las bandejas vacías de comida, se lo había comido todo, hasta mis palomitas, que estomago más grande, por Dios.

crush ; j. jungkook {en edición} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora