Capítulo 43

102 11 0
                                    

CORA 

La mayor parte del camino hacia Tennessee me la pase dormida, solamente quería despejar mi mente después de haberme desahogado. El dolor estaba aumentando, y esta vez Matt no podía quitarme el dolor, emocionalmente sí, pero físicamente no.

Cuando desperté, lo primero que observé fue el bello paisaje de Tennessee, todo de color verde haciendo contraste con el cielo, parecía el paraíso.

— ¿Hemos llegado? 

— Sí — respondió Matt acariciando mi pierna suavemente con su mano.

— He alquilado una pequeña casa, a las afueras de la ciudad.

— Bien, tú me guías hasta ahí.

— Siempre te guiaré — respondí con una leve sonrisa.

Minutos después por fin llegamos a la casa, me gustaba llamarla casa de campo. 

— Gasté la mitad de mis ahorros para la universidad en esto — Matt me miró sorprendido.

— ¿Qué? Pero Cora ¿por qué has hecho eso?

— Tú sabes porqué.

— ¿Acaso no tienes esperanza? ¿Al menos un poco?

— Dejé de tener esperanza hace tiempo, incluso dejé las medicinas antes de graduarnos.

— Pero ¡tendrías más tiempo si sigues con las medicinas!

— Mamá y papá me dijeron lo mismo, pero el doctor dijo que era mi decisión, que al final el resultado sería el mismo — pude ver cómo los ojos de Matt se humedecían.

— Estoy tratando.... estoy realmente tratando de mantenerme fuerte, no quiero decaer para que así tu no decaigas, pero está doliendo demasiado — inmediatamente me acerqué a él y lo abracé, mientras escuchaba sus sollozos, sentía cómo le temblaba el cuerpo y se aferraba más a mí.

— Todo está bien Matt, todo está bien.

— No lo está Cora, no lo está en absoluto, voy a perder a la persona que lo es todo para mí, a la persona que quería para el resto de mi vida, la persona con la que quería estar durante y después de la universidad. Ambos con una carrera, buenos trabajos, teniendo más aventuras, verte de blanco y cargando a unos pequeños; era uno de mis más grandes sueños — todos esos momentos que hubiéramos podido tener pasaron por mis ojos, que también comenzaban a humedecerse.

— Soñamos lo mismo Matt, soñamos lo mismo.


Después de calmarnos un poco, decidimos disfrutar en vez de seguir sufriendo, así que sacamos algunos juegos de mesas, vimos televisión mientras comíamos palomitas, tuvimos una guerra de almohadas, y todo eso con risas y sonrisas; tal y cómo debía ser.

El atardecer llegó y ya para ese instante Matt se encontraba dormido a mi lado en el sillón. Su brazo se encontraba alrededor de mí y con cuidado lo quité para después levantarme y salir a observa el atardecer. Me senté en el pequeño sillón que se encontraba ahí y con una sonrisa admiraba el sol cayendo detrás de las montañas verdes, en ese momento todo era tan hermoso. Creo que, cuando uno está apunto de irse, admira los pequeños detalles un poco más, detalles que me hubiera gustado admirar cuando todo estaba bien.

Porque Matt tiene razón, nada estaba bien en ese momento, nos íbamos a perder quisiéramos o no.

Y cómo siempre antes de quedarme dormida, fue la imagen de Matt lo último que vi.





FlashlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora