MATT
Ya felices y contentos el uno con el otro, fuimos a explorar Washington. Era una ciudad muy bella e interesante, y no podíamos con nuestra emoción cuando fuimos a la Casa Blanca. Meses atrás había planeado nuestra visita para el tour, había esperado este día desde que mandé mi solicitud.
— Espero no encontrarme con Donald Trump — susurró Cora —. Es lo más horrible de Estados Unidos.
— Ni se te ocurra decir eso en voz alta.
— Solamente estoy diciendo que voy en contra de la naranja esa — comenzamos a reír y seguimos caminando con el resto de los turistas.
El tour duraba entre 30 y 40 minutos, aun quedaban 15 minutos, Cora y yo ya nos moríamos de hambre.
— Quiero seguir con el tour pero tengo hambre ¿acaso no hay un descanso? Me duelen también los pies — se quejó Cora.
— Hay muchas personas que quieren su tour, tienen que hacer todo rápido.
— Pues yo iré a buscar algo de comer — dijo Cora para después irse corriendo.
— ¡Cora! — exclamé. Miré a los turistas que seguían cómo si nada, con cuidado de que no me miraran me alejé de ellos para buscar a Cora.
Minutos después de buscarla, no la encontraba, y ya me había adentrado a un pasillo que no venía incluida en el tour. Habían algunos guardias, tenía que moverme sigilosamente. Al final del pasillo, pude ver a Cora asomándose a una puerta, me acerqué por detrás.
— ¿Qué rayos haces?
— Creo que la esposa de Donald el pato naranja se encuentra aquí — susurró ella como respuesta.
— Déjame ver — me asomé y pude ver a una mujer muy parecida a aquella que llaman la esposa de Donald Trump en las noticias, leyendo tranquilamente un libro —. Realmente es ella ¿pero no debería tener más seguridad?
— Puede que los haya asustado — volteé mi mirada hacia Cora —. ¿Qué? Quería observar sin problemas, solamente inventé una falsa alarma y ya — cuando estaba apunto de reclamar, unos guardias nos gritaron.
— ¡Oigan, fuera de aquí! — gritaron mientras se acercaban a nosotros.
— Sólo buscábamos un baño ¡ya nos vamos! — tomé a Cora de la mano y nos fuimos corriendo.
Después de correr y correr, Cora y yo salimos de la Casa Blanca con la respiración agitada y las piernas aun más cansadas de lo que ya estaban.
— Cuando volvamos a la universidad, seremos los más rápidos del campus — dijo Cora.
— Sí, lo más seguro es que hayamos bajado de peso con todo lo que hemos corrido.
— Al menos no nos atraparon, milagro, y tengo una foto de la señora Trump.
— ¿Enserio? — Cora asintió con la cabeza y me enseñó la foto —. Increíble.
— Bueno, ahora ¿vamos a comer? — rodé los ojos y Cora rio —. ¿Qué? No pude encontrar nada de comer, mi estómago lo pide.
— Está bien, vamos.
El resto de la tarde comimos y fuimos a pasear por la ciudad (pedimos transporte porque claramente ya no podíamos con nuestras piernas). Regresamos al hotel de noche listos para dormir, y a la mañana siguiente nos preparamos para nuestro siguiente destino, Virginia.
Pero para ese entonces, se podría decir que éramos famosos.
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Flashlight
Short Story"Si algún día comenzará una aventura ¿irías conmigo?" Matt le preguntó a Cora. "Ni siquiera dejaría que planearás esa aventura sin mí" Cora respondió con una sonrisa. "Tú serías la lámpara que iluminaría mi camino, Cora" "Digo lo mismo de ti, Matt"...